Me parece muy interesante el tema que has propuesto, Pilar.
La psicología ha demostrado de manera bastante convincente que efectivamente existe un vínculo entre la madre y el feto, y que éste comparte las emociones y vivencias de la madre. No se puede saber con exactitud hasta qué punto esas vivencias afectan al desarrollo del feto, ya que no hay manera de comprobar cómo hubiese sido ese bebé en otras circunstancias, pero se cree que sí las capta.
Creo que todas las madres hemos comprobado que si estamos nerviosas el feto se mueve mucho y si nos tranquilizamos el feto se está quieto, por ejemplo.
Sería interesante realizar un estudio psicológico analizando dos variables: el sentimiento de rechazo hacia el bebé al enterarse la madre de que está embarazada, y el sentimiento de miedo a no ser querido que muestra después el bebé ya nacido (miedo a estar solo,necesidad de atención constante, angustia de base...)
Este sentimiento de rechazo suena feo, pero es bastante frecuente; embarazos no deseados o incluso embarazos buscados pero que cuando la mujer se enfrenta al momento de la verdad se asusta.
Yo personalmente creo que sí hay una correlación entre los dos factores propuestos.
¿Qué opináis o que experiencias conocéis?