Un acercamiento a la Terapia Cráneosacral

Héctor Díaz
13 Jul 2013

Un estudiante de osteopatía examina un cráneo desarticulado; un pensamiento surca su mente al observar detenidamente los huesos temporales: parecen las agallas de un pez. Diversos interrogantes a resolver surgen en este instante: ¿Cabe la posibilidad de que las suturas craneales permitan ciertos movimientos a las estructuras óseas del cráneo? O... ¿Será cierto, como enseñan en las facultades, que los huesos del cráneo adulto se fusionan?.

Este estudiante, de nombre William Garner Sutherland (1873 – 1954), discípulo del Dr. Andrew T.Still, fundador de la osteopatía, tomó la determinación de probar que era cierto aquello que le habían enseñado, y que se daba por sentado en la enseñanza médica: La unión por calcificación de los huesos craneales.

Realizó un experimento con un casco hecho de tiras de cuero y unas vendas de lino; efectuando un ajuste que impidiera totalmente cualquier hipotético movimiento craneal, al poco tiempo empezó a experimentar fuertes dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros síntomas; también se dio cuenta que al apretar en unas direcciones y aflojar en otras, sentía alivio y sensación de bienestar. Tras meses de experimentación, llegó a la fehaciente conclusión de que los huesos craneales disponen de cierto movimiento; incluso, llegó a percibir un movimiento rítmico craneal, muy sutil, pero constante. Aquí, nace lo que posteriormente se conocería como Osteopatía Craneal, y lo que sería el sendero de partida para que años después naciera de ella, la Terapia Craneosacral.

Saltando en el tiempo, muchos años hacia adelante, nos adentramos en un quirófano; se está llevando a cabo una operación en la que el cirujano está intentando retirar una acumulación de calcio en la parte externa de la meninge duramadre. Un asistente, tiene la tarea de sujetar firmemente la membrana mientras el cirujano realiza el procedimiento. Pese a los improperios del cirujano, el asistente es incapaz de sujetarla. “Se mueve rítmicamente bajo mis dedos”- afirma. Esta sala de operaciones da lugar al amanecer de la Terapia Craneosacral; su fundador, el asistente de aquel día, John E. Upledger. Después surgen más vías de desarrollo de la Terapia Craneosacral, como es la Biodinámica y otras, siendo una terapia de constante evolución y desarrollo.

Deducciones de las distintas escuelas de Terapia Craneosacral:

  1. El Mecanismo Respiratorio Primario: Es el movimiento generado por el Líquido Cefalorraquídeo (o fluido cerebroespinal) en su recorrido por todos los tejidos del cuerpo. Al efectuar este movimiento, genera algo parecido a una marea o fluctuación: El IRC (impulso rítmico craneal) que, a través de un sistema de conductos que recubren todo el cuerpo, “Las Fascias”, se puede percibir, palpar y observar restricciones en sus vías de paso, así como restaurar su libre flujo. 
  2. La palpación del Líquido Cefalorraquídeo y su movimiento (Impulso rítmico craneal), se desprende y es originado, por el Aliento de Vida: “La Respiración del Alma en el cuerpo”. El movimiento del Líquido Cefalorraquídeo es una expresión de esta respiración más primaria.
  3. El Aliento de Vida, a medida que transporta su esencia a todos los rincones del organismo, genera unos ritmos sutiles (mareas), que pueden ser percibidas con el suficiente adiestramiento palpatorio.
  4. El movimiento rítmico generado por el Aliento de Vida, es su máxima expresión de Salud. Si estos ritmos no se expresan de manera natural, hay restricciones o congestiones, el terreno del cuerpo es fértil para el crecimiento de patologías y desequilibrios de toda índole. 
  5. El Sistema Craneosacral garantiza la integridad del Sistema Nervioso; en estados patológicos puede alterarlo y conducir al desequilibrio y la pérdida de Salud.

¿Qué conclusiones y utilidades podemos extraer de La Terapia Craneosacral?

En lo más íntimo del Ser, reside una Fuerza Vital, que mantiene el orden y el buen funcionamiento de todo el Sistema; teniendo esto en cuenta, las posibilidades son infinitas. Podemos asegurar por tanto, que al utilizar como referencia esta expresión básica de Salud, trabajamos con el potencial curativo y la fuente de salud innata del cuerpo.

Lo que nos lleva a una nueva apreciación: Cada Ser es una Totalidad, y valga la redundancia, totalmente integrada, más allá de la visión reduccionista del ser humano como un conjunto de partes.

Surgen entonces, con cráneo desarticulado en mano, un sinfín de nuevos interrogantes: ¿Qué es en realidad la enfermedad? ¿Puede ser aquello que desesperadamente tratamos por combatir, el camino de regreso a esa esencia íntima de nuestro Ser? ¿Puede ser una pérdida de ritmicidad en la sinfonía de la Vida? ¿Podemos estar expresando algo diferente a lo que realmente somos? Y más y más interrogantes... ¿Es posible que nos extraviemos aún más, al intentar por todos los medios, acallar el lenguaje desesperado del cuerpo, el síntoma, olvidándonos de la lección?...

Si pudiéramos contestar todos estos interrogantes, se acabaría la Magia. La terapéutica es un proceso constante, ininterrumpido, de búsqueda de respuestas. Para este viaje incesante, la Terapia Craneosacral cuenta con la más poderosa de las herramientas: “La Escucha”; desde una posición de respeto profundo al Ser, con un contacto extremadamente sutil, abrazando al otro, sin apenas tocar, con una palpación que surge desde las fibras más internas de nuestra propia Escucha, en resonancia con el lenguaje rítmico de la Vida, de la Vida del otro, nos aproximamos a entrever los hilos que conducen a la sanación profunda y, con sumo respeto, sugerirles que vuelvan a su estado natural.

¿Cómo podríamos definir la Terapia Craneosacral?:

Es una terapia, de infinitas posibilidades, en las que se trabaja, con extremo respeto y una intensa escucha, con el potencial sanador propio de cada persona, desde la expresión rítmica derivada del movimiento del Líquido Cerebroespinal, sugiriendo y haciendo sutiles manipulaciones manuales para llevar al organismo a su estado de perfecta salud natural.

“Namasté” (Saludo Hindú):

Yo Honro el lugar dentro de Ti donde el Universo entero reside...
Yo Honro el lugar dentro de Ti, de Amor, Luz, Verdad y Paz...
Yo Honro el lugar dentro de Ti, donde cuando Tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío...
Somos sólo Uno