La tensión facial

27 Dic 2018 lectura de 3 minutos
La tensión facial

Muchos de nosotros de forma a veces natural, tensionamos la mandíbula, en momentos de estrés es cuando lo sentimos más, pero no tiene por que ser así, dicen que la cara es el espejo del alma y si nos fijamos y ponemos un poquito de atención, vemos que continuamente estamos gesticulando, hasta cuando estamos solos, nos fundimos en pensamientos y empezamos a hacer muecas de un lado para otro.

Hay personas que necesitan de una funda en los dientes para dormir, ya que durante la noche sin darse cuenta aprietan los dientes con fuerza produciendo desgaste en ellos y dolor muscular sobretodo en las mandíbulas.

El masaje facial es un buen aliado para reducir la tensión en esta zona.

Una de mis pacientes visitó al dentista por un problema que creía que era dental, para su sorpresa este le indico que tenia una contractura en uno de los músculos implicados en la masticación y que había provocado que la mandíbula se desencajara de su posición natural. Cuando comentamos el caso, observemos que esta persona había padecido vértigos hace un tiempo atrás y que era muy probable que toda esa tensión la acumulara en la cara. En este caso, en coordinación con el dentista, y con la ayuda de sus indicaciones se trabajan todos los músculos implicados, los contracturados y aquellos que están en tensión a causa de la mala posición de la mandíbula.

El cliente tiene que llevar una funda dental prácticamente todo el día, excepto cuando se le realizan masajes diarios para relajar y ayudar a que todo vuelva a su espacio natural.

La cara tiene muchos músculos, algunos de ellos muy finos y pequeños, a los que tenemos que cuidar ya que son los que nos permiten hablar, comer, guiñar un ojo, sonreír y muchas cosas más, darnos un automasaje diario con nuestra crema facial también puede ser de utilidad.

Podemos reservar unos segundos para disfrutar mientras nos duchamos de cómo el agua cae directamente en nuestro rostro, y aprovechar este momento para soltar toda la tensión en esta zona.

Es importante recordar que nuestra cara sufre de forma intensa nuestros momentos de estrés y nerviosismo, es importante relajarla y pararnos para observar si estamos en tensión o no.