Hipnoterapia, fibromialgia y otros trastornos psicosomáticos

Albert Alberola
30 Abr 2018 lectura de 4 minutos
Hipnoterapia, fibromialgia y otros trastornos psicosomáticos

Por definición, las somatizaciones significan que algún problema psíquico, emocional o relacional se convierte inconscientemente en físico. Tomamos como ejemplo uno de los más extendidos, especialmente en mujeres, la fibromialgia. Hoy en día hay cierta controversia sobre las causas de la misma. Sin descartar una base fisiológica, que el especialista en reumatología u otro pueda abordar, en muchísimos casos está presente este componente psicosomático.

Aunque no hay solución mágica para eliminar de forma permanente los síntomas de la fibromialgia, algunas terapias alternativas pueden mejorar el dolor y la fatiga. A menudo, una combinación de enfoques, es la forma más eficaz de gestionar la fibromialgia. Por ejemplo el quiromasaje suave y regular puede ayudar a los pacientes controlar sus niveles de estrés, que puede reducir la intensidad de los síntomas de su fibromialgia. También el ejercicio adecuado a las circunstancias personales estimula el sistema nervioso central y sistema cardiovascular e incrementa las endorfinas, que calman el dolor.

La Hipnosis es otra potente herramienta para estos trastornos. Cuando el paciente está en estado de focalización o trance, su mente subconsciente es capaz de aceptar las sugerencias para la relajación y la mejora de los síntomas, subiendo el umbral del dolor y del cansancio. Al ser el estrés y la ansiedad inductores y potenciadores del dolor, reduciéndolos con hipnosis la mejora es patente en pocas sesiones, incluso desde la primera.

La Hipnosis es una técnica muy eficaz y segura. Una sesión típica consta de dos partes. En la primera se induce un estado de relajación profundo, que resulta muy agradable, placentero y cómodo para el paciente, que permanece consciente en todo momento, sin que exista ningún peligro ni pérdida de control por su parte (muy lejos de los mitos que el mundo del espectáculo transmite…). En la segunda es donde se aplica propiamente la terapia, potenciando a la persona estrategias y cambios en la percepción del dolor, del estrés, de su propia autoimagen y seguridad, quedando todo esto profundamente grabado en el inconsciente, de forma que automáticamente se incorpora a la vida del enfermo, mejorando casi sin darse cuenta.

La ciencia parece estar de acuerdo. Estudios recientes hechos en Gran Bretaña y España indican que la hipnosis puede ayudar a los pacientes a aliviar sus síntomas de fibromialgia, sobre todo cuando esta terapia se utiliza como parte de un enfoque multidisciplinar para el tratamiento del trastorno. Algunos pacientes son capaces incluso de aprender técnicas de autohipnosis, autocontrol o relajación, que ayudan a reforzar los beneficios terapéuticos entre las visitas.

La ansiedad y la depresión pueden coexistir o ser síntomas de la fibromialgia, ambos pueden contribuir a la fatiga y el dolor. La mejora del estado de ánimo, el optimismo, el vivir el presente, buscar actividades saludables y placenteras son formas de afrontar los trastornos psicosomáticos en general y la fibromialgia en particular. También la hipnosis puede mejorar o potenciar estas actitudes vitales, especialmente en personas deprimidas o angustiadas que “tiran la toalla”, hartas de probar remedios y de luchar infructuosamente contra sus problemas, dolores o molestias.

Como en toda enfermedad, pero especialmente en los trastornos psicosomáticos, el aprendizaje de nuevas actitudes vitales, el potenciar las propias capacidades y fortalezas, cultivar la relación en el propio cuerpo, replantearse los propios ritmos y disfrutar del presente, son actitudes y cambios fundamentales que necesariamente han de completar cualquier abordaje sanador para que sea efectivo de manera holística y duradera.

También de la enfermedad y del dolor se aprende.