Javier Dmr escribió:
Es bello tener un propósito y alcanzar su meta, generar una vibración y materializar en la vida consciente, encaminándose hacia esa proyección. Pero personalmente considero que planificar es actuar de forma mecánica, algo muy instruido en la sociedad para en cierto modo tener una seguridad y tranquilidad, es como el gps de un coche, gira aquí, salida a 200 metros... todo ello esta planificado para que se pueda llegar al destino marcado, ¿pero que pasa si el gps falla? posiblemente aparezca la incertidumbre de si se llagará o no al destino y con ello estrés, ansiedad... ¿estamos realmente abiertos a dejarnos llevar por la vida presente sin prever cada paso?
También sin duda planificar puede ser una gran herramienta ideal para muchos propósitos, y a buen seguro con éxito, aun que al final cada cual escoge su propia forma según vibre su sintonía con su alrededor.
Claro! Si para ti planificar implica volverte rígido con el plan y seguir la ruta marcada por el gps, es normal que no quieras planteártelo. ¡Nosotras tampoco queremos ser mecánicas!
Nuestra idea más bien es que tener en mente unos propósitos y delimitar un plan de actuación, lo cual no implica que siempre vas a tener que seguirlo pase lo que pase, sin revisarnos ni ser conscientes de lo que va ocurriendo, o que no puedas adaptarte a imprevistos y cambiar lo previsto. Si surge ansiedad, quizás sea resultado de una dificultad en gestionarnos la incertidumbre del cambio o dificultad en aceptar que las cosas no son siempre como queremos, ¡a saber!
Personalmente, me gusta tener propósitos, me salen de forma espontánea y siento que éstos no me encierren, tan solo me dirigen, así no me encuentro divagando entre la nada (que a veces me encanta hacerlo en mi tiempo libre, ciertamente). Puede ser que por el camino mis intenciones cambien y ahí entra en juego anda mi capacidad por darme cuenta y adaptarme, tanto al entorno como a mi misma y poder gestionarme.
¡Genial debate!