¿Quieres experimentar un poco con la energía?

11 Dic 2018 lectura de 3 minutos
¿Quieres experimentar un poco con la energía?

Son bastantes los que pueden sentir el paso de una cierta vibración en determinadas partes del mismo cuerpo. A nivel emocional o del propio pensamiento, queda claro que también existe una propiocepción, esto es, una percepción de mi y mis cambios, a veces inexplicables.

Pero hoy nos vamos a centrar en una experiencia más física.

La conciencia, el darse cuenta de este paso de microcorriente está normalmente inhibido, obedeciendo a la necesidad de procesar solo la información donde focalizamos la atención.

De modo que, a diferencia de algunos animales, que sí observamos pueden percibir claramente micro-vibraciones, como cuando “presienten” un terremoto, con el paso de generaciones que no nos educan a observarnos de verdad, ni siquiera podemos darnos cuenta de todo lo que ocurre en mi y en el entorno más cercano.

Hace ya más de 50 años que desde el biomagnetismo, se estudian estas manifestaciones corporales, y la medicina está incorporando equipos de tratamiento o diagnóstico. Para poder rebajar mis costumbres macro-perceptivas, primero haremos un ejercicio de relajación profunda. De este modo mi umbral de percepción es más sensible. Quien conozca un buen modo de dejarse ir, debe emplearlo durante unos minutos, bien profundo, para pasar directamente al apartado percibe de este artículo.

Etapa de relajación profunda

Vamos a usar un método básico, que necesita de unos 15 minutos.

  1. Cuida el entorno donde vas a hacerlo. Penumbra, poco ruido, temperatura templada, nada de condiciones extremas, y si deseas, música suave.
  2. Postura cómoda, ojos cerrados.
  3. Inspira durante un par de minutos por la nariz, procurando hinchar tu abdomen. Para ello puedes las primeras veces poner una mano en él para observar cómo se mueve.
  4. Expulsa por la boca, suavemente.
  5. Sigue respirando suave, y ahora en el circuito nariz-nariz, con los brazos en reposo.
  6. Pon tus manos sobre las piernas sin forzar la postura. Observa cómo se calientan. También las piernas. Un minuto
  7. Imagina un lugar donde sueles descansar, o donde te sientes muy relajado. Pones las manos otro minuto debajo del esternón, donde acaba.
  8. Alcanza la máxima comodidad y date permiso para que tus músculos descansen, empezando por los pies y subiendo poco a poco hasta la coronilla.

Percibe

  1. Sin discontinuidad, ahora ponte un poco más erguido
  2. Gassho: Durante 3 minutos aproximadamente, junta tus manos en posición de rezo. Cuando hacemos esto, estamos cerrando uno de los circuitos microvibratorios.
  3. Ahora pon atención por un minuto en tus manos solamente.
  4. Separa muy pausadamente ambas manos hasta unos 50 centímetros, pero manteniéndolas una enfrente de otra.
  5. Muy pausadamente, como tardando mínimo unos 30 segundos, acerca las manos. Puedes notar pequeños picores en ellas, pero además cuando lo hayas hecho 6 ó 7 veces te va a dar la impresión que hay algo entre ellas, quizás como una esfera elástica.
  6. Puedes experimentar trasladando ambas manos encima de tu cabeza, muy despacio y luego, como si quisieses atravesarlo con tu cabeza, baja ese “balón” poniendo ambas manos, en descenso, alrededor de cabeza, cuello hasta pasar los hombros.

¡Feliz experiencia!