Retención de líquidos durante el embarazo

Rosa Victoria Navales Figueras
5 Sep 2018 lectura de 7 minutos
Retención de líquidos durante el embarazo Recomendado

Un edema es un aumento de líquido en el espacio intersticial o tisular, normalmente por insuficiencia venosa o linfática, aunque también puede producirse por otros factores como son la insuficiencia renal, la insuficiencia cardíaca, la cirrosis hepática, la desnutrición, el embarazo o la hipoproteinosis.

Este artículo se centrará en el linfedema de la mujer gestante. Esta es una dolencia muy común que experimenta este colectivo de personas a partir del segundo trimestre del embarazo, ocasionada por numerosos factores físicos, biológicos, hormonales que interfieren en la correcta circulación linfática y venosa del organismo. Entre los motivos por los que se produce destacan el aumento del volumen sanguíneo, los cambios en la permeabilidad vascular y la dificultad circulatoria de la embarazada.

Así pues, podríamos decir que la mujer embarazada tiene entre un 40 y un 45% más de líquidos que una mujer que no lo está. Las causas principales son:

  • Satisfacer las necesidades biológicas tanto de la madre como del bebé
  • Proteger a la madre ante una eventual pérdida de líquido o hemorragia durante el parto

A causa de los cambios hormonales que se producen en el embarazo, los vasos sanguíneos se vuelven más permeables y esto facilita que en las partes más distales del cuerpo, se estanque el líquido, produciendo hinchazón y sensación de cansancio y pesadez, ya sea con o sin rampas asociadas. Esta dolencia, llega a afectar al 70% de las mujeres embarazadas en el tercer trimestre y al verse agravada por el calor, hace que las mujeres que esperan a su bebé para finales de verano o principios de otoño, la sufran especialmente.

Causas de la retención de líquidos durante el embarazo

Las mujeres gestantes presentan continuos cambios en su cuerpo, tanto a nivel hormonal como físico y aumento de peso. A medida que el feto va creciendo, el cuerpo necesita satisfacer las demandas del embarazo.

Aunque estas molestias son consideradas normales, se pueden aplicar ciertos hábitos y medidas para minimizar su efecto y mejorar, de esta manera, el bienestar y el confort de la mujer.

Medidas naturales para combatirlo

La toma de plantas medicinales genera una cierta controversia durante el embarazo. Puede que la información al respecto sobre varias plantas sea contradictoria y, por este motivo, recomendaría remedios de oligoterapia y/o homeopatía, que sí que son compatibles con este momento de la vida de la mujer.

Tratamiento con Oligoterapia

  • Mn-Co (Manganeso – Cobalto): 1 vial diario durante 2-3 meses.
  • Potasio: 1 vial diario durante 2-3 meses.
  • Azufre:1 vial diario durante 2-3 meses.
  • Toma de potasio-magnesio y vitamina B6 (para evitar rampas)

Tratamiento con Homeopatía

  • Aesculus Hippocastanum 5-30 ch (varices)
  • Hamamelis Virginica 5-30 ch (varices)
  • Cactus Grandiflorus 5-30 ch (edema)

Consejos para reducir los síntomas

A parte de tomar estos productos, también se pueden aplicar algunos consejos para reducir los síntomas:

  • Ejercicio: realizar ejercicio es beneficioso en todas las etapas de nuestra vida y, evidentemente, durante el embarazo también. Para combatir el problema de piernas pesadas basta con realizar alguna actividad ligeramente aeróbica, como caminar, natación, yoga o tai-chi. Esto ayudará a la mujer gestante a no subir tanto de peso y movilizar la circulación de sangre y líquidos. Recomendamos especialmente caminar descalza por la playa, ya sea por encima de la arena o con el agua hasta los tobillos o rodillas, para que, además, realice un ligero masaje sobre tus piernas.
  • Dieta: para evitar la retención de líquidos es mejor evitar la sal (dieta pobre en sodio), así como azúcares, alimentos procesados, carnes, embutidos y lácteos. La dieta debe ser rica en frutas y verduras, con especial énfasis a las más diuréticas: espárragos, piña, apio, puerro...
  • Duchas de agua fría. Finalizar la ducha diaria con un chorro de agua fría en las piernas o estar un rato alternando duchas de agua fría y caliente da una sensación de ligereza y bienestar en esta parte del cuerpo. La acción de la doble temperatura sobre los vasos sanguíneos los tonifica y hacen que se vuelvan menos permeables.
  • Masaje: es recomendable que la mujer disfrute del masaje durante el embarazo. Se relaja ella y se ve beneficiado el bebé. Si este se realiza en casa, la pareja o un familiar puede realizarle un masaje con un aceite neutro (por ejemplo de almendras) o crema hidratante, siempre de distal a proximal, en sentido ascendente. Si la crema o aceite se puede guardar en el frigorífico, se incrementará la sensación de frescor.
  • Evitar la ropa ajustada, los zapatos de tacón o muy estrechos, estar de pie sin moverse y cruzar las piernas al sentarse.
  • Mantener las piernas en alto cuando se está sentada y más altas que el corazón si se está tumbada.
  • Dormir o acostarse sobre el lado izquierdo con un cojín entre las rodillas, evitando así, la compresión de la vena cava y facilitando el retorno venoso.
  • Beber suficiente líquido, especialmente en verano. Lo ideal serían unos 2 litros diarios, pudiendo alternar el agua con zumos naturales, sopas o alguna infusión.
  • Visita periódica a un profesional del DLM que sepa cómo tratar este problema. El drenaje linfático manual es un tipo de masaje encaminado a tratar edemas, hinchazón y retención de líquidos.

El tratamiento del Linfedema del embarazo con drenaje linfático manual

El drenaje linfático manual es un tipo de masaje hecho con movimientos lentos, suaves y repetitivos que favorecen la circulación de la linfa, mejorando así cuadros edematosos y retenciones de líquidos. Por este motivo está tan indicado durante el embarazo.

El drenaje linfático manual favorece la circulación de la linfa, mejorando así cuadros edematosos y retenciones de líquidos.

Beneficios del DLM en el embarazo

Los beneficios de esta técnica son múltiples, entre los que cabe destacar los siguientes:

  • Relajación del Sistema Nervioso Central: los movimientos suaves y repetitivos del drenaje linfático es muy probable que puedan inducir a la mujer a una relajación profunda, que aliviará sus tensiones, miedos y estrés.
  • Disminución de la percepción del dolor: el drenaje linfático manual actúa sobre los mecanismos receptores del dolor. Si existe dolor en las piernas, ya sea por el propio linfedema o por otro problema que pueda existir, este se puede ver fácilmente calmado.
  • Mejora del sistema inmunológico: una de las funciones del drenaje linfático es eliminar los deshechos tóxicos de nuestro organismo, con lo que la inmunidad se puede ver notablemente incrementada. Esto es especialmente importante para ayudar a prevenir algunas enfermedades infecciosas, de una forma natural y totalmente respetuosa, evitando así el uso de medicación, muchas veces contraindicada durante el embarazo.
  • Disminución de los edemas e inflamaciones: como ya se ha explicado con anterioridad, los edemas son muy comunes en la mujer embarazada y el drenaje linfático la puede ayudar a sentirse mejor.

Cuándo hay que visitar al médico

En un embarazo normal estos métodos deberían proporcionar suficiente alivio a la mujer gestante y deberían ser suficientes para que esta se sienta mejor. Aunque estas dolencias sean molestas, no deben considerarse una enfermedad, sino un proceso fisiológico natural en la mujer.

Aún así, hay algunas veces en que sí se precisa intervención o conocimiento médico sobre este tema. Si la hinchazón no cede o aumenta drásticamente, produce náuseas, visión borrosa, dolores de cabeza, pitidos en los oídos, dolor abdominal, o afecta a la cara, cuello y manos, se debe acudir al médico o comadrona e informarles sobre este asunto, para que estén informados y/o realicen las pruebas necesarias, sobretodo para descartar una preeclampsia o una hipertensión durante el embarazo.

Hay que tener en cuenta que las mujeres que tienen otra patología de base (problemas del riñón, corazón, sobrepeso, trastornos circulatorios, etc.) pueden sufrir más este problema y deben tener especial cuidado y sobretodo informar al médico ante cualquier duda que tengan. En cualquier caso, un buen seguimiento del embarazo por parte del ginecólogo y la comadrona serán necesarios para detectar cualquier anormalidad en el embarazo.