El Conselling

El Conselling

Las personas nos enfrentamos en nuestras vidas a retos y situaciones de crisis, que en ocasiones, nos bloquean, provocando un sufrimiento que abarca toda nuestra existencia. Vivimos relaciones conflictivas, situaciones de tensión laboral, pérdidas de seres queridos, laborales, económicas, de vivienda, y otras pérdidas significativas. Situaciones que nos bloquean, no acercan al abismo, viviendo en una inseguridad y que nos dificulta el disfrute de la vida.

Sintiéndonos incapaces de resolver nuestros problemas, con una sensación de cansancio, y un deseo insatisfecho de lograr que desaparezca la situación problemática, que nos exige realizar cambios necesarios para ello, aunque desconozcamos cual realizar o temamos realizar dichos cambios, por la incertidumbre del futuro. Perdiendo de este modo calidad de vida.

Vivimos crisis existenciales, a las cuales tememos, pero que implican tomar una decisión basada en resolver en falso la misma, quedándonos estancados en la vida, con frustración e insatisfacción. O escoger un proceso de crecimiento, aprovechando las oportunidades que existen en toda crisis para ello. Desarrollando un periodo donde transformamos nuestra persona y por lo tanto nuestras vidas, abandonando los aspectos que nos provocan dolor, y abrazando el surgimiento de habilidades y capacidades personales, recursos internos, en ocasiones desconocidos, que permite el disfrute de la vida.

Es este punto donde actúa el counselling, como una metodología que facilita el desarrollo de los recursos personales, que toda persona dispone para resolver su situación problemática.

¿Qué es el Counselling?

El counselling o consejo psicológico, también nombrado como la relación de ayuda, se centra en el desarrollo personal, en la superación de las situaciones críticas que en la vida vivimos, afrontando los retos cotidianos ante los cuales en ocasiones nos bloqueamos, sintiendo frustración y dolor, ante la sensación de incapacidad para resolver los problemas que nos abordan. Problemas surgidos en las relaciones interpersonales, o por las diversas pérdidas que vivimos, generando inseguridad en nuestras vidas, perdidas de seres queridos, de trabajo, de vivienda, económicas entre otras. Situaciones de sufrimiento intenso, donde se necesita un apoyo que ayude a aclarar la confusión que estos generan, aliviando el dolor con el convive la persona. En estas situaciones, es donde el counselling se aplica, ofreciendo un acompañamiento en el proceso de crecimiento personal, y solución del problema.

El conselling lo desarrolla Carl Rogers, quien observó la capacidad de la persona para crear su propia vida, desarrollando las capacidades necesarias para resolver las situaciones de sufrimiento. Estas capacidades surgen en un clima de aceptación incondicional de la persona, aceptando lo que expone, y siente, sin juzgarla, y comprendiéndola, mediante la escucha activa. Siendo el consellor congruente con lo que siente, y honesto, pero sin indicar la solución al problema planteado por la persona, pues es ella quien tomará la decisión más adecuada en función de sus circunstancias y personalidad.

Por ello confía en la capacidad de la persona, la respeta, tanto en sus opiniones, creencias y emociones, motivo por el cual no juzga a la persona, aunque puede indicar que un comportamiento concreto no es adecuado. Se establece así una relación basada en la ayuda o acompañamiento, creando un clima favorable para el desarrollo personal del consultante, el cual activará los recursos personales necesarios para tal fin.

La base es crear un clima de confianza, motivo por el cual no se juzga, y busca comprender, para a través de sus técnicas ayude a aclarar la situación y motive a encontrar la respuesta adecuada para la persona, respuesta que la persona descubrirá, y ejecutará. Así una vez creado un clima favorecedor para lograr que la persona confíe en el profesional y muestre su sufrimiento, el consellor se dedicará a centrar el tema, ayudando a profundizar en él mediante preguntas abiertas, confrontación con la realidad, remarcar las contradicciones que habitan en la persona, clarificaciones que evite las generalizaciones, y detallen más claramente los elementos que provocan realmente el sufrimiento, y siempre la empatía, eludiendo en la medida de lo posible sesiones que se conduzcan mediante un interrogatorio, que impide exponer con claridad las circunstancias que provocan el dolor. Porque el protagonista de todas las sesiones es la persona atendida, y es ella quien ha de recibir toda la atención.

La metodología

La metodología del counselling consiste en tres etapas:

  1. Análisis de la situación problemática.
  2. Búsqueda de soluciones.
  3. Toma de decisión de cual solución se aplicará.

Análisis de la situación problemática:

La persona solicita ayuda a un consellor, puesto que existe tres factores fundamentales para ello:

  • Reconoce que tiene un problema. Acepta que vive una situación que le angustia, que le provoca sufrimiento. Aceptándolo tal cual se presenta.
  • Reconoce que por sí misma no logra resolverlo. Ha intentado resolverlo, pero no le ha sido posible, lo intentó varias veces sin lograr el resultado esperado, aumentando en ocasiones el sufrimiento, mermando la autoestima y la seguridad.
  • Solicita ayuda. Ante lo expuesto anteriormente se aventura a solicitar ayuda consciente de que habrán que abrir sus intimidades a una persona desconocida, con cierto temor, solicita la ayuda al consellor, esperando poder resolver lo que le genera el sufrimiento.

Estos tres factores han de darse para poder iniciar el proceso del counselling, que se inicia estableciendo un vínculo de confianza, entre el consellor y la persona atendida. Este vínculo es imprescindible para que la persona se abra, y exprese sus intimidades. Por ello el profesional ha de mostrar cercanía y no juzgar, que implica que no se califica a la persona, no se actúa pensando que la persona es incapaz, tonta, inútil u otro calificativo.

La persona es sagrada para el consellor, por ello se distingue entre sus actos, los cuales si son propicios de ser analizados y opinables, de la totalidad de la persona, que no es susceptible de opinión ni juicio de valor. Se desarrolla las habilidades de asertividad y empatía, que no exige la justificación de todo comportamiento, sino saber los motivos del porque actúa tal cual describe la persona. Estas habilidades se desarrollan en una aceptación incondicional de la persona, que fortalece el vínculo de confianza en la relación que se está estableciendo y son la base del éxito del proceso.

Las personas necesitan de estas habilidades y actitudes para encontrar por sí misma sus respuestas adecuadas a su persona y circunstancias. Capacidades en las que se cree desde el counselling, donde no es el profesional quien resuelve el problema sino la persona quien lo resolverá, puesto que ella es la que sabe que cambios realizará para tal fin.

Una vez establecido el vínculo y un clima favorable para el crecimiento de la persona, se comienza a analizar la situación problemática. Se desgrana todos los factores que provocan el sufrimiento, comprendiendo como y porque generan el dolor que siente la persona. Este análisis incluye las actitudes de la persona, sus ideas, y sobre todo eludiendo las generalidades para ir a lo concreto, a los hechos que influyen en el estado de ánimo de la persona. Conocer el motivo por el cual aparecen los sentimientos que cada persona describe. Permitiendo este análisis tomar el control de su vida, que inicialmente esta dirigida por el problema. También permite situarlo en su justa medida, observando como no toda nuestra vida se desarrolla a través de la situación problemática, puesto que existen espacios y momentos ajenos al problema, por más que este nos afecte en todas las facetas de nuestra existencia.

Otro aspecto que se revela con el análisis del mismo es comprobar qué aspectos son posibles de cambio, y cuáles no lo son, ayudando a aceptar lo que no se podrá cambiar, y centrarse en lo que sí es cambiable. Modificando la percepción del mismo, debido a que la persona se centra en sí misma, que es lo que realmente esta bajo su control, en modificar sus comportamientos, lo que conduce a resolver el problema. Desechando las ideas irracionales que acompaña a todo problema, basadas muchas de ellas en pretender que el mundo se amolde a nuestros deseos, en cambiarlo, siendo imposible, pues este tiene sus propias reglas, y funcionamiento, que no dependen de uno mismo, puesto que lo único que depende de nosotros es nuestro pensamiento y actitudes. Siendo la clave de resolver nuestras circunstancias.

Es por este motivo que en el análisis se incluyen las actitudes de las personas, siendo el eje central de todo el proceso de counselling. No obstante Carl Rogers la llamó terapia centrada en la persona, porque observó que toda persona es capaz de encontrar sus respuestas, y es un encuentro entre personas, que comparten experiencias, aprenden y crecen juntas. Sin olvidar que la protagonista es quien solicita los servicios del counselling, llevándose toda la atención para que ella se desarrolle.

A medida que se confronta a la persona con lo que vive, reflejando los aspectos contradictorios, alumbrando aquello que en apariencia está oculto, la persona comienza a ganar en confianza, en autoestima, y vislumbra su capacidad para resolver el problema. Se inicia una transformación en la actitud, el pensamiento y las emociones, que la prepara para buscar soluciones y aplicar la que decida, pasando paulatinamente de un estado de confusión, a ver con claridad lo que le sucede.

Búsqueda de soluciones:

Cuando se ha comprendido en profundidad el problema, se comienza a buscar posibles soluciones, exponiendo el máximo de soluciones posibles, mediante el fluir creativo, sin pararse aún a pensar en la viabilidad de las mismas, puesto que así la persona se sentirá más libre para escoger el modo de cambiar lo que se necesita cambiar, influenciada por las circunstancias personales, y su personalidad, respetando sus creencias, valores, y deseos. Para ello se incentiva a la persona a que exponga lo que se le ocurre, sin limitaciones, para lograr el crecimiento que exige lo que vive, una vez detectado donde está la clave para solucionarlo.

Este proceso lo realiza la persona, y solo ante la detección, por parte del counsellor, de un bloqueo en la persona, este sugiere, que no impone, posibles soluciones, para que posteriormente las valore, y promover la búsqueda por parte de la persona.

Toma de decisión de cual solución se aplicará:

Con las posibles soluciones expuesta la persona comienza a valorarlas, a determinar si son viables, dependiendo de sus necesidades, circunstancias, y personalidad, logrando de este modo hallar la que más se ajuste a ella. Porque desde el counselling no se dan recetas, como no se da consejos, debido a que se considera que cada persona es única y por lo tanto encuentra una solución para ella, no extrapolable al resto. Al igual que cada persona vive los problemas de forma particular, siendo de idéntica forma como ha de resolver lo que provoca el sufrimiento, y así sentirse satisfecha al promoverse un cambio duradero para su vida.

Esta etapa es el instante más importante de todos, puesto que se comienza a realizar los cambios, objetivo de todo el proceso, por lo que el consellor, acompaña, motiva y sostiene ante las dudas, las recaídas, y temores al futuro. Es el momento donde se soluciona los problemas, y se produce el crecimiento personal, es la acción que realmente transforma la existencia. Aquí se produce lo que se denomina la resistencia al cambio, factor saludable y que siempre surge, previo a cambiar, porque los cambios acompañan de dudas e incertidumbres, e internamente se valora si el esfuerzo merece la pena. Por ello se ha de acompañar y motivar a la persona, una vez decidido como ejecutará el mismo, exponiendo, entre otras técnicas, que es el peor escenario que puede suceder, y cual es el mejor que puede acontecer. Ayudando así a valorar el esfuerzo que debe realizar la persona que quiere cambiar. Pero sin presionar ni exigir, porque el ritmo del mismo lo marca la persona, no el profesional, que sabe que cada persona dispone de su propio ritmo, dándole seguridad y sintiendo el control de sus vidas. Sabedor también que cada cambio se produce en el momento adecuado para cada persona.

Algunas ventajas del Conselling

El counselling está dentro de las llamada terapias breves, puesto que todo el proceso, por lo general, se desarrolla alrededor de 20 sesiones, lo que no impide que si se necesita alguna más se realicen, o si en menos se ha completado el proceso se finalice.

El consellor se asemeja a un jardinero, el cual acondiciona la tierra, realizando los surcos precisos, abonándola adecuadamente, plantando las semillas en el tiempo adecuado, y regando con el agua necesaria, para que el potencial de cualquier semilla se desarrolle adecuadamente, dando su fruto en el preciso momento. Así actúa el consellor, creando el clima adecuado a cada persona para que esta crezca a su ritmo, transformándose en quien siente que es, en el instante preciso, mediante la aceptación incondicional, la confianza sincera en la persona, y sus capacidades, la comprensión y la escucha activa, dispuesto a recibir lo que desee entregar la persona y aprender en todo el proceso de forma conjunta. Mostrándose tal cual es, con cercanía, y respeto a la persona. Cediendo siempre el protagonismo a la misma, quien es el actor principal del mismo.

Acompaña en todo momento, pero con especial ahínco cuando la persona ha de afrontar heridas dolorosas, donde compartirá el instante de sufrimiento, para de este modo cerrarlas sanamente, y que se encuentre un sentido a lo vivido, necesario para vivir, como expuso Viktor Frankl, quien comprobó que toda situación adversa de la vida es más llevadera si le otorgamos un sentido. Sentido que como todo ha de ser personal, es decir, es una razón por la cual vivir, el motivo por el cual cada ser humano afronta los retos de la vida, y permite disfrutarla y hacerla llevadera, ya sea un sueño, un hijo, un trabajo o cualquier aspecto que tome significado para la persona, que transforme la rutina cotidiana en transcendente para ella, por donde desarrollarse como ser humano, mejorando su calidad de vida, y gozando de la existencia, eludiendo el vacío, con el cual llegan a la consulta. En un permanente proceso de cambio, y abordando retos personales que convierta la vida en única para sí.

Con el counselling las personas descubren su potencial, su capacidad para convertir el sufrimiento en vida, en goce, en ilusión y esperanza, obteniendo la verdadera seguridad, que no es otra que la de creer en sí, confiar en nuestra capacidad para afrontar cualquier situación, convertir el dolor en un proceso de crecimiento, de nacimiento personal, entendiendo que este surge para avisarnos de que se ha de realizar cambios saludables, pues ya no funciona algunos aspectos que en el pasado nos ayudaron. Así desarrollamos un optimismo real, y comprendemos que toda crisis es una oportunidad de crecimiento.

Facilita la vida al comprender que hemos de ocuparnos de nosotros, y no pretender controlar todos los aspectos de la vida, actitud que requiere de exceso de energía, sin lograr su pretensión, mientras que centrarnos en cómo nos sentimos, cómo actuar ante lo que de una u otra forma nos sucede, simplifica la existencia, y de este modo se vive más relajado, lo que permite disfrutar de cada momento, en paz y calma.