El perro de terapias, un co-terapeuta muy especial

Rosa Victoria Navales Figueras
4 May 2018 lectura de 6 minutos
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Mi madre tiene Alzheimer, ya no nos conoce a ninguno de nosotros, pero cuando nota el cosquilleo del morrito de Tofu, abre los ojos, sonríe y alarga su brazo para acariciarlo.

Este es el ejemplo de la Sra. A, ingresada en una residencia desde ya hace mucho tiempo por un Alzheimer avanzado, en el que ya no conoce a ninguno de sus hijos, no habla y se pasa dormitando toda el día. Participa desde hace un tiempo en las sesiones que se organizan de terapia asistida con perros.

Esta terapia, complementaria a cualquier tipo de tratamiento convencional o alternativo de las enfermedades degenerativas, la discapacidad y las demencias, se hace con un perro especialmente adiestrado para este fin, con el fin de ayudar a que las personas puedan ser más autónomas y desarrollarse mejor en la vida diaria. En otras palabras es hacer una serie de ejercicios de estimulación física y cognitiva para que las personas trabajen aspectos motrices y cognitivos que ya han perdido, que están perdiendo o que necesitan adquirir.

¿Y por qué un perro?

El uso de perros como terapeutas a domicilio o en el hospitalEs muy conocida también la terapia con delfines o con caballos. Y puede ser una excelente terapia para una persona mayor que vive sola tener un pájaro o un pez o tener un pequeño huerto o una sola planta, incluso. Todo lo que implica cuidar de otro ser vivo es positivo porque nos ayuda a pensar en sus necesidades, nos sentimos gratificados por las reacciones que obtenemos de este ser vivo y, sobre todo, nos hace sentir amor.

Un perro es más práctico que un delfín o un caballo, por supuesto, se puede tener en casa y no se necesitan instalaciones especiales ni desplazarse a un lugar concreto para realizar la actividad y, en el caso de los perros de terapias, pueden desplazarse en un coche normal y también interactúan mucho con el ser humano y tienen una sensibilidad especial para aquellas personas que pueden parecer más vulnerables. Un perro, en general despierta ternura, puede despertar recuerdos, hacer volar la imaginación y provocar muchas sonrisas.

La terapia con animales o plantas está basada en el amor que puede sentir una persona hacia otro ser. Al sentir amor, nuestro cuerpo produce una serie de hormonas que intervienen muy directamente en nuestra felicidad. Esta estimación nos hace sentir útiles e importantes, a todos, pero especialmente a aquellas personas que pasan muchas horas solas, o que a veces se sienten excluidos o rechazados en nuestra sociedad, ya sea porque ya no se pueden valer por sí mismos, porque van perdiendo facultades, o porque están pasando por momentos difíciles. Paralelamente los animales tienen la capacidad de amar sólo por la sola presencia de alguien y no prejuzgan a nadie.

Pero no todo el mundo puede tener un perro en casa, especialmente gente mayor que vive sola...

Perros de terapias a domicilio

Claro, de ahí la importancia de que el perro de terapias se pueda desplazar al domicilio de la propia persona. Esta es una actividad cada vez más popular en residencias geriátricas, pero también es ideal para personas en su propio domicilio.

Ya lo sabemos que los perros necesitan cuidados, deben alimentarse, sacar a pasear, son un gasto más en el hogar (veterinarios, comida ...) y no todo el mundo puede hacerlo. Además, un perro puede provocar caídas en personas con dificultades de movilidad. Con la terapia a domicilio se pueden obtener muchos de los beneficios del contacto con un perro, pero con la certeza de que no te pedirá que lo saques a pasear a la madrugada, ni con gastos económicos a tu cargo. El perro en el domicilio, hace su trabajo y marcha. Dependiendo del estado de la persona, se pueden planificar unas actividades u otras. Si no hay deterioro cognitivo, normalmente serán actividades de interacción (cepillo, paseo, alimentación, nociones de adiestramiento, juego con el perro ...). La ventaja es que si ese día llueve o la persona se encuentra mal, no tiene que sacar a pasear al perro; si hay un deterioro cognitivo, entonces, se planeará los aspectos a trabajar con la familia o cuidador (por ejemplo, los días de la semana, las partes del cuerpo, los números ...).

Pero... ¿qué perros?

No todos los perros son aptos para perros de terapias. Del mismo modo que hay algunas personas que sirven más para unos temas o por otros con los perros pasa lo mismo. En general un perro de terapias no serviría para perro de defensa, porque es muy cariñoso y bueno y le encanta el trato con los humanos. Un perro de terapias debe pasar unos tests para evaluar sus comportamientos, debe estar asegurado, pasar controles veterinarios frecuentes y estar debidamente desparasitado interna y externamente.

En cuanto al adiestramiento es importante una obediencia básica. Un perro de terapias no es un perro de asistencia. No es necesario que sepa poner la lavadora, guiar a una persona ciega por la calle o ayudar a pasar una persona en silla de ruedas de la cama al sofá. Cuanto más monerías pueda hacer el perro, mejor, sí.

Pero cada perro es un mundo y lo importante es conocer bien al perro con que haces terapias, mejor si es el tuyo propio, saber qué actividades puede hacer y cuáles no, combinar actividades que tenga que estar activo con otros que deba estar pasivo y evitar que se estrese. Es intolerable la agresividad con los humanos. Por lo demás hay que tener presente que es un animal, que puede ser que tenga un mal día y no quiera obedecer porque está cansado, le duele la barriga o tiene hambre. En cualquier caso, si el perro no responde a alguna actividad de forma esperada, hay que sacar importancia al asunto y comentar con los usuarios que él también se puede equivocar y pasar a hacer una actividad más pasiva.

Todos los perros podrían hacer terapias si pasan las pruebas de aptitud, aunque se descartan las razas peligrosas por el riesgo que conllevan y también por motivos estéticos, ya que una persona con demencia o discapacidad intelectual puede no comprender que tras su cara de malvado puede esconderse un gran corazón. También se recomienda que los perros no sean ni blancos (porque pueden deslumbrar), ni negros (porque tienen menos expresividad), aunque no es condición imprescindible.

Personalmente yo opto por los perros adoptados o cruzados. En general dicen que son más sanos e inteligentes, que son más nobles, pero sobretodo es una forma también de sensibilizar a la sociedad sobre un problema, el del abandono de animales, pero también de ver que alguien que no está dentro de lo “estándar” de “lo perfecto”que quizás fue abandonado o maltratado de joven, puede reinsertarse y ser respetado y amado en su mundo y de dejar ver las imperfecciones que tiene. Creo que esto crea más empatía con los usuarios y sus familias.