La respiración

Franck Montoro
20 Feb 2017 lectura de 7 minutos
La respiración

Nacemos, y por primera vez, inhalamos. Vivimos la mayor parte de nuestra vida respirando automáticamente, sin ninguna conexión con nuestro aliento de vida. Y con nuestra última exhalación, morimos.

Desde los tiempos más remotos, todas las enseñanzas tradicionales, dignas de este nombre, han focalizado sobre el trabajo respiratorio y su eficacia, en los campos de la consciencia corporal, mental y emocional. Podemos vivir con un pulmón, con un riñón, con una parte del hígado retirado, pero sin respirar, se acaba la vida. La vida misma es respiración.

Existen tres maneras básicas de respirar;

  1. La respiración puede ser involuntaria e inconsciente,
  2. voluntaria así que consciente,
  3. o involuntaria consciente (la observas sin hacerla).

Dentro del campo de la respiración consciente y voluntariamente controlada, existen muchos métodos distintos y aquí os dejo a vuestro maestro interno para decidir cuál es el mejor para vosotros. Los sufíes tienen los suyos, los yoguis tienen los suyos, los buceadores tienen los suyos, los corredores tienen los suyos; aunque el aliento de vida es uno, muchas son las maneras de utilizarlo. Que uno te diga que el suyo es mejor que el del otro me parece del dominio del egocentrismo estúpido, pero una vez más, solo TÚ puedes saber; solo si TU experimentas lo que uno te dice, y lo comparas con otros modos de funcionamientos respiratorios, que tú también habrás practicado. La sabiduría se adquiere a través de la experiencia directa, no a través de lecturas o charlas.

Por lo que a mí me gusta experimentar, me quedo con la respiración involuntaria consciente, que mezclo según el momento, y el efecto deseado, con la voluntaria consciente, momento a momento.

Esto es muy sencillo de entender, ahora mismo mientras lees estas líneas, puedes empezar a Inhalar y exhalar de manera voluntaria, parar, retener tu respiración o prolongar las inhalaciones y acortar las exhalaciones, etc.

¿Pero, para qué?

Pienso que si uno no es consciente de su respiración, no puede ser consciente de sus tensiones; siendo estas últimas el resultado de una mala respiración.

La respiración no es solamente un fenómeno que se para a los pulmones; se expande a todo nuestro cuerpo, a todas las células de nuestro cuerpo, y más allá de nuestro cuerpo. Cada milímetro de nuestro ser es respiración, así que cuando uno entiende este fenómeno, puede empezar a expandir su propio aliento a todo su cuerpo, a todo su campo magnético, y más allá...

Si no eres consciente de tu respiración es muy complicado que puedas saber cuando algo te tensa, o cuando alguien te tensa, o cuando unas palabras te encogen, o cuando unos sentimientos te ahogan. La respiración consciente, voluntaria, o solamente observada, sin interferencias consciente (la más complicada desde mi punto de vista), son las puertas hacia la consciencia corporal, mental, y emocional. Y si eres capaz de conscientemente regular tu respiración momento a momento, puedes regula también, tanto tus reacciones emocionales, como tus reacciones a los pensamientos.

Según la medicina China, las emociones son energía en movimiento. Si uno de los órganos internos funcionase de manera desequilibrada, las repercusiones sobre nuestras emociones serían directas, y por supuesto nuestra mente y nuestro cuerpo funcionaría de un modo distinto que si fuesen equilibradas.

La respiración permite ayudar a limpiar los estancamientos energéticos internos, y regular el funcionamiento de la unidad cuerpo, mente, fuerza vital.

Hace un cierto tiempo encontré un libro excelente en cuanto a todo el trabajo consciente sobre la respiración y las tensiones, y digo excelente porque las personas que lo han desarrollado están expuestos a situaciones extremas, tanto fisiológicas como psicológicas; el libro está titulado “Let every Breath...”, secret of the russian Breath masters, Vladimir Vasiliev. Deja cada soplo..., el secreto de los maestros rusos de la respiración. Respirar bien en un entorno tranquilo, natural, sin nadie, o desde un bosque, o cerca del mar, o en montaña, es una cosa; respirar bien en el caos diario de la vida es otra cosa. Las prácticas de este libro son una mina de oro para afinar tu conocimiento interno, y solo necesitas de ti mismo, tu entorno directo y tu respiración.

Otra inspiración interesante que encontré hace un año atrás, y de la cual practiqué el método básico de diez semanas, es “el método Wim Hof”; su lema es, “Sé fuerte, saludable y feliz”. Su método es una mezcla de trabajo respiratorio con Asanas de yoga, y inmersiones en aguas frías. Funciona, y es muy utilizado por miles de personas de muchos ámbitos distintos que quieren mejorar su vida diaria, tanto físicamente, que mentalmente y emocionalmente. Si es cierto que somos todos budas, no todos somos capaces de desarrollarlo plenamente; y muchas veces, solo por falta de práctica diaria continúa, momento a momento.

Osho decía que el camino hacia uno mismo empezaba primero por la toma de consciencia del cuerpo, una vez uno tenía la raíz, pasaba a la observación de la mente, lo que lo llevaba después al trabajo sobre las emociones. Estoy totalmente de acuerdo con él, si uno no tiene contacto con su cuerpo veo muy complicado, por no decir imposible, que pueda sentir el resultado de un pensamiento, o de una emoción sobre sus células. ¿Cuántas veces tienes la nariz tapada o goteando, y no relacionas esto con la persona que literalmente “te toco las narices” el día anterior? ¿O de repente te encuentras con alguien, hablas con él o ella, y cuando te vas te sientes vaciado, o vaciada, y no lo relacionas con la “vampirización” de cual acabas de ser el sujeto? Si tu ser es fuerte, sentirás todas estas señales internas, pero no te perturbaran. Nuestro cuerpo es la antena que nos permite sentir lo que nos está pasando a todos los niveles, y por esto lo tenemos y que es importante que sintonizamos nuestra mente y nuestro corazón con él, sino pasamos a través de la vida como un zombi; desconectado de lo que hay en este mismo momento.

Algunos quieren vivir sin dolor y es muy fácil, como lo decía muchas veces un amigo a sus alumnos, solamente hace falta quitarse del cuerpo todas las glándulas. El sufrimiento es inherente a la vida humana, y que sea físico, emocional, o psíquico, es lo que nos toca siendo humanos, y uno tiene que aprender a vivir con ello de la mejor manera posible, momento a momento. Aunque nos gustaría, el paraíso como algunos nos lo cuentan, nunca ha existido sobre este planeta, y visto el panorama de hoy en día, dudo mucho que exista un día, ni aquí, ni allá. Es un sueño que deja a muchos totalmente dormidos, por los intereses económicos de otros; que estos interese sean religiosos, económicos, filosóficos o políticos.

Si el infierno está sobre este planeta también está el paraíso, y la única manera de sintonizar con uno, o con el otro, depende de cada uno de nosotros; la llave de este encuentro se esconde dentro de cada uno y cada una de nosotros, y se llama el aliento vital, o Respiración.

Lo bueno de esta llave es que no cuesta nada, se lleva constantemente con uno mismo y no necesita de espacio especial o herramienta específica; está siempre disponible y a mano. Así que disfrútala.

Para mí esta es la mejor explicación sobre mi punto de vista:

Namaste.