El coaching y los niveles neurológicos de la PNL, ejemplos

Josep Guasch Gómez
30 Dic 2018 lectura de 4 minutos
El coaching y los niveles neurológicos de la PNL, ejemplos

Hemos visto en los anteriores artículos cómo el Coaching y la PNL unifican y refuerzan sus modalidades de intervención a través de los niveles neurológicos, hemos visto también como la conducta de una persona contiene distintos registros, a mayor coherencia entre estos, la actitud y el comportamiento estarán más enraizados; también es importante conocer en qué niveles trabajar y cómo hacerlo con cada uno de ellos, no requiere un mismo tipo de intervención el ámbito de las conductas que el de las creencias o la identidad.

Veamos unos ejemplos prácticos e introductorios:

Veamos unos ejemplos prácticos e introductorios:

Fumador

Identidad: Soy fumador.
Creencias: Necesito fumar para estar mejor.
Capacidades: No sé estar tranquilo sin fumar.
Comportamiento: Fumo 30 cigarros diarios.
Entorno: Debo salir continuamente a la calle para fumar, no puedo en casa ni en el trabajo.

Miedo a los perros

Identidad: Soy miedoso.
Creencias: Los perros son peligrosos.
Capacidades: No puedo controlar mi respiración nimi pánico ante un perro.
Comportamiento: Salgo corriendo cuando veo un perro.
Entorno: No puedo visitar a los amigos que tienen perro en casa.

Una persona tímida, se definirá a sí misma como tímida (“Soy tímido/a”) , creerá que la gente le observa con detenimiento, estudia y controla cada uno de sus movimientos y palabras, no sabrá cómo dejar de sonrojarse ni tartamudear, se mantendrá callada y reservada en las reuniones sociales, y sólo se relacionará con un reducido núcleo de personas.

El esquema expuesto puede extrapolarse a cualquier problema o habilidad que quieras adquirir. Por supuesto que los ejemplos no son más que una simplificación lingüística pues a medida que ascendemos desde el nivel de las conductas hacia lo transpersonal, la modalidad de actividad psíquica no sólo es más abstracta, sino también acontece en niveles más profundos e inconscientes, conteniendo registros corporales, emocionales y simbólicos anclados a menudo en fantasías, recuerdos y vivencias infantiles.

¿Tienes algún reto pendiente?, puedes, si así lo deseas, utilizar la anterior plantilla para hacer las distinciones necesarias:

  • ¿Qué conductas quieres cambiar o mejorar?
  • ¿Con qué personas, en qué lugares, o incluso... en qué momento del día?
  • ¿Qué capacidades tienes? ¿Cuáles pones y cuáles no en practica? (Fíjate, en este caso, en las virtudes que los demás observan en ti que tú no reconoces como tal)
  • ¿Qué estrategias internas utilizas para hacer bien lo que haces bien? ¿Dónde, cuándo con quién más puedes utilizarlas?
  • ¿Qué creencias delatan cada uno de tus comportamientos?
  • ¿Qué definición de ti revelan tus conductas?

No es necesario conocerlo todo antes de actuar, “si quieres conocer actúa”, te invito a responder el anterior cuestionario, aún cuando queden aspectos teóricos por desarrollar.

¿Qué aprendizajes has adquirido?

Observa, por ejemplo, la diferencia entre: “Soy Indeciso” (Identidad) con: “En esta ocasión podía haberme comportado más decididamente” (Entorno y comportamiento). Te invito a que repitas para ti estas dos frases con algún aprendizaje vital que tengas pendiente (o con el mismo ejemplo si tu reto es también la decisión)... Distingue cómo cada frase repercute en tu interior. Te invito, si así lo deseas, a expresar lo que has sentido en los comentarios del blog o las dudas que puedan haber surgido.

En líneas generales la primera aserción “Soy indeciso” define la identidad de la persona como tal, esto quiere decir que su indecisión es un rasgo intrínseco del sujeto y que, por lo tanto, se va a manifestar en todas y cada una de las experiencias de su vida. La persona se limita a “ser indecisa” y se lo repite en su diálogo interno, negándose a sí misma la posibilidad de adquirir un aprendizaje vital para enriquecer su ser y hacer.

Cuando circunscribimos el problema con la frase: “En esta ocasión podía haberme comportado más decididamente”, definimos una conducta (comportamiento) en un tiempo (entorno), sin erosionar la autoimagen y autoestima, definiciones alojadas en la identidad. Igualmente el uso del término “decididamente” da una dirección, un foco positivo a la mente consciente (y subconsciente) hacia el que dirigirse. No podemos olvidar que las palabras que utilizamos, incluso internamente, nos revelan y también tienen un poder generativo.