El concepto de salud fue definido en 1948 como el "estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad". Sin embargo, cuanto más avanzamos en el tiempo, vemos cómo ese estado completo de salud se está convirtiendo en una utopía imposible para un creciente número de personas. Ello provoca desánimo, impotencia, frustración, dolor... y más presencia de enfermedad.
Antes de la Covid-19, los trastornos mentales, en especial la depresión, ya eran la primera causa de enfermedad en el mundo. Ahora, con los efectos de la pandemia, se ha incrementado aún más su incidencia. Aparte del propio malestar psicológico que produce, la depresión puede debilitar nuestro sistema inmune, haciéndonos más vulnerables ante posibles infecciones y enfermedades. Cuanta más depresión, más posibilidades de enfermar o de agravarse las enfermedades existentes. Y cuanta más enfermedad, posiblemente más depresión. Es un bucle perverso que se retroalimenta y crece por sí mismo.
Aunque aparentemente es una nueva organización, la APETP, inicia un ataque directo contra las terapias alternativas a las que ellos denominan pseudociencia o pseudoterapias. Su manifiesto, supuestamente para proteger a los pacientes comienza: “las pseudociencias matan”.
La APETP, Organización Española que se ha autoproclamado “Gendarme y protectora de la salud” de los enfermos, que hasta el momento no han protegido. Esta organización española ha publicado un manifiesto que puede traducir como la Asociación para proteger a los enfermos de las terapias pseudocientíficas. La organización tiene tres objetivos principales:
Me encuentro con muchas personas que me preguntan muy a menudo cómo es ir a terapia, ya que nunca lo habían hecho anteriormente. Casi todos tienen las mismas dudas antes de entrar a consulta y la gran mayoría tiene ideas preconcebidas erróneas.
De antemano y sin siquiera hablar una sola palabra y entre otras muchas más cuestiones, lo que muchos desean saber es si se “curarán” en breve, el número exacto de veces que tendrán que asistir, cuánto va a durar su proceso, si es cosa sólo de hablar y si con un par de veces que atiendan ya estará todo hecho… en fin, toda una serie de apreciaciones al más puro estilo hollywoodense que, cual mitos y leyendas urbanas, rodean a la figura del terapeuta y que en nada tienen que ver con la forma de hacer terapia moderna.
Por ello, y con este escrito, pretendo explicar en base a mi experiencia cotidiana cómo es realmente eso de ir a terapia, en qué consiste y qué papel juegan cada uno de sus integrantes: terapeuta y persona que recibe terapia.
Algunos expertos aseguran que los estragos de la Covid-19 durarán años, ya sea de manera directa, mediante la presencia y los efectos del actual coronavirus u otras variantes futuras, o indirecta, afectando gravemente a nuestra forma de vida en el ámbito social, laboral, económico... Sin embargo, por más duro y penoso que resulte todo, no nos queda otra que resistir y levantarnos, pero procurando aprobar la lección correspondiente a la prevención, lección que, una vez más, se ha suspendido en todos sus niveles.