La geoterapia es el uso terapéutico de diferentes tierras medicinales, como la arcilla, para la prevención, alivio o curación de enfermedades. Ya los egipcios la utilizaban para momificar a los muertos y los griegos para calmar dolores y curar fracturas.
La arcilla tiene una gran variedad de aplicaciones, así como una composición química que varía mucho de un tipo de arcillas a otras, dándoles unas propiedades específicas. Químicamente la tierra contiene en esencia, las principales sales minerales que el hombre necesita: sílice, fosfato, hierro, calcio, magnesio, sodio, potasio, etc.
Actualmente, el uso de la arcilla se está extendiendo cada vez más, tanto en uso terapéutico como estético.
Los que pertenecemos a una generación anterior a nuestros hijos, recordaremos esos programas que se hicieron populares en TV donde los hipnotizadores de feria, provocaban en las personas que se prestaban a ello, ciertas respuestas graciosas, divertidas y aparentemente inocentes y carentes de peligro, pues no se le decía a ninguna persona que realizara actividades fuera de tono.
Actualmente, con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (Internet, libros digitales,...), la información circula con más fluidez y rapidez; pero no toda la información a la que podemos acceder es fiable y válida.
Si escribo la palabra “hipnosis” y ustedes la leen, a su mente consciente les va a llegar varias informaciones, a veces contradictorias: “la persona está dormida”, “el hipnotizador controla la mente de la persona hipnotizada”, “es un estado alterado de conciencia”, “está fingiendo”,etc, etc.
El ser humano es dual mente-cuerpo, somos una unidad perfecta, estamos formados de átomos como cualquier otra materia, todos sabemos que cada uno de nosotros es un campo energético.
Hay cada día más consciencia en el mundo científico que las emociones modifican nuestro estado de salud, eso quiere decir a su vez que el envejecimiento es variable.
En Ayurveda se tienen en cuenta las diferentes edades:
Todos sabemos que existen unos biomarcadores del envejecimiento, la tensión arterial, la densidad ósea, el porcentaje de grasa corporal, la capacidad aeróbica, las proporciones del colesterol bueno, la masa muscular, etc.