Los beneficios de la arcilla

Maica Angel
1 May 2018 lectura de 16 minutos
Los beneficios de la arcilla Recomendado

La geoterapia es el uso terapéutico de diferentes tierras medicinales, como la arcilla, para la prevención, alivio o curación de enfermedades. Ya los egipcios la utilizaban para momificar a los muertos y los griegos para calmar dolores y curar fracturas.

La arcilla tiene una gran variedad de aplicaciones, así como una composición química que varía mucho de un tipo de arcillas a otras, dándoles unas propiedades específicas. Químicamente la tierra contiene en esencia, las principales sales minerales que el hombre necesita: sílice, fosfato, hierro, calcio, magnesio, sodio, potasio, etc.

Actualmente, el uso de la arcilla se está extendiendo cada vez más, tanto en uso terapéutico como estético.

Historia de la geoterapia

El uso de la arcilla se remonta a antiguas civilizaciones de Oriente, como los egipcios, los cuales la usaban para momificar los cuerpos por sus propiedades purificadoras. Estos también conocían sus propiedades en el tratamiento de heridas, inflamaciones y enfermedades cutáneas. En África occidental, conocían varios tipos de arcillas que empleaban para la higiene y en tratamientos de belleza. En Filipinas, Asia y Malasia la usaban para curar infecciones intestinales y para la diarrea y en la China para combatir el cólera y las enfermedades parasitarias.

El Padre de la Medicina Hipócrates(460-377 a.C.), ya consideró la arcilla como un importante elemento curativo, así como Dioscórides utilizaba la arcilla vía interna como antídoto contra los venenos y vía externa en forma de cataplasmas para tratar problemas inflamatorios.

Galeno recogía tierra arcillosa de las canteras de Lemos, para estudiar los efectos curativos en enfermedades como la disentería, las intoxicaciones, hemorragias e incluso la peste.

Avicena (un médico árabe), Gandhi y otros muchos, ya encontraron las propiedades curativas de la arcilla. Incluso en el Tíbet, ingerían arcilla roja para prevenir el bocio.

Sebastian kneippSebastian Kneipp (1821-1897)

Era sacerdote y fue un gran promulgador de la Hidroterapia y la Geoterapia. Desde muy joven, ya utilizaba la arcilla tanto por vía externa como interna. Escribió: “ La arcilla elimina las inflamaciones, externamente absorbe cuanto es patógeno y pútrido, purificando de esta forma abscesos y úlceras. Así se confirma como un excelente remedio para el dolor de cabeza, de espalda, para las inflamaciones, las hinchazones, los abscesos, las intoxicaciones, las distorsiones”.

Luis Kühne

Kühne fue otro pionero en el uso de la arcilla, poniendo en práctica su uso en su establecimiento de Leipzig. Él opinaba que la causa única y común de toda enfermedad es la acumulación de sustancias extrañas en el organismo. Experimentó con éxito en casos de reumatismo, dolores musculares y nerviosos, lumbago, ántrax, forúnculos, eccemas, fístulas, gota, etc..

Adolf Just (1859-1936)

Just era un librero de oficio que se convirtió en naturista a raíz de sufrir una patología del sistema nervioso. Decidió curarse con la aplicación de arcilla y lo consiguió. Años después, fundó el Sanatorio de Jungborn, dónde aplicó con éxito compresas de arcilla en el tratamiento de afecciones en el pecho, en todo tipo de dolores, enfermedades de cuello, ojos y oídos, en enfermedades del bajo vientre y afecciones genitales.

Actualidad

Actualmente la arcilla vuelve ha recuperar protagonismo, tanto en su uso en balnearios como en el tratamiento de diversas dolencias. Es un remedio muy útil, eficaz y fácil de aplicar.

¿Qué es la arcilla?

Las arcillas son rocas sedimentarias procedentes de la erosión lenta de los feldespatos presentes en el granito, cuyo componente principal es un silicato de alúmina. La arcilla puede formarse diversos lugares, desde ambientes marinos profundos (bentos), en lagos, etc. La composición total de las arcillas varía bastante de un yacimiento a otro, lo cual les dará diferentes virtudes, aunque todas mantendrán las básicas. Las arcillas más interesantes, especialmente desde el punto de vista terapéutico, son las más ricas en silicio. Además del silicio, elemento principal en forma de sílice y silicato de alúmina, las buenas arcillas deben contener otros elementos minerales, tales como la cal, magnesio, óxido de hierro, óxidos alcalinos, etc..

El resto de componentes y las cantidades de estos en la arcilla marcarán su calidad y su coloración. Podemos encontrar tonos desde el pardo al rojizo, pasando por la gama de los amarillos, los ocres y los verdes, y hasta negras. También encontramos el caolín, que es un derivado de la arcilla, el cual se caracteriza por su color blanco puro.

Propiedades de la arcilla

La arcilla seca no tiene tanto valor terapéutico: las verdaderas propiedades las encontraremos cuando la arcilla ha sido humedecida (preparada).

  • Absorbente. Es su principal función. Adsorber microorganismos, sustancias tóxicas del organismo, realiza una acción desecante, antiinflamatoria y antiedematosa.
  • Acción antibacteriana y antiséptica.
  • Acción vermífuga (vía interna).
  • Antiinflamatoria, antiedematosa y desintoxicante.
  • Remineralizante Esta acción dependerá de la cantidad de oligoelementos que posea.
  • Cicatrizante y astringente.
  • Tónica del organismo.
  • Antiácida Esta acción es especialmente importante en la arcilla blanca o caolín. Su composición suave la hace idónea, en uso interno, para neutralizar la acidez gástrica, además de favorecer la regeneración y cicatrización de la mucosa, así como a combatir las posibles infecciones.

Tipos de arcilla

Las arcillas tienen una composición muy distinta según su zona de origen y contienen minerales, sales solubles y, en mínimo grado, sustancias orgánicas. Podemos encontrar diferentes arcillas según la textura: gruesa, fina o superfina. La superfina es la de elección en caso de uso interno.

Principales tipos de arcillas según el color

  • Arcilla Verde: Tiene un gran poder absorbente, por tanto es muy útil como antiedematosa y desintoxicante de impurezas. Reduciendo el estancamiento de fluidos y lípidos. Según esas propiedades las usaremos en acné, forúnculos, atrofia del sistema linfático, retención de líquidos renales y sinoviales, intoxicación hepática, etc. . Se utiliza muchísimo en forma de emplastes en casos de agujetas, inflamaciones articulares por exceso de líquido sinovial, golpes y hematomas, celulitis, edemas en tobillos, ataques de gota, etc.
  • Arcilla Roja: Es la más rica en óxidos de hierro. Esta arcilla la aplicaremos donde hay calor o inflamación con temperatura y fiebre. La usaremos en casos de anemias, siendo útil también en leucemias. También podemos tratar dolencias como ciática, tortícolis, dolor reumático, artrosis, lumbalgias, úlceras, desmineralización, erupciones, hongos, migrañas, problemas circulatorios, arritmias, insuficiencia hepática y biliar, etc.
  • Arcilla Blanca: Este tipo de arcilla suele usarse vía interna, pero vía externa también actúa eficazmente en inflamaciones locales como en dolores de muelas, gingivitis y irritaciones cutáneas. Es un talco ideal para niños y adultos, evitando la aparición de roces y llagas después de largas convalecencias.
  • Arcilla Negra: Este tipo de arcilla no es muy conocido, ya que no tiene un gran valor medicinal por sí sola. Pese a ello, si la alternamos con la arcilla roja, da excelentes resultados en la regeneración de fracturas óseas y de cartílagos.
  • Otras: Amarilla, ocre o tonalidades intermedias.

Tipos de arcilla y sus efectos terapéuticos

Preparación de la arcilla

Para la aplicación terapéutica utilizaremos arcilla en polvo purificada: ventilada o aireada y soleada, libre de materia orgánica. Es decir, secada al sol de forma natural.

La arcilla se vende ya esterilizada, en polvo, pero también se encuentran productos ya preparados como tubos de arcilla húmeda, tiras de arcilla, preparados para mascarilla faciales, o se incluye en la composición de dentífricos, desodorantes, jabones, cremas, etc. deberemos evitar un calentamiento excesivo del agua al prepararla, evitando no sobrepasar de su temperatura de ebullición.

Material necesario para la preparación:

  • Cuenco de cerámica, barro, vidrio o gres (nunca de metal oxidable ni aluminio).
  • Espátulas de madera o de plástico.
  • Esponja para retirar la arcilla después de la aplicación.
  • Trozos de tela para la confección de cataplasmas, compresas, etc. ·
  • Agua potable, preferentemente de manantial o mineromedicinal, nunca del grifo. 7

Preparación de la arcilla

Podemos prepararla de dos formas, básicamente:

  1. Vertiendo la arcilla en el agua. Se vierte en el cuenco la cantidad deseada de agua , espolvorearemos la arcilla sin remover (opcional) hasta haber cubierto el agua. Se dejará reposar durante unos 10 minutos y ya estará lista para ser aplicada.
  2. Vertiendo el agua sobre la arcilla. Se deposita la arcilla en un recipiente y se añade, poco a poco, una pequeña cantidad de agua que cubra formando una capa superficial. Se deja reposar unos 10 minutos para que la emulsión se forme “sola”. Así evitamos los grumos. La consistencia vendrá determinada por la cantidad de agua, pero, para emplastos y cataplasmas, debe tener una textura espesa .

Temperatura de la arcilla

Según el tipo de tratamiento, utilizaremos la arcilla fría o tibia-caliente. En ningún caso la aplicaremos muy caliente, ya que las temperaturas muy elevadas destruyen las propiedades de ésta. Si tenemos que calentar la arcilla, lo haremos con doble hervidor (baño María), nunca en el microondas.

¿Cuándo aplicar la arcilla fría o tibia?:

  • Fría En una zona inflamada o congestionada que desprende calor
  • Tibia o Caliente: En zonas desvitalizadas utilizaremos la arcilla tibia o caliente para conseguir una revitalización del organismo
  • Tibia: la función de la arcilla tibia es la de tonificar un órgano desvitalizado (en insuficiencia), calmar un dolor neurálgico, etc.. Las aplicaciones, por lo general, tendrán una duración total de 30 a 60 minutos aproximadamente; aunque en el caso de las mascarillas, la exposición puede llegar a ser de sólo 15 minutos.

Observaciones generales

Crisis curativa: Es probable que los primeros días notemos que el organismo está alterado, pensando incluso que está empeorando, pero esta es una buena señal. Por ejemplo, en el caso de un acné, los primeros días de tratamiento empeorará, ya que se está limpiando la piel con profundidad, sacando a la superficie todas las toxinas subcutáneas. En el uso interno, también pueden haber cambios en la textura de las heces, en el olor corporal o en el color de la orina. · Retiraremos la arcilla, una vez finalizada la aplicación, con agua fría o tibia (nunca usar jabón ni alcohol).

Por su poder depurativo y astringente, la piel puede quedar algo reseca o tensa después de la aplicación. Es por este motivo que es recomendable aplicar una crema hidratante, aceite de almendras dulces, etc.

Aplicaciones de la arcilla terapéutica

Vía Externa

La aplicación de la arcilla no se aplicará durante la fase de digestión en ninguna zona del organismo, excepto en las aplicaciones superficiales (mascarillas) o finas en las extremidades.

  1. Cataplasmas: Una cataplasma se compone siempre de una espesa capa de arcilla extendida sobre una tela de algodón o lino (o cualquier tejido natural, ya sea desde una hoja de col a celulosa sin teñir) y aplicada por la parte arcillosa, directamente sobre la piel, que ha de estar completamente limpia. Hay en el mercado cataplasmas ya preparadas: simplemente hace falta mojarlas en agua mineral o destilada y aplicarlas.
  2. Emplastes: Se aplica una capa de arcilla espesa directamente sobre la zona a tratar. El grosor mínimo será de 0’5 cm. Tiene las mismas características que la cataplasma, a diferencia de que el emplaste no está cubierto y se deja secar al aire libre.
  3. Envoltura, vendajes y compresas: Se empapan las vendas o telas de algodón en una preparación arcillosa fluida, se escurre ligeramente el excedente y se aplican sobre la zona a tratar. . Son apropiadas para la cara, cuello, escote y cabello. Se pueden aplicar con pincel o con las manos.
  4. Baños de arcilla: Existen balnearios muy apreciados por sus baños termales con fangos o arcilla. Podemos elaborar un baño en nuestra casa, si disponemos de un buen barreño o una pequeña piscina hinchable: depositamos en ella de 5 a 10 kilos de arcilla, añadimos agua al gusto y realizamos un baño de 20 a 30 minutos. Debido a la gran cantidad de agua que debe depositarse en la bañera, resulta caro y poco ecológico utilizar agua embotellada o destilada.* Si realizamos el baño en la bañera, corremos el riesgo de obstruir las cañerías.*
  5. Fricciones o humectaciones con agua de arcilla: Se disuelve en agua una pequeña cantidad de arcilla, con la que empaparemos una toalla o una esponja para frotar suavemente la piel.
  6. Empolvado: Se aplicará la arcilla en polvo sobre la zona a tratar. La usaremos para reemplazar el talco en caso de excesiva sudoración, irritaciones cutáneas, picores.
  7. Enterramientos en arena: Esta aplicación ya se practicaba en las antiguas civilizaciones egipcia y griega, usándola en casos de trastornos óseos, raquitismo, Se toman al sol, normalmente en la playa. Se excava un hueco de la medida del cuerpo y se cubre a la persona, dejando fuera la cabeza, la cual se protegerá de un exceso de sol. Su duración será de unos 10 a 20 minutos, seguido de un breve baño en el mar.
  8. Baños de agua arcillosa o lodo: Normalmente se realizan en balnearios, ya que tienen las instalaciones adecuadas, pero nosotros también los podremos realizar en casa. Vamos a llenar la bañera, ya sea de agua caliente o fría, añadiéndole 10 cucharas soperas de arcilla en polvo; de este modo conseguiremos un lodo más diluido que el de los balnearios. A los baños de arcilla podemos añadir aceites esenciales o infusiones de plantas. Estos baños mejorarán el estado general del cuerpo y de la piel, actuando muy eficazmente en casos de estrés, ansiedad o insomnio. . Su duración será de 15 a 20 minutos.

Vía Interna

Tomar en ayunas una cucharadita de café de arcilla disuelta en un vaso de agua basta para mantener unas cantidades necesarias de minerales en nuestro organismo. Además de tener una acción reguladora y purificadora, la arcilla también enriquece la sangre aumentando los glóbulos rojos en casos de anemia.

  1. Agua de reposar arcilla: Se prepara añadiendo una cucharadita de café de arcilla blanca a un vaso de agua, removiendo bien y dejándola reposar unas 5-6 horas (o toda la noche) para que se decanten la arcilla y el agua. Al finalizar, se tomará, en ayunas o fuera de comidas, sólo el agua, dejando el depósito en el fondo del vaso.
    Para la vía interna, la arcilla blanca es la más recomendable e indicada,para la preparación procuraremos que el vaso sea de cristal grueso, ya que la presión de la arcilla lo podría romper. La cucharita a utilizar tiene que ser de plástico, acero inoxidable o de madera.
  2. Arcilla en forma de bolitas, cápsulas o grageas: Podemos formar una pasta espesa y realizar unas pequeñas bolitas para tomar con agua. Pero también podemos encontrar formas prácticas, como cápsulas o grageas que contienen arcilla, en herboristerías, y muchas veces pueden sustituir al agua arcillosa.
  3. Gargarismos y enjuagues: Para realizar enjuagues o gargarismos, pondremos una cucharada sopera de arcilla y una cucharadita pequeña de sal marina en medio litro de agua caliente, sin que ésta llegue a hervir. Serán utilizados en casos de amigdalitis, aftas, flemones, piorrea, gingivitis, cándidas, entre otros.
  4. Enemas o lavativas: Se pondrá en el recipiente del enema medio litro de agua tibia-fría con 1 cucharada sopera de arcilla, agitándolo varias veces. Seguidamente se introducirá la lavativa, siendo aconsejable aguantar el líquido de 3 a 5 minutos antes de evacuar. Permiten limpiar nuestro cuerpo de toxinas, microbios y parásitos, además de ayudar a regular las deposiciones
  5. Irrigación vaginal: Utilizaremos un irrigador vaginal, el cual prepararemos con 1 cucharada sopera de arcilla blanca por litro de agua. Se aplicará directamente en el conducto vaginal, durante unos 5 minutos. Esta técnica ayuda a mantener la higiene del aparato reproductor femenino y es útil en caso de micosis, cervicitis, metritis, vaginitis, etc.

Indicaciones más frecuentes de la arcilla

  • Adherencias y secuelas operatorias
  • Artrosis
  • Asma bronquitis
  • Cansancio y convalecencias
  • Circulación vascular
  • Diarreas
  • Eccema, dermatitis y psoriasis
  • Estómago (gastritis, gastroenteritis, úlceras...)
  • Garganta (infecciones e inflamaciones)
  • Golpes (torceduras, esguinces... )
  • Gota (ácido úrico)
  • Gripe y fiebre
  • Heridas
  • Herpes
  • Hígado
  • Intoxicación alimentaria
  • Menstruación
  • Migrañas y dolores de cabeza
  • Otitis y otalgia
  • Quemaduras
  • Quistes de ovario
  • Resfriado, sinusitis
  • Tiroides (hiper o hipotiroidismo)
  • Úlceras varicosas
  • Varices
  • Vesícula biliar

La geoterapia: aplicación en la belleza

  • En la caída de cabello y seborrea capilar cabello graso, podemos añadir arcilla al champú, o bien podemos aplicar un fluido arcilloso en la zona capilar, elaborado con tisana de romero y zumo de cebolla, dejándolo actuar unos 20 minutos, antes de enjuagarlo.
  • Para fortalecer el organismo, realizaremos emplastes en cervicales y a lo largo de la columna vertebral.
  • Cara: podemos realizar mascarillas fluidas con arcilla blanca o rosa, 1 vez por semana. En pieles secas, no debemos prolongar demasiado la exposición, incluso se reducirá la aplicación a 1 vez quincenal o mensual en caso necesario.
    Para las pieles grasas, podemos aumentar la aplicación según necesidad.
  • Cuello: Para aumentar su tonicidad y reducir la papada, podemos aplicar emplastos de arcilla cada 2-3 días, terminado con pequeños masajes con algún producto natural hidratante, realizando masajes en la zona.
  • Vientre: Para alisarlo, nada mejor que dormir con un emplasto tibio en la parte baja del vientre, que nos aplicaremos tras 3 horas después de cenar. Si nos molesta para dormir, se puede retirar tras unas 2-3 horas de aplicación. Con arcilla verde.
  • Celulitis: Podemos aplicar emplastos de 1 cm en las zonas celulíticas, La arcilla verde será la preferente.
  • Pies: Podemos espolvorearla en los zapatos, por la noche, para desodorizarlos e higienizarlos.

Bibliografía:

  • El poder curativo de la Arcilla. Coté Framis Editorial Oceano.
  • El extraordinario poder curativo de la Arcilla Pierre Bourgeois.