Para vivir más de 100 años

Josep Masdeu Brufal
7 May 2015
Para vivir más de 100 años

La facultad de vivir 100 años o más es casi un privilegio. Muchos quieren llegar pero pocos lo consiguen. Para conseguirlo influye tener una buena herencia genética.  Aunque también hay otros factores que intervienen, como el estilo de vida, tu dieta y la actitud frente a la vida.

Quienes han estudiado el tema han concluido que no hay un secreto para obtener la longevidad. Aunque  hay algunas características comunes en estas personas. Pocos son los que fuman y si lo hacen, fuman muy poco, tienen buena salud hasta llegar a una edad muy avanzada y en su mayoría son mujeres.

El envejecimiento es inevitable, pero según se viva la vida este puede aparecer antes o retrasarse en el tiempo. El organismo de desgasta aunque las condiciones de vida sean óptimas. Esto sucede gradualmente desde la juventud, madurez, hasta llegar a la vejez.

Hay otro dato curioso que confirma que las personas que han vivido más de 110 años tenían tantos genes asociados con enfermedades como las demás personas. La diferencia es que probablemente ellos también tienen cambios genéticos asociados con la longevidad, que anulan los genes de las enfermedades. Por eso las enfermedades no se manifiestan, o se presentan con menos dureza  en la etapa final de su larga vida.

Independientemente de los antecedentes genéticos. La actividad física regular, fortalece los músculos, lo que reduce la posibilidad de caídas. Pero si nunca has hecho ejercicio y pasas de los 40 años, no empieces un ejercicio excesivo sin consultar con tu médico. Una  acción sencilla es caminar 30 minutos varias veces a la semana. También es buen bailar, nadar o distraerte en actividades que os resulten satisfactorias.

Combate el estrés con ejercicio, relajación física y mental y un equilibrio entre la obligación, el trabajo y disfruta de lo bueno de la vida.

Desgraciadamente la predisposición del hombre es siempre hacia una vida elevada y un pensamiento bajo.

Seguir una vida simple, que significa una vida natural, vivir según las reglas de la naturaleza. Nuestro cuerpo se fundamenta en cinco elementos naturales, tierra, agua, sol, aire y fuego. El uso de estos elementos mantiene al cuerpo en buen estado.

La buena conducta es tan necesaria como la comida, “El hombre se convierte en lo que piensa”.

El temor a que suceda algo desfavorable no conduce a la buena salud. Ansiedad y preocupación minan el cuerpo y la mente.

También es buen bailar, nadar o distraerte en actividades que os resulten satisfactorias.

Si nos alimentamos bien, la edad sólo será un número.

Abandonarnos a determinados hábitos de vida poco saludables puede pasarnos factura antes de hora. Comer mal, no practicar ejercicio físico, fumar y beber en exceso, no sólo aumentan los riesgos de fallecimiento, sino que acortan considerablemente la vida.

Un estudio reciente calculó cuidadosamente qué pasa cuando se combinan esos malos hábitos y en cuánto aumenta el riesgo de morir. Los resultados muestran que quienes practican esos malos hábitos se ven alrededor de 10 años más viejos que otros de su misma edad que no los practican y su riesgo de morir es el mismo que el de una persona que es 10 años mayor.

Si practicas alguno de esos hábitos “poco saludables”, estas acortando tu vida, de igual forma que hacer algunos cambios en determinados  hábitos  puede ayudar mucho en nuestra calidad de vida.

Algunos consejos para llevar una vida sana:

Una combinación equilibrada entre la vida profesional y personal es fundamental y un primer paso a tener en cuenta

Casi todos tenemos alguna “debilidad alimenticia”, chocolate, dulces… pero hemos de ser conscientes de que “somos lo que comemos”, por ello debemos encontrar la motivación adecuada para lograr el equilibrio y disfrutar comiendo sano, sin aumentar de peso. La clave, es saber combinar bien los alimentos.

Consumir un 80% de verduras y frutas y el resto hasta el 20%  repartirlo entre proteínas y grasas. Estas proteínas son, carnes magras, aunque es mejor consumir pescados y mariscos,  lo más aconsejable son alimentos de “fácil digestión”. Además, beber mucha agua durante el día.

No privarnos de algún capricho, esporádico y vigilar cuando lo tomamos.

Si distribuimos la energía a lo largo del día con las cuatro comidas nuestro metabolismo se mantiene estable y no van a existir excesos de kilocalorías para almacenar.

El consumo de alimentos variados asegura la correcta incorporación de las vitaminas y minerales que nuestro organismo necesita.