Despertándonos con flores de bach

Marian Bolzi
12 Sep 2018 lectura de 3 minutos
Despertándonos con flores de bach

¿A quién de nosotros no le gustaría vivir, sentir y pensar en la misma dirección?

Curiosamente a muchos, sin embargo pocos intentan llegar a la meta de "estar consigo mismo cara a cara". Recuerdo que en una consulta un chico joven de unos 30 años, tras varias sesiones, me dijo "he vuelto de las vacaciones de mi" fue una toma de conciencia maravillosa porque había sufrido de un fuerte estrés. Había llegado a la consulta "dormido" y "perdido en sí mismo" y muy agotado. Hoy sonríe y me dice: ¡qué duro que ha sido, pero he sobrevivido! Todos sobrevivimos a nosotros mismos, lo importante es prestarnos atención. 

Cuando despertamos nuestra conciencia, el vivir, pensar y sentir se pone en sintonía. Curiosamente (otra vez) se empieza a sentir paz, unidad, coherencia y a estar centrado.

Hay flores maravillosas que ayudan en este proceso, como siempre digo, cada persona es un mundo y por ello el tratamiento debe ser personalizado y realizar el trabajo de un modo terapéutico, no solo tomar flores. 

Las flores no son para tapar la emoción, para ahogarla o apaciguarla; las flores de Bach funcionan como una nota musical que produce un cambio, una transformación, como cuando estamos tristes y elegimos escuchar esa canción que nos hace bailar! 

Las flores nos ponen cara a cara con la emoción, nos la muestra para que antes de accionar recapacitemos. Una mamá muy muy impaciente y pendiente de su hijo adolescente en plena etapa de exámenes, no podía evitar estar constantemente pidiéndole que hiciera las cosas más rápido, más perfectas; tal era su preocupación por su hijo, que lo único que lograba, era el efecto contrario, que su hijo no lo intentara y el rechazo.

Hoy ha comprendido, gracias a Impatiens y otras flores más, que los demás tienen su tiempo y que la comprensión es necesaria para ponerse en el lugar del otro, junto con la paciencia. Y lo más importante es que cuando ella va a responder con su manera antigua, ya sabe hacia dónde la conduce, por lo que prefiere hacerlo desde su verdadera conciencia, que es con la que se encuentra tranquila y sin generar conflictos con los demás. Su hijo ahora habla con ella y le permite que lo ayude a preparar los exámenes!

Cuando por fin podemos hacer, pensar y sentir en una misma dirección y reconocemos nuestras emociones como propias y las concientizamos, ahí hemos despertado y empezamos a estar en sintonía y nos sentimos bien, plenos y felices "volviendo de vacaciones de sí mismos".

Gracias por tu lectura. Siempre será bienvenida tu opinión.