Focusing

(Terapia de Enfoque)
Georgina Burgos Gil
16 Ene 2019 lectura de 19 minutos
Focusing

Resumen de Focusing

Focusing o terapia de enfoque es una psicoterapia corporal humanista, creada por el filósofo y psicólogo norteamericano Eugene T. Gendlin, que se enmarca dentro del modelo experiencial y la filosofía de lo implícito.

El proceso de Focusing no persigue explicar los sentimientos desde lo racional, sino que invita a la persona a experimentar vivencialmente lo que le sucede para sanar sus emociones. Es un proceso ascendente, orientado desde el cuerpo hacia la autoconciencia, para provocar un cambio sentido en la experiencia.

La técnica se compone de seis pasos o movimientos que forman un proceso continuo, sin interrupciones. Estos seis pasos son: despejar un espacio, formar la sensación sentida, encontrar un asidero, resonar, preguntar y recibir.

Se trata de una terapia optimista, ya que se basa en la expectativa de la posibilidad de cambiar del ser humano. En este contexto, el cambio no requiere entender el problema, ni el proceso que opera en nosotros para que surja el cambio. La cuestión clave de Focusing es que los cambios se verifican en nuestro cuerpo, pero no en nuestra mente racional.

Para aplicar bien la técnica es importante comprender que Focusing no es el proceso de hablarse a sí mismo, ni un proceso analítico, ni sólo ponerse en contacto con una sensación visceral.

Focusing es un viaje a lo más profundo de la sabiduría de tu cuerpo y su poder.

Focusing en detalle

Qué es Focusing

Focusing o terapia de enfoque es una psicoterapia corporal humanista, creada por el filósofo y psicólogo norteamericano Eugene T. Gendlin, que se enmarca dentro del modelo experiencial y la filosofía de lo implícito.

Eugene T. Gendlin, psicólogo creador de la técnica de FocusingDesde el enfoque corporal se considera que el ser humano no tiene un cuerpo sino que es un cuerpo. Esta diferencia fundamental entre el ser y el tener ha llevado al desarrollo de técnicas corporales donde el cuerpo tiene un papel relevante en el proceso psicoterapéutico, como es el caso de Focusing. Como se verá más adelante, la idea de cuerpo en este tipo de psicoterapias va más allá del cuerpo físico.

Desde el modelo experiencial se persigue la vivencia de la experiencia en el aquí y ahora sin enjuiciamiento, se potencia la propia responsabilidad de lo que uno es y hace, y se trasciende el discurso racional para favorecer la autodeterminación y autorrealización de la persona integrando todos los sistemas de lo humano.

El proceso de Focusing no persigue explicar los sentimientos desde lo racional, sino que invita a la persona a experimentar vivencialmente lo que le sucede para sanar sus emociones. Por tanto, Focusing es un proceso ascendente, orientado desde el cuerpo hacia la autoconciencia, para provocar un cambio sentido en la experiencia y, por tanto y a consecuencia, de las emociones, los pensamientos y el modo en que nos posicionamos ante la vida y lo que en ella acontece.

La filosofía de lo implícito trata de facilitar nuestro acceso a la experiencia y por ello no es especulativa ni persigue poseer conocimientos sino orientarnos hacia adentro, hacia nuestro propio autoconocimiento, hacia el sentido profundo de nuestro ser.

Los avatares de la vida muchas veces unen realidades sinérgicas. Este es precisamente el caso de Eugene T. Gendlin y la génesis de Focusing. En esta anécdota biográfica de gran trascendencia queda reflejado:

Gendlin se matriculó en el programa de filosofía de la Universidad de Chicago porque quería aprender a pensar más claramente acerca de la complejidad de lo implícito, pero cuando intentaba hablar sobre ello en el entorno académico, nadie parecía entenderle.

Tras darle muchas vueltas y tras muchos intentos de hacerse comprender, se dio cuenta de que el problema era que allí estaban totalmente absortos en los conceptos explícitos. Esta situación le llevó a visitar al psicoterapeuta humanista Carl Rogers y a pedirle que le permitiera entrar en su clínica para ser entrenado como psicoterapeuta, aunque no tuviera conocimientos de psicología. Rogers aceptó.

Gendlin pensaba que en el ámbito de la psicoterapia, a diferencia del de la filosofía, podría entrar en contacto y explorar lo implícito. Y así fue. En el marco de esta colaboración se inició el camino que llevaría a Gendlin a la elaboración de la terapia de enfoque o Focusing que conocemos en nuestros días.

Tres conceptos clave y una actitud básica en Focusing

Antes de abordar el modo en que se aplica la técnica, es importante ahondar en tres conceptos básicos de Focusing: la sensación sentida (felt-sense), el cambio interior corporal (body shift) y el cuerpo, así como en una de sus actitudes básicas, la escucha amigable.

Sensación sentida

La sensación sentida es algo físico, no mental. Es la conciencia corporal (o significado corporal) de una situación. Habitualmente, en psicoterapia se trata de una situación problemática. No obstante, la sensación sentida también atañe a situaciones personales o sucesos agradables y, en definitiva, a cualquier suceso de nuestras vidas.

A la sensación sentida nos acercamos con el cuerpo, en vez de con la mente y la razón. Se trata de una sensación corporal que llega a la conciencia, y se siente y se experimenta en el cuerpo, pero nada tiene que ver con las palabras ni el análisis racional. Es también algo diferente a una emoción.

Para experimentar qué es una sensación sentida y aclarar el término desde la conciencia corporal puedes experimentarlo realizando este sencillo ejercicio:

Piensa en dos personas que desempeñan un gran papel en tu vida. Deja que tu mente se vaya y venga una y otra vez entre esas dos personas. Fíjate en esa sensación interna que parece tomar cuerpo cuando tu atención se fija en una de estas dos personas, la sensación de todo acerca de esa persona. Luego haz lo mismo con la otra persona. Fíjate en la sensación corporal distinta que te genera esta otra persona.

La sensación de todo acerca de cada una de esas dos personas te viene toda de repente, como una sola gran aura sentida en tu cuerpo. Tomas conciencia de que no estás haciendo una lista de las características de cada una de estas dos personas, sino que todos esos millones de datos te son dados todos a la vez, como vivenciados. Te son transmitidos de algún sitio distinto de tu mente consciente. Sientes el significado corporal de cada una de las dos personas.

Gendlin (2008)

Cambio interior corporal

La sensación sentida nos lleva a descubrir algo desconocido de la situación que enfocamos, y ello da lugar a un cambio corporal físicamente sentido como una sensación de liberación que suele manifestarse en un suspiro de alivio, en la relajación de una mueca facial, en un cambio de postura que indica relajación…

Aquello que se desvela a través de la sensación sentida y provoca un cambio corporal, no sólo es liberador sino que a su vez puede aportar un conocimiento que antes estaba escondido pero que ahora la mente consciente podrá utilizar, si fuera procedente, para elaborar un plan racional de acción para resolver el problema, la situación o conflicto que hemos enfocado.

Cuerpo

Según Eugene Gendlin, el cuerpo es mucho más que su aspecto fisiológico o sus emociones, y por tanto, su concepto de cuerpo se aleja del aportado por el modelo biomédico, un cuerpo medible de forma objetiva.

Gendlin lo define así:

Cuando empleo la palabra “cuerpo”, me refiero a mucho más que la máquina física. Tú no solo vives físicamente las circunstancias que te rodean, sino también aquellas en que sólo piensas en tu mente. Tu cuerpo físicamente sentido es de hecho parte de un sistema gigante de aquí y otros lugares, ahora y en otros tiempos, tú y otras personas, de hecho, todo el universo. Esta sensación de estar vivo en el cuerpo dentro de un vasto sistema, es el cuerpo según es sentido desde dentro.

Gendlin (2008)

En realidad nuestro cuerpo es mucho más de lo que percibimos desde lo explícito. A través del cuerpo, Focusing revela toda esta información de lo implícito para lo que no tenemos nombre. El cuerpo es en la situación, viviendo, en las relaciones con los demás, en la naturaleza, en el universo… y esto a su vez es también cuerpo.

La escucha amigable

A la hora de hacer Focusing uno mismo, o de aplicarlo a otra persona, es necesario tener una actitud de escucha amigable ya desde el primer momento en que se inicia el enfoque. Se trata, en suma, de darse un escuchar justo.

Al parar y centrar la atención en nosotros, lo primero que llega a la mente es nuestro discurso verbal y racional habitual. Sin embargo, Focusing no es eso. En Focusing dejas que el cuerpo muestre sus sensaciones y escuchas esa respuesta corporal con atención, respuesta que al menos tardará unos treinta segundos en llegar.

Así pues, la escucha amigable empieza por dejar al cuerpo un espacio para que responda con una sensación sentida, o dicho de otro modo, con sus sensaciones del significado del todo eso acerca de lo que le hemos preguntado. Implica también no lanzarse de inmediato a criticarse, a encontrar razones o motivos para explicar nuestros problemas, o lamentarse por la persona que no se es.

La actitud que abre un horizonte profundo es la de estar preparado para aceptar cualquier sensación que encontremos en nuestro interior durante el proceso de Focusing, porque con esa actitud amigable podremos transitar por el proceso de enfoque sin enmascarar ni acallar la respuesta que proviene de la sabiduría del cuerpo.

 

Cómo se aplica la técnica de Focusing

La técnica se compone de seis pasos o movimientos que forman un proceso continuo sin interrupciones.

Estos seis pasos son:

  1. Despejar un espacio (Clearing a space)
  2. Formar la sensación sentida (Felt-sense)
  3. Encontrar un asidero (Handle)
  4. Resonar (Resonating)
  5. Preguntar (Asking)
  6. Recibir (Receiving)

1. Despejar un espacio

Despejar un espacio es el primer movimiento de Focusing, creado para entrar en contacto con el propio interior. Este primer paso es muy importante, ya que permite que los movimientos que vendrán a continuación se puedan llevar a cabo.

Se inicia con unas respiraciones pausadas para relajarse, momentos en que uno observa su cuerpo, lo siente, deja que le hable. Y tras ese primer momento de contacto interior con el cuerpo, nos preguntamos: “¿Qué es lo principal para mí en este momento?”. Uno siente, deja que el cuerpo responda mediante sensaciones, sin poner palabras, sin emitir juicios ni valorar lo que se está sintiendo, sin buscar razones… uno sólo se centra en sentir las sensaciones. Cuando vengan palabras, juicios o problemas pondremos una distancia y no nos adentraremos en ello.

Para despejar un espacio interior en el que vivir la experiencia, Gendlin elaboró diversos modos de conseguirlo. A continuación se presentan seis modos posibles o actos internos, de los que cada persona podrá adoptar el que le resulte más idóneo:

  • Despejar un cuarto abarrotado:
    En tu interior observas los problemas y los pones a un lado del cuarto, dejándote un espacio libre para ti, para respirar, un espacio para sentarte y sentirte cómodo durante un rato.
  • Hallar la distancia correcta de tus problemas:
    Nos imaginamos en el cuarto, dando unos pasos hacia atrás respecto a los problemas. Estaremos un rato en esta situación. Nos podemos mover libremente por la habitación, acercarnos de nuevo a los problemas, observarlos, tocarlos, sentirlos… pero retirándonos si la cercanía se siente como algo amenazador.
    Este acto interno se realiza con cada uno de los problemas que hay en ese cuarto. Los problemas sin duda están ahí, pero en ese refugio en el que te encuentras no pueden hacerte daño.
    En este acto interno nos distanciamos de los problemas que nos molestan aquí y ahora, pero manteniendo estos problemas ante nosotros, a una distancia adecuada para que no nos abrumen pero suficientemente cerca para que los podamos sentir.
  • Pedir permiso para sentirse bien:
    Algunas personas sienten que tienen el deber de estar mal cuando tienen problemas; viven esa sensación como algo necesario para poder resolver el problema y, si no, se sienten mal, se sienten culpables mientras el problema persiste.
    Este darse permiso consiste en comprender que los problemas seguirán estando ahí aunque nos sintamos bien durante un rato mientras nos adentramos en el primer movimiento de Focusing, y comprender que este descanso nos capacitará para manejar con más éxito el problema.
  • No ser un monumento para las molestias del cuerpo:
    Las molestias que sentimos en el cuerpo son manifestaciones de los problemas y conflictos que tenemos, que vivimos, que sentimos… Podemos evitar sentir estas molestias, o sentirnos terriblemente mal con ellas haciendo de nuestro cuerpo una especie de “monumento” a las mismas, necesitando que el cuerpo exprese constantemente esas molestias y convirtiéndonos en la encarnación de las mismas.
    En este acto interno daremos al cuerpo una pausa, permitiremos que se sienta entero y sano dejando las molestias ante nosotros.
  • Poner la carga en el suelo:
    Se trata de dejar en el suelo la carga pesada de nuestros problemas. Es un acto de descarga en el que podremos sacar de nuestro cuerpo cada uno de los problemas que contiene y depositarlos sobre el suelo, en una fila. Luego, miraremos estos problemas, uno a uno, pero sin volver a cargarlos.
  • La lista reconfortante:
    En este acto interno te sientas y haces una lista de todos los problemas que te abruman o molestan. A partir de esta lista puedes decidir cuál es el problema central, qué grado de molestia te causa cada problema, y esto puede tranquilizarte ya que la lista te proporciona una mayor claridad y disminuye el miedo. Por tanto, este modo contribuye a incrementar la calma y el orden interior, lo que nos llevará a sentirnos mejor.

Este primer movimiento es el que permitirá llegar a la sensación sentida.

2. Formar la sensación sentida

En este segundo movimiento uno sigue la estrategia de no adentrarse en el problema, sino de tenerlo a distancia.

De entre todos los problemas que hay en ese espacio interior que hemos creado en el paso anterior, elegiremos uno, el que más nos preocupe, moleste o atemorice y le prestaremos atención, pero no del modo en que estamos acostumbrados (centrándonos en el pensamiento o en la emoción que nos suscita), sino que ahora nos centraremos en cómo se siente todo eso, todo el problema en nuestro cuerpo para llegar a una conciencia corporal de la situación, del conflicto, del malestar… permitiendo así que se forme la sensación sentida.

3. Encontrar un asidero

La sensación sentida se percibe de una manera borrosa. En ese momento dejamos que de esta misma sensación sentida surjan imágenes, palabras o frases. Estas pueden ajustarse plenamente, parcialmente o en nada a la sensación sentida. Se trata entonces de sentir cómo se ajustan, y sentir en el cuerpo si una de ellas se ajusta perfectamente a nuestra sensación sentida de esos momentos. Cuando sentimos ese ajuste perfecto, hemos encontrado el asidero.

El asidero es una especie de etiqueta provisional pero funcional, porque nos permite identificar esa sensación sentida de manera global y hacer que vuelva cuando desaparece.

4. Resonar

Una vez encontrado el asidero (frase, palabra o imagen), iniciaremos un movimiento circular que irá del asidero a la sensación sentida, y a la inversa, de la sensación sentida al asidero, para examinar cómo resuenan o se ajustan. Observaremos nuestras señales corporales por pequeñas que sean para saber que algo se ajusta.

Este proceso no es estático ni rígido, ya que en este mismo proceso de resonar tanto la sensación sentida como la palabra, imagen o frase que era el asidero, pueden experimentar un cambio.

5. Preguntar

Tras el resonar, nos preguntaremos: “¿Qué hace [nombraremos o representaremos el asidero que acabamos de encontrar] en todo el problema?”. Es necesario sentir vivamente el ajuste entre nuestra sensación sentida y nuestro asidero. No puede ser un mero recuerdo.

Después nos detendremos en la sensación sentida y formularemos nuevas preguntas como: “¿Qué hace todo el problema tan… [nombraremos o representaremos el asidero]?” o “¿Qué hay en esta sensación?”.

La respuesta a estas preguntas ha de tener un sentido total de la sensación sentida. Si no es así, volveremos a preguntar hasta que obtengamos la respuesta de nuestro cuerpo. Nos quedaremos con la sensación sentida hasta que algo aparezca, e iremos desechando los pensamientos que vienen sólo de nuestra mente, como respuestas rápidas pero parciales.

Cuando la respuesta se ajuste, sentiremos un cambio-dentro-del cuerpo, como un ligero dar o relajar en nuestra conciencia corporal.

6. Recibir

Tanto si se da el cambio-dentro-del cuerpo como si no, recibiremos amistosamente todo lo que haya aparecido. El cambio-dentro-del cuerpo viene de por sí, nosotros no lo controlamos ni lo podemos forzar.

Los 6 pasos para la aplicación de la técnica de focusing

Por supuesto, cada profesional pondrá sus matices y su peculiar modo de acompañar en Focusing.

Qué no es Focusing

Una vez explicado el marco teórico y los seis pasos de la técnica del enfoque es esencial comprender lo que no es Focusing para practicar la técnica de forma correcta y obtener los beneficios inherentes a la misma.

Según el creador de la técnica, Focusing NO es:

  • ni el proceso de hablarse a sí mismo
  • ni un proceso analítico
  • ni una mera sensación corporal
  • ni sólo ponerse en contacto con una sensación visceral.

Veamos ahora con más detalle cada uno de estos aspectos.

Focusing no es el proceso de hablarse a sí mismo

El modo en que nos hablamos a nosotros puede ser diverso, pero en no pocas ocasiones adoptamos el estilo del sermón, la autocrítica o el reproche, lo que no deja de ser un castigo autoimpuesto que resulta desagradable y no genera un cambio.

En el proceso de enfoque no te hablas con el pensamiento, ni con palabras, sino que escuchas tu cuerpo y sientes a tu persona interior. Dejas pasar tus amonestaciones y sermones personales para esperar con paciencia que emerja el significado vivenciado en tu cuerpo.

Focusing no es un proceso analítico

El análisis racional se basa en las palabras; en general, en esas palabras que suele uno decirse de forma habitual en la línea de concluir: “Es que soy así”. Este análisis puede ser acertado o no, sencillo o muy elaborado, pero no nos permite salir del bloqueo, ni cambiar, porque es pesimista ya que, cuando asumo que soy de determinada manera, no me estoy abriendo a la posibilidad de cambio, sino al contrario, me estoy anclando en esa manera de ser. Sin embargo,

la persona no es una estructura fija sino que es un proceso, y es capaz de llevar a cabo continuos movimientos dentro de sí que provocarán cambios.

La técnica de Focusing es optimista, ya que se basa en la expectativa de la posibilidad de cambiar del ser humano. En el proceso, la sensación sentida del problema cambia y, a consecuencia de ello, la próxima vez que uno se encuentre ante ese problema la reacción será diferente. En este sentido, el cambio no requiere entender el problema, ni el proceso que opera en nosotros para que surja el cambio.

Resolver un problema es algo diferente a entenderlo. La cuestión clave de Focusing es que los cambios se verifican en nuestro cuerpo, pero no en nuestra mente racional.

Focusing no es una mera sensación corporal

Se trata de una sensación física del significado de un problema, pero no es solamente una mera sensación corporal.

Por su naturaleza, a la comprensión de qué es una sensación sentida sólo se accede mediante la experiencia de la misma, y no desde una aproximación intelectual o racional.

Focusing no es sólo ponerse en contacto con una sensación visceral

La sensación sentida no se siente con la misma intensidad que una sensación visceral, sino que es más extensa, amplia y confusa al inicio, y no es repetitiva. Es, en definitiva, lo que todo eso del problema produce en nuestro cuerpo, pero no la emoción de ira, rabia, tristeza o miedo que aparece en nosotros con intensidad y en primera línea cuando algo nos afecta.

Bibiografía: 

  • Gendlin, E. T. (2008). Focusing. Proceso y técnica del enfoque corporal. Bilbao: Ediciones Mensajero.

Recursos sobre Focusing para profundizar más

Focusing en palabras de su creador, Eugene T. Gendlin

A continuación te presentamos unas entrevistas en las que el filósofo y psicoterapeuta Eugene T. Gendlin explica de primera mano, y tras su larga experiencia profesional, qué es la sensación sentida, qué es Focusing y por qué funciona Focusing.

Qué es Focusing

Recursos de formación sobre Focusing que pueden interesarte

El International Focusing Institute ofrece una amplia gama de bibliografía e información relacionada con la terapia de enfoque. Accede a sus artículos gratuitos en español.

Si deseas formarte y especializarte en Focusing en España, puedes seguir los cursos y seminarios que imparte el Instituto Español de Focusing (IEF).

Cómo es la experiencia de Focusing

A continuación te presentamos tres videos en los que podrás observar cómo es parte de una sesión de Focusing y qué ocurre en esta, para luego experimentarla personalmente dejándote guiar.

Preparar el cuerpo

En primer lugar se prepara el cuerpo para abrir un espacio interno y disponerse a entrar en la experiencia.

Despejar un espacio

Después de preparar el cuerpo, se inicia el primer movimiento de Focusing: “Despejar un espacio”.

Enfocando las emociones

Experimenta el proceso de Focusing en tu propio cuerpo: “Enfocando las emociones”.


Georgina Burgos Gil
Escrito por
Georgina Burgos Gil

Georgina Burgos Gil es graduada en Psicología por la Universitat Oberta de Catalunya y Licenciada con grado en Ciencias Biológicas y Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación ambas por la Universidad de Barcelona. Es psicóloga sanitaria, sexóloga, terapeuta de pareja y autora de diversos libros sobre el hecho sexual humano y narrativa.