Creencias limitantes: qué son y cómo podemos cambiarlas

18 Dic 2018 lectura de 6 minutos
Creencias limitantes: qué son y cómo podemos cambiarlas

Una creencia es una idea que tenemos que pensamos y sentimos que es verdad. Son experiencias internas que ocurren tanto en nuestras mentes como en nuestros cuerpos: así, de la unión del pensamiento y la emoción se genera un sentimiento respecto de algo al que llamamos creencia.

Las creencias pueden ser potenciadoras o limitantes: las primeras son aquellas que potencian nuestras capacidades y nuestra estima personal, y nos hacen sentirnos bien; las segundas son aquellas que limitan nuestro potencial y son un obstáculo para alcanzar nuestras metas.

Por ejemplo, una creencia potenciadora es “encontrar pareja es fácil” y una creencia limitante es “los hombres/mujeres son incapaces de comprometerse”. El resultado de creernos una cosa o la otra es bien diferente: en el primer caso, disfrutaremos con seguridad de una relación de pareja; en el segundo, o no la tendremos o si la encontramos acabaremos rompiendo. Y es que nuestra realidad se va a ajustar SIEMPRE a lo que creemos...

De dónde proceden nuestras creencias

Para entender bien como funciona nuestro sistema de creencias, es interesante analizar un poco como funciona desde un punto de vista operativo nuestra mente. A este nivel, podemos decir que tenemos dos mentes: la mente consciente y la mente subconsciente. Entre otras funciones, nuestra mente consciente es la que controla nuestro pensamiento racional y lógico, y se encarga de analizar, juzgar y decidir. Por su parte, la mente subconsciente es la encargada entre otras muchas cosas de guardar la información: vendría a ser como un archivo gigante donde están guardados los recuerdos de nuestras experiencias y todo nuestro sistema de creencias.

La mayoría de creencias que tenemos proceden de nuestra infancia, de lo que vimos, oímos y experimentamos entre los 0 y los 6 años.

De los 0 a los 2 años, nuestra actividad cerebral se encuentra en un estado de ondas Delta (1 a 4Hz) que es el estado que tenemos cuando estamos dormidos. Entre los 2 y los 6 años de edad, estamos en un estado Theta (4 a 8Hz) que es el de la imaginación creativa y también al que accedemos con la meditación. Entre los 6 y los 12 años, estamos en un estado Alfa (8 a 12Hz) que vendría a ser un puente entre el subconsciente y el consciente (un estado semiconsciente y relajado). Y a partir de los 12 años, entramos en un estado Beta (12 a 30Hz) que es el de la mente consciente: la conciencia activa y focalizada.

Pues bien, los estados Delta y Theta son los estados "programables". Es lo que conocemos también como estados hipnóticos: en esos momentos no hay cuestionamientos, la mente racional no interviene, y las ideas se graban directa y automáticamente en el subconsciente.

Recordemos que es precisamente entre los 0 y los 6 años de edad cuando nos “socializan”, es decir, cuando “nos educan” para comportarnos en sociedad: nos dicen que está bien y que está mal, lo que se puede hacer y lo que no, si somos buenos o malos, listos o tontos, merecedores o no de amor...

Resulta, así, evidente que la mayoría de creencias que tenemos ¡no son nuestras! Son los "programas" que, casi siempre con la mejor intención, nos grabaron nuestros educadores (padres, profesores, amigos, etc.) cuando eramos niños y no teníamos todavía capacidad de razonar.

Otra cuestión importante a tener en cuenta es que en nuestro día a día la mente que rige casi el 99% de nuestros comportamientos es la mente subconsciente!!! Ésta procesa 40 millones de bits de información por segundo, mientras que la mente consciente es capaz de procesar únicamente 40 bits por segundo.

Conclusión: nuestra mente subconsciente (que funciona por hábitos, por repetición automática) va siempre un paso por delante de nosotros, de nuestra mente consciente.

Está claro que cuando dejamos de “estar presentes”, de activar nuestra mente consciente creativa, dejamos entonces de ser nosotros mismos porque pasamos a expresar la programación que hay en nuestro subconsciente, es decir, nos comportamos en base a unas creencias que no son las nuestras...

Cómo localizar nuestras creencias

Para localizar nuestras creencias limitantes podemos hacernos preguntas como:

  • ¿cual es la causa de …? Por ejemplo, ¿cual es la causa de que no adelgazo? O ¿cual es la causa de que los hombres/las mujeres me dejen? O ¿cual es la causa de que no tenga dinero? A lo que nos podemos responder por ejemplo: porque de siempre tengo tendencia a engordar, o porque todos los hombres/mujeres tienen pánico al compromiso, o porque en mi familia nadie se hace rico. Ya tenemos aquí tres ejemplos de creencias limitantes...
  • ¿que significa para mi …? Siguiendo con los ejemplos de antes, nos preguntaríamos: ¿que significa para mi no adelgazar, ser dejado/a por mis parejas, o no ganar dinero? Quizá todo eso es una ratificación de que que no nos merecemos amor, o que no valemos lo suficiente, o que somos incapaces "de". De nuevo, ya hemos descubierto tres creencias limitantes más...
  • ¿cual es la finalidad de … / que pretendo obtener con ...? Por ejemplo: ¿cual es la finalidad de adelgazar? Estar guapa. Luego la creencia limitante sería si estoy gorda, no soy guapa... O ¿cual es la finalidad de ganar dinero? Ser feliz. Luego la creencia limitante sería si no tengo dinero, no soy feliz...

Otras preguntas que podemos formularnos son: ¿Que ocurriría si … (dejo de fumar, adelgazo, tengo pareja)? ¿Que me lo impide? ¿Alguien de mi familia tiene esa misma creencia? ¿Cómo contribuyo yo a que pase eso que me creo?

Como cambiar nuestras creencias limitantes

Existen varios métodos para cambiar nuestras creencias limitantes. Como sea que nuestro sistema de creencias se encuentra grabado en el subconsciente, la forma más eficaz de lograrlo es accediendo directamente a él. Para ello, existen métodos como PSYCH-K, un poderoso conjunto de herramientas que te ayuda a reprogramar fácilmente las creencias limitantes subconscientes.