La fuerza del pensamiento en toda terapia

14 Dic 2016
La fuerza del pensamiento en toda terapia

Estos son unos breves apuntes sobre un elemento esencial con el que hemos de contar siempre, a la hora de elegir un tratamiento dentro de toda disciplina terapéutica, el pensamiento.

El pensamiento bajo el prisma de la filosofía, pero también como energía, no en vano el cerebro es una estación emisora y receptora de ideas y pensamientos, es decir ondas de energía e información.

De cómo la persona se posiciona y responde mental y anímicamente al problema es, en mi opinión, un factor importantísimo para que el proceso de restablecimiento del equilibrio o curación vaya por buen camino o de la mejor manera posible.

¿Cómo puede ayudarnos el pensamiento?

Muchos recordarán aquellos trabajos que a partir del 1999, realizaría Masaru Emoto con el agua (recopilados posteriormente en una serie de libros como "El mensaje del agua" o "La vida secreta del agua" en los que defendía la teoría de que la conciencia humana, expresada en la vibración de determinados tipos de emociones, podía ejercer un efecto en la estructura molecular del agua.

Siguiendo este planteamiento, sería lógico pensar que este efecto podría ser aplicable a nuestro organismo ya que, al menos un 65% del mismo está constituido por agua, que, como se sabe, es un gran transmisor.

¿Cómo puede entonces ayudarnos nuestro pensamiento en el proceso de curación?

Hemos de tener en cuenta que es el pensamiento, traducido y transmitido por medio de la capacidad del lenguaje, el que conforma lo que nosotros llamamos la realidad, o mejor dicho, nuestra realidad.

El pensamiento significa manipular y transformar la información en la memoria. Esto a menudo se hace para formar conceptos, razonar, pensar críticamente y resolver problemas.
Mejía Quintero, Edilverto & Escobar Melo, Hugo. [Más info aquí].

Como dirá Don Juan, el personaje de la obra Viaje a Ixtian de Carlos Castaneda «[...], la realidad, o el mundo que todos conocemos, es solamente una descripción» . Es decir, todos y cada uno de nosotros, vemos el mundo según nuestra propia mochila personal (experiencias, educación, entorno cultural y social, etc.) pasado por el filtro de lo que nuestra memoria (muy selectiva por cierto) nos aporta. Un ejemplo de esa «descripción del mundo» podría ser cuando se pide a 4 niños que dibujen una casa dejándoles a su imaginación sin un modelo delante. Todos dibujarán una casa , pero nunca serán iguales ni en forma, ni en color. [Más información sobre el test de la casa aquí].

Por lo tanto, y sin señalar hacia ningún tipo de método en concreto, se haría necesario parar el mundo, haciéndonos eco una vez más de Castaneda, y contemplar «desde fuera» el cuadro que hemos pintado, para comprender y reflexionar que muy probablemente, la realidad no sea exactamente como pensábamos desde nuestro auto-centrismo, lo que nos permitiría entender el problema y llegar hasta su raíz. Recomiendo leer una entrevista de Eduard Punset a la neurocientífica Kia Nobre en "El cerebro construye la realidad". [Se puede visualizar el vídeo de la entrevista aquí].

Otro elemento, de no menos importancia, que deriva de nuestro pensamiento, son las emociones.

El pensamiento y la emoción

El pensamiento es un fenómeno psicológico racional. Sin embargo, los pensamientos pueden activar emociones y a su vez, una emoción activar otros pensamientos.
Clotilde Sarrió

Y no es que todo esto sea una novedad, el ser humano visto holísticamente ha sido tema de estudio y práctica en muchas culturas desde antiguo, como por ejemplo, la medicina tradicional china (con más de 5000 años de historia) que relaciona los desequilibrios de nuestro organismo con las llamadas «7 emociones».

Una emoción fuera de los límites «razonables» puede afectar a su órgano correspondiente, por ejemplo el miedo que llega a terror puede desequilibrar la energía del Riñón, así como el mal funcionamiento de este órgano puede conllevar un desequilibro de su emoción correspondiente.

Conclusión

Aunque actualmente podemos encontrarnos en internet con más de 12000 entradas (en lengua española) para las palabras «competencias emocionales» y unas 28000 para «pensamiento y salud» durante un largo lapso de tiempo, lamentablemente, uno y otro han sido descuidados o ignorados en nuestra cultura salvo en el campo de la psicopatología donde ya Freud hablaba de instintos al referirse al odio, el amor, la pena, etc.

El ser humano es algo más que huesos, músculos, tendones y órganos, el ser humano es un ente complejo donde el balance razón/emoción tiene un peso particular ya que no hay ningún ser humano igual al otro. Todo ser es un misterio único de la vida, en viaje constante hacia el conocimiento del «ser mismo» y, en medio de ese itinerario, la enfermedad puede ser, con la ayuda de un pensamiento positivo, otra forma de autoconocimiento.

Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad.
Daniel Goleman

Lecturas relacionadas: