Mi concepto de una buena medicina

17 Dic 2018 lectura de 6 minutos
Mi concepto de una buena medicina

Un programa terapéutico debe ser el resultado de un diagnóstico, que debe tener en cuenta la predisposición individual al desarrollo de una patología, de la reactividad del paciente, a través de análisis particulares, a parte de individuales factores exógenos o endógenos causantes del cuadro sintomático.

Dentro este contexto, se hace equilibrado el enfoque curativo propio de las medicinas no convencionales, que se expresa a través de la unión de dos mundos aparentemente distantes en el método, pero muy cercanos en la intención: medicina alopática y medicina integrada.

El progreso científico y técnico, que ha permitido el desarrollo de fármacos importantes, permite la utilización de medicamentos alopáticos y los propios de la medicina integrada en un contexto más amplio, más global, donde la opción del remedio es el resultado de un análisis de las características constitucionales, anatomo-funcionales, propias de cada paciente.

La visión que la medicina integrada (desde la Medicina Tradicional China, a la Medicina Ayurvédica, desde la Medicina Homeopática a la Medicina de los Oligoelementos), tiene del hombre y de su historia, (no solo mira a la enfermedad sino también al enfermo, al paciente, que con su historia llega en un momento de la vida donde encuentra la enfermedad, vivida por cada uno de forma diferente), es el patrimonio cultural científico que tenemos que mantener y analizar. Desde esta óptica, las culturas médicas del lejano oriente y el conocimiento científico occidental de este último siglo, tienen que ser encerradas en un círculo que tenga el significado de integración para mejorar el estado del ser del hombre.

Una medicina centrada sobre la persona, la que se define como medicina no convencional, tiende a aumentar la reactividad psico-neuro-endocrino-metabólica-inmunitaria propia de cada individuo, para que sea más resistente a estímulos microbianos, físicas químicas, micro y macro ambientales, con mayor resistencia a los estímulos patógenos y menor frecuencia de recaídas patológicas; por otra parte, el incremento en la reactividad mencionada aumenta la capacidad de traer mayor ventaja de la estimulación terapéutica, sea la convencional o la no convencional.

Bien se entiende que en un "sistema de salud", las multinacionales son indispensables como medio de interacción entre la medicina convencional y las medicinas antropológicas.

En este caso, se quiere subrayar cómo las medicinas no convencionales, reconocidas legislativamente puedan sintéticamente reagruparse en:

La homeopatía

En particular, la homeopatía es la aplicación, en medicina, del principio de similitud, basado sobre la constatación de un fenómeno general de la biología: cada sustancia capaz de provocar síntomas en un sujeto sano, a dosis ponderales, puede curar aquellos síntomas en una persona enferma, cuando se suministra en dosis bajas.

Algunos ejemplos pueden ayudar a entender las bases de la homeopatía.

Así la picadura de una abeja, provoca en un sujeto sano la aparición de ardor y dolor punzante con edema rosado, mejorada por aplicaciones frías.

El mismo veneno (Apis mellifica), a dosis homeopáticas, puede curar cualquier tipo de erupción cutánea que se caracteriza por edema rosado mejorado por aplicaciones frías, tales come urticaria, eczema, eritemas solares o quemaduras.

Del mismo modo, si se corta una cebolla, los ojos, empiezan a lagrimar y aparecen abundantes secreciones acuosas de la nariz. La misma cebolla (allium cepa) en dosis débiles, será el remedio de las manifestaciones del resfriado y de la rinitis alérgica.

Una vez más, todos conocen los efectos del abuso del café, caracterizados por hiperexcitación mental y insomnio. Según el principio homeopático el café (Coffea cruda), suministrado en débiles dosis, es indicado en el tratamiento del insomnio con actividad mental exaltada.

En definitiva, en Homeopatía se trata de comparar dos realidades similares: por un lado los síntomas referidos por sujetos sanos durante la asunción voluntaria, accidental o profesional de sustancias activas; la Homeopatía se puede identificar en un sistema clínico-terapéutico basado sobre suministración de sustancias de origen mineral, vegetal y dinamización (las llamadas disoluciones homeopáticas).

La fitoterapia

A lo que se refiere la Fitoterapia, el nombre deriva del griego phyton (planta) y therapeia (cura) y representa en absoluto la primera forma de medicina utilizada por el hombre.

Fitoterapia o medicina que utiliza las plantas con fines terapéuticos, se encuentra citada en documentos que datan de 4000 a.c. referentes a drogas vegetales, como el opio, la mandrágora y el beleño.

Se puede considerar como la más antigua terapia utilizada por los seres humanos y incluso animales.

A lo largo del tiempo, gracias a sus reconocidos poderes curativos, las plantas medicinales han continuado a ocupar un puesto importante en la cura de enfermedades de una forma natural. Hoy en día la Fitoterapia es comúnmente llamada: "Terapia con hierbas".

Cada planta medicinal tiene una composición química específica que comprende un número más o menos grande de sustancias (de las cuales la mayoría dotadas de una propia actividad medicamentosa), que forman lo que se define fitocomplejo, este es el responsable de las propiedad curativas de una planta medicinal, que pueden ser diferentes las unas de las otras, según sus componentes tomados de forma aislada.

Esto explica por qué cada planta posea una acción medicamentosa considerada predominante y otras acciones consideradas secundarias.

Este concepto es muy diferente de aquel que regula el sector de los fármacos de síntesis: De hecho el fármaco debe en general su acción a un solo principio activo.

Al contrario cada vez que viene utilizado un fitocomplejo, se realiza también una acción antioxidante activa sobre sus varios síntomas presentes y siempre antes del envejecimiento del organismo.

Millares de vitaminas, de oligoelementos, de otros principios nutricionales, contenidos en plantas frescas, son en grado de inducir fenómenos de activación de las defensas inmunitarias a los gérmenes, virus o células tumorales, o incluso para causar apoptosis (suicidio celular o muerte programada) en las mismas células tumorales.

Para terminar, siendo esto un tema que me llevaría a rellenar muchas líneas, quiero dejaros una última consideración personal.

Tenemos una muy buena medicina en occidente, pero pienso que podría ser infinitamente mejor si fuéramos un poco más humildes, menos presuntuosos y refiriéndome a las industrias farmacéuticas, menos agarradas al dinero y más en pro de la salud general.