Hay que trabajar juntos

17 Dic 2018 lectura de 7 minutos
Hay que trabajar juntos

Odontólogos y osteópatas trabajan y colaboran juntos para los problemas de la boca, los dientes, la mandíbula, los huesos craneales, desde que el sistema de osteopatía craneal ha sido creado. La clave para la integración de los conceptos de ambas profesiones es el respeto por el movimiento inherente en el cuerpo humano, incluyendo las estructuras del cráneo (huesos, membranas, fluidos, SNC).

La idea básica es que todas las partes del cuerpo están estrechamente interconectadas. La boca y la mandíbula no están separadas de las piezas del resto del cuerpo y los cambios en estas áreas influirán en el mismo cuerpo y viceversa.

Los problemas que afectan a la boca y a los dientes tienen un efecto directo sobre el resto del cuerpo. Los componentes anatómicos de esta estructura son: la mandíbula, la lengua y los dientes. Abrimos y cerramos la boca, movemos la lengua y ingerimos los alimentos y los líquidos. ¡Es una máquina perfecta!

Dada la complejidad de esta articulación (ATM) ligada a la funcionalidad del cráneo y a la postural, es indispensable evaluar escrupulosamente la fiabilidad de cada diagnóstico.

Es necesario saber, sin embargo, que cada máquina tiene sus propios problemas, la mandíbula puede ser demasiado prominente o muy retraída, puede que no se desplace correctamente a la derecha o a la izquierda, puede hacernos sentir un "clic" persistente y fastidioso a nivel de la articulación con el temporal (ATM) y especialmente los dientes, las prótesis o las obturaciones que si faltan o están mal hechas pueden atascar esta máquina.

Nosotros deglutimos 1200-1300 veces al día, este acto espontáneo provoca una gran solicitación mecánica del aparato oro-bucal.

Los músculos de la masticación se contraen y relajan de forma continua, impactando el suelo de los huesos del cráneo, mientras la lengua va hacia delante, separando el maxilar de la mandíbula. Es el equilibrio de estas fuerzas que ayudan a fijar la estructura de la boca y la posición de los dientes.

Si la respiración nasal se ve comprometida, la mandíbula debe permanecer abierta. Algunos de estos problemas pueden ser tratados con la osteopatía, otros requieren la intervención de ortodoncia. El tratamiento osteopático es importante especialmente, para mantener los tejidos libres y un correcto equilibrio postural.

En los lactantes y los niños, todo lo expuesto arriba interfiere con el desarrollo de los huesos del cráneo o de la bóveda palatina y afectar la respiración y la deglución, debido a un espacio no suficiente para la lengua: paladar estrecho o arqueado.

Las causas son muchas:

  • Trauma de nacimiento
  • Traumatismo directo o indirecto a nivel cráneo-facial
  • Perdida de dientes de leche temprana o falta de dientes
  • Ortodoncia errata
  • Problemas de crecimiento
  • Respiración dificultosa
  • Continúa chuparse el dedo
  • Los factores genéticos

Si una persona tiene problemas crónicos de deglución, los músculos implicados se contraen creando tensión a la mandíbula, a la cara y a la espalda. Esto puede causar la característica postura con la cabeza movida hacia adelante, lordosis cervical y lumbar más acentuadas.

Es fundamental, saber discriminar el problema CAUSA-EFECTO, especialmente en relación con el desarrollo y el crecimiento. De hecho, reiteramos firmemente que una correcta anamnesis es la base o el punto de partida para un correcto tratamiento osteopático.

"La función gobierna la estructura como la estructura gobierna la función" es un concepto básico para distinguir lo que es el principal problema! La unidad funcional y la unidad estructural recuerdan el concepto global, especialmente en lo que respecta al sistema estomatognático postural.

Todas las conexiones cráneo-faciales son interdependientes entre ellas, por ello, tanto las problemáticas relativas al aparato ORL y motricidad ocular pueden participar en el concepto de "Causa y Efecto" OCLUSIÓN. Por oclusión el parámetro que viene adoptado a nivel mundial es el de ANGLE, que proporciona la división en 1ª, 2ª, 3ª clase, la segunda clase viene ulteriormente subdividida en dos subclases, la 1 y la 2 división.

Según este autor la 1 clase de ortodoncia, el primer molar superior debe articularse de una forma precisa con el surco externo del primer molar inferior, el canino superior debe articularse entre el canino y el primer premolar inferior. Anteriormente los incisivos superiores deben supravanzar los inferiores en 1,2 mm.

Las 2 clases se caracterizan por una retirada relativa de la mandíbula, los molares superiores y inferiores pierden el contacto atrasándose medio diente.

La clase 3 están representados por el avance de la mandíbula respecto al maxilar superior.
Un papel de gran importancia en todo lo descrito hasta el momento, es el protagonizado por el hueso hioides posicionado justo debajo de la mandíbula, fácilmente palpable durante la deglución. Para nosotros osteópatas el hueso hioides viene considerado un hueso de equilibrio entre la mandíbula y el esqueleto.

Para agilizar o entender esta charla del equilibrio tenemos que pensar que este hueso representa el soporte óseo de la lengua, crea relaciones con 9 facias y presenta 24 inserciones musculares, por ello podemos perfectamente entender como el hueso hioides a parte el tener una estrecha relación con el cráneo, también pueda influenciar la postura y la globalidad del cuerpo humano por medio de sus inserciones musculares.

Con el incremento de la tensión de los músculos de la deglución, la mandíbula se mueve posteriormente respecto a su normal posición para crear una compensación (raramente se mueve a anterior).

Esto llevara estrés a la articulación temporo-mandibular, creando molestias, dolor, el clásico ruido de clik entre otras cosas. Entre otras cosas también ,habrá una mala oclusión de los dientes, poniendo algunos, bajo excesivas fuerzas y a otros bajo del mínimo.

Síntomas que pueden ser tratados con osteopatía que dependen de una mala oclusión

Es sorprendente descubrir cuántos son los problemas dentales que tienen causas mecánicas y que se pueden tratar con la osteopatía.

Extracciones dentales

La fuerza utilizada para extraer un diente a menudo se transmite a través de las articulaciones a los huesos de la cara causando un bloqueo o una alteración a su movimiento natural.

Prótesis dentales

Una dentadura superior tiene el efecto de mantener los huesos de la mandíbula y del aire en la nariz.

Es fundamental mantener siempre una justa altura entre la mandíbula y el maxilar, algo difícil cuando faltan dientes, en caso contrario se crea un desequilibrio en la acción de los músculos de la mandíbula con consiguientes contracciones y rigidez del cuello y todo lo que le sigue. Algunas personas no tienen las muelas y esto crea una gran dificultad en la masticación creando una intensa tensión a las estructuras de la cabeza y del cuello, con consiguientes cefaleas y cervicalgias.

Aparatos y tratamientos ortodóncicos

Los tratamientos de ortodoncia tienen el efecto de variar el normal funcionamiento de la cara y pueden tener repercusiones en todo el cuerpo. El estrés se inflige en los huesos de la cara cuando los dientes se mueven en su cavidad, causando así restricciones o bloqueos en los huesos de la cara, con los síntomas descritos anteriormente. Incluso los Bytes, aparatos en resina y silicona, construidos para rehabilitar la articulación temporo – mandibular, curar el bruxismo, las cefaleas, tortícolis y incluso hormigueos en los dedos, si mal ejecutado, o no controlada periódicamente pueden agravar la patología. En todos estos casos siempre hay que combinar el trabajo del dentista con el de un osteópata, cuyo trabajo es muy recomendable antes de instalar el aparato para reducir el estrés al mínimo.

Durante el tiempo que el aparato se lleva, para ayudar al cuerpo a aceptar los cambios causados por la adaptación a una nueva postura y reducir al mínimo sus síntomas. Después cuando se retira el aparato, para reducir los efectos de largo plazo.