Ante una misma situación, dos personas pueden reaccionar de distinta manera, para una puede ser un drama y vivirlo con mucha ansiedad y preocupación, pudiendo llegar incluso a deprimirse y otra reaccionará con más tranquilidad, sopesando las distintas posibilidades y buscando recursos que le permitan salir de esa situación y seguir adelante.
Pongamos un ejemplo, dos personas pierden su trabajo. Ambas tienen una situación similar: hipoteca, família, dos hijos pequeños,... Una de ellas lo vive como un desastre, con mucha preocupación, se dice frases del tipo: «¿Y ahora qué voy a hacer?, «Seguro que no encontraré trabajo?», «A mi edad,... menuda desgracia. ¿Cómo voy a sacar a mi familia adelante,... soy un fracasado».
La otra, tras el shock inicial, sopesará alternativas y posibilidades e incluso puede verlo como una oportunidad para hacer aquello que siempre ha deseado, tal vez decida capitalizar el paro y emprender, montando su propio negocio. En ningún momento, mantendrá un diálogo negativo consigo misma como en el caso anterior porque confía en sí misma y en sus capacidades para encontrar soluciones y superar con éxito esa situación.
Como ya sabrás, la terapia floral comenzó a principios del siglo XX con Edward Bach. Éste era médico cirujano en Inglaterra pero su amor por la naturaleza y por el ser humano, hizo que dejase la medicina convencional y se dedicase en cuerpo y alma a estudiar los 7 nosodes y sus personalidades correspondientes. A lo largo de su investigación descubrió la relación entre los estados emocionales de sus pacientes y las patologías que estos presentaban. Tras varios años de investigación estableció lo que hoy conocemos como la terapia floral con Flores de Bach.
Más adelante, partiendo de los principios establecidos por Bach y la forma de extracción y elaboración de las esencias de cada flor, se han ido descubriendo otras flores que se pueden usar en beneficio del ser humano, animales y plantas. Esto ha posibilitado la ampliación del espectro de desarreglos emocionales y patologías que tratar con esta técnica. Así es como surgió la escuela de Terapia Floral con Flores de California.
Bajo esta escuela, nos encontramos con más de 100 elixires originarios de la zona de California. Al igual que sucede en el conjunto de las flores de Bach, hay esencias de todo tipo: para temores (aunque en este caso son más específicos), para infinidad de trastornos físicos y emocionales más concretos, para superar vivencias traumáticas del pasado y mucho más. Pero hoy lo que más nos interesa es la pareja, por eso nos vamos a centrar en todos los relacionados con ésta, y más concretamente, a nivel sexual.
Eso sí, antes de pasar a analizar cada una de las flores, hemos de decir que, si bien éstas tratan desarreglos emocionales, es más que recomendable que la persona vaya a un profesional especializado en el tema. La flor ayuda, pero el apoyo de un especialista cualificado es la base de todo.
Una vez dicho esto, veamos cada una de estas flores detenidamente.
¿Cuántas veces hemos oído la expresión “mal vale malo conocido que bueno por conocer”? ¿Cuántas personas se mantienen en puestos de trabajo en los que no se sienten realizadas o siguen atrapadas en relaciones tóxicas que les perjudican y que les causan infelicidad y sufrimiento?
¿Qué hay detrás de todo ello? ¿Por qué esa resistencia al cambio y a probar cosas nuevas? La mayoría de las personas contestan que es por miedo a lo desconocido, por pereza a embarcarse en nuevos proyectos o por costumbre. Son personas que se quejan constantemente de su situación, pero que no hacen nada para cambiarla, manteniéndose en un papel de víctima. En Análisis Transaccional, decimos que se mantienen en un Estado del Yo Niño Sumiso de queja constante sin pasar a la acción. Todo cambio lo ven como una amenaza y un posible peligro que pone en riesgo su seguridad.
En terapia utilizamos el concepto de zona de confort para referirnos a aquella zona en la que nos sentimos seguros, porque nos es conocida y nos resulta previsible. Es un estado mental que nos lleva siempre a pensar, a decidir y a actuar de la misma manera, sin atrevernos a probar cosas nuevas, a hacer actividades diferentes o a arriesgarnos. En Análisis Transaccional, esta actitud corresponde a un Estado del Yo Padre rígido con unas creencias muy limitantes y unes barreras mentales que nos mantienen siempre en las mismas rutinas y en los mismos patrones de conducta y relacionales aunque nos sintamos desdichados.
Un edema es un aumento de líquido en el espacio intersticial o tisular, normalmente por insuficiencia venosa o linfática, aunque también puede producirse por otros factores como son la insuficiencia renal, la insuficiencia cardíaca, la cirrosis hepática, la desnutrición, el embarazo o la hipoproteinosis.
Este artículo se centrará en el linfedema de la mujer gestante. Esta es una dolencia muy común que experimenta este colectivo de personas a partir del segundo trimestre del embarazo, ocasionada por numerosos factores físicos, biológicos, hormonales que interfieren en la correcta circulación linfática y venosa del organismo. Entre los motivos por los que se produce destacan el aumento del volumen sanguíneo, los cambios en la permeabilidad vascular y la dificultad circulatoria de la embarazada.
Así pues, podríamos decir que la mujer embarazada tiene entre un 40 y un 45% más de líquidos que una mujer que no lo está. Las causas principales son:
A causa de los cambios hormonales que se producen en el embarazo, los vasos sanguíneos se vuelven más permeables y esto facilita que en las partes más distales del cuerpo, se estanque el líquido, produciendo hinchazón y sensación de cansancio y pesadez, ya sea con o sin rampas asociadas. Esta dolencia, llega a afectar al 70% de las mujeres embarazadas en el tercer trimestre y al verse agravada por el calor, hace que las mujeres que esperan a su bebé para finales de verano o principios de otoño, la sufran especialmente.