Mi motivación para estudiar psicología siempre fue curar mis heridas y ayudar a otros a curar las suyas. Ha sido un camino largo e intenso donde he conocido muchas terapias interesantes. Pero a todas les faltaba algo.
El ingrediente que me faltaba era la luz del amor de Dios.
Me siento afortunada de haberla encontrado.
Ahora puedo ofrecerte una terapia donde este elemento actúa, a través de la imagen de Jesús, sanando y restableciendo el equilibrio interior. Además, dándole a la vida un sentido y un propósito vital para crecer y poder sentirte feliz.
En la terapia individual la clave está en el vínculo terapéutico. Es más, del cincuenta por ciento del resultado según numerosas investigaciones.
Aquí te ofrezco un acompañamiento desde mis conocimientos y experiencia para abordar los problemas que te traen a consulta. Los dos aprenderemos de esta interacción, pues tú también eres experto en ti. Somos, por lo tanto, iguales.
Todo problema psicoemocional que abordemos será tratado con absoluto respeto y calidez.
Te acompaño en este recorrido a tu mundo interior donde encontraremos las soluciones que necesitas