Dificultades de aprendizaje

Susana Mezquida
20 Abr 2015
Dificultades de aprendizaje

Cuando los bebés nacen realizan una serie de movimientos involuntarios llamados reflejos primitivos, con ello estimulan el sistema vestibular que está inmaduro y deben integrarlo, esto lo hacen a través del programa innato de movimiento.

El sistema vestibular es el sentido más primario e importante para el desarrollo del proceso de maduración del bebé, controla el equilibrio y la postura, el desarrollo del esquema corporal, la coordinación de ambos lados del cuerpo, el nivel de alerta del sistema nervioso y la influencia en el desarrollo emocional y del comportamiento.

El sistema propioceptivo se compone de neuronas sensoriales que están en el sistema visual, auditivo, táctil y vestibular, la disfunción de este sistema denota torpeza motriz; dificultad para mantener cabeza y cuerpo erguidos, realizar actividades coordinadas con las dos manos, motricidad gruesa y fina. También se observa falta de atención y concentración.

La disfunción del sistema vestibular se expresa en un bajo tono muscular, se suelen presentar problemas en el registro de la información visual; seguimiento de objetos en movimiento, cruce de la línea media, convergencia, acomodación (por ejemplo copiar de la pizarra muy lento) y percepción visoespacial, pobre integración bilateral, organización lateroespacial, coordinación derecha-izquierda y coordinación interhemisférica (lateralidad cruzada). También puede observarse hiperactividad (o exceso de movimiento), falta de atención e inestabilidad emocional.

Estimular este sentido interno es una de las formas más eficaces de lograr una correcta maduración cerebral y puede ayudar a muchos niños que muestran retraso en su desarrollo (torpeza, problemas para controlar sus emociones, relacionarse, miedos, atención dispersa, bajo tono muscular, etc.).

El cerebro del niño tiene una gran necesidad de este tipo de estimulación neuronal, vital para su maduración motora, emocional, social e intelectual.

Podemos darle una segunda oportunidad al cerebro, gracias a la plasticidad cerebral ya demostrada, evaluando previamente y elaborando un programa individualizado de estimulación, que se realiza en casa durante unos 15-20 minutos bajo supervisión.