No le llames cuerpo. Llámale quinto cerebro. Tu gran médico interior. ¡El mejor aliado de su salud!
Ha llegado la hora de que cambiemos nuestros conceptos de prevención, salud y enfermedad. Y de nosotros mismos. No podemos seguir siendo pacientes pasivos, condenados a sufrir las enfermedades del bienestar que matan a más de 40 millones de personas al año en el mundo, convirtiéndonos en pacientes de riesgo a medida que pasan los años y absolutamente dependientes de los fármacos cuando, en realidad, podemos ser agentes activos de nuestra salud, optimizando los recursos preventivos y auto curativos que todos tenemos, pero que no utilizamos.
Los devastadores efectos de esta pandemia están generando informaciones de todo tipo. Pero hay cosas que no se dicen. Y tienes derecho a saberlas.
En el año 2003 se produjo el brote del coronavirus SARS. En el año 2012 apareció el coronavirus MERS. En el año 2019 ha aparecido el SARS-2, más potente que el primero. Dentro de un tiempo, ¿qué aparecerá antes, el MERS-2 o el SARS-3? Sea el que sea, seguro que será más potente que su versión anterior. En ninguno de estos casos se dispuso de una vacuna ni de un antídoto humano. Además, como esos coronavirus mutan, el posible remedio de uno, ya no sirve para el otro.
Algunos medios se han volcado en la información “no fiable” de lo que podría representar “teóricamente” un eminente peligro para la población mundial. Y la verdad es que nadie sabe realmente qué está pasando y de donde ha aparecido el famoso coronavirus.
Nadie se pone de acuerdo, ni siquiera se conoce el período de incubación de la infección causada por el COVID-19. Oficialmente consideran un período de incubación de 14 días, pero un experto en salud británico considera que podrían ser 24 días, y los expertos en guerra biológica de Corea del Norte consideran que podrían ser 30 días.
Lo cierto es que, este problema no se originó en un caldo de murciélago infectado, y que existe una verdad oculta sobre esta pandemia del Coronavirus.
![]()
Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Dicen pero con el problema de la depresión, no deja de tropezar continuamente desde hace mucho tiempo. Y cada vez se hace más daño...
La idea de este artículo me vino analizando la evolución de los informes publicados desde el año 2006 por distintos organismos relacionados con la salud mental que vengo coleccionando en el apartado de notas de mi página web. Este artículo, por consiguiente, está basado en evidencias empíricas y científicas, así como en dichos informes públicos y oficiales acumulados. Y resulta curioso observar el desgraciado fenómeno de que, a pesar de que cada vez se dispone de más información, ese caudal de conocimiento se convierte en desinformación general. Una desinformación que acarrea un inmenso sufrimiento humano - que en buena parte podría ser evitable-, y un coste sociosanitario enorme - también en buena parte evitable-, si se tomaran las medidas adecuadas. Y muy especialmente en la depresión.