Piel, estructuras y protección

Juan Carlos Casado
7 Jun 2018 lectura de 3 minutos
Piel, estructuras y protección

La piel es una estructura celular viva que nos protege de patógenos y contaminación ambiental.

No le damos importancia hasta que aparecen alteraciones y tratamos de disfrazarla con maquillajes, cremas y desodorantes que impiden la comunicación interior/exterior de deshechos a través de la piel, como de oxigenación de su tejido.

Las capas de la piel

La piel se compone de varias capas, la primera no es una estructura sólida.

  • Manto Epicutáneo: Restaurando dicho manto aseguramos la armonía de ambas glándulas. Un manto fuerte evita su deterioro.
  • Epidermis: Su grosor es el de un cabello, se regenera cada 28 días, genera el color de la piel y es la zona donde se dan los inestetismos.
  • Soporte: Compuesto por Dermis e Hipodermis. Sus estructuras son: melanocitos, queratinocitos, células de Langerhans. Sin red capilar sanguínea; se nutre por difusión del tejido conectivo (dermis); formada por asientos celulares con gran contacto entre ellas. Es un film invisible que envuelve la piel; no es una estructura, sino una emulsión hidrolipídica segregada por glándulas sudorípara y sebácea, situadas en la dermis.
  • Dermis: Sus estructuras son: Colágeno, Elastina, Sustancia Fundamental (compuesta por ácido hialurónico entre otras), Glándulas Sudorípara y Sebácea.
  • Hipodermis: Es un plano de acumulación de adipocitos, almacenados como reserva de energía en nuestro organismo. Es el reservorio de agua en la piel, para tener turgencia y elasticidad.
  • Tejido conjuntivo: Células separadas unas de otras por abundante sustancia intersticial. Vascularizada por capilares.

Por qué debemos tratar la piel

Se debe tratar la piel para estimular sus glándulas y vuelvan a normalizar sus funciones generando por sí mismas las sustancias que necesita, en lugar de aplicárselas externamente, volviéndose vaga y cronificando su deterioro.

La piel nos la han clasificado en secas/mixtas/grasas en función de su deterioro. Una piel sana es aterciopelada, con un manto epicutáneo ácido de PH 5,5 para proteger de los patógenos externos.

Al igual que cuidamos el pelaje de nuestros animales domésticos deberíamos darle la misma importancia a nuestra piel y cuidarla, con productos sin parabenos, lo más fitoterapéuticos posible.

Hoy en día existen investigaciones y tratamientos muy avanzados con los cuales conseguir dichos resultados. En España ya existen estos productos, tratándola sin distinguir edad, sexo o raza; tratamientos que trabajan la estimulación de la piel para regenerar por si misma, de forma natural, eliminando o difuminando arrugas, acné, granos, escamas, etc.

Cuidados de la piel

Tratamientos con:

  1. Limpieza profunda para poder nutrirla de forma respetuosa.
  2. Exfoliar, desqueratinizar, sin erosionar el manto epicutáneo (ocurre cuando se aplican cepillos de cerdas sobre la piel).
  3. Estimular la epidermis y la dermis para regenerarse de forma propia.
  4. Hidratar a nivel profundo para mantener su elasticidad, turgencia y grosor.
  5. Protegerla del exceso de sol.

Se puede y se debe concienciar en la salud de nuestra piel; equivale a mejorar nuestra salud interna.

Quienes más padecen problemas de piel son las personas inmovilizadas, bien por la edad, por enfermedad, por estar en silla de ruedas. También las personas que trabajan con materiales tóxicos como productos industriales o de limpieza; muchos de esos productos emanan gases (ej.: amoniaco) que son transpirados por la piel y penetran en nuestro organismo. La contaminación ambiental por los gases de los vehículos es otro de los factores; taponan la transpiración de la piel.

Se debe buscar productos que la reactiven en lugar de disfrazarla y taponarla.