Piel y mucosas ante patógenos

Juan Carlos Casado
11 Mar 2020 lectura de 4 minutos
Piel y mucosas ante patógenos

La piel y las mucosas son la primera barrera de protección que tiene el cuerpo ante los patógenos como contaminación, virus, bacterias, hongos, parásitos.

Actualmente hay muchos cambios ambientales y todo organismo vivo hace lo imposible por mutar y sobrevivir a los cambios.

En su día dijeron era una pandemia el VIH, hoy en día viven los seropositivos. Dijeron lo mismo con la gripe aviar, no fué a más. Lo mismo ocurrió con el desastre de Chernóbil, pero se ha visto que no sólo la vegetación ha vuelto sino hay más animales que antes.

Se debe leer un poco la historia del planeta para entender.

Las personas NO somos el centro del planeta; cada persona es un ecosistema de vida en si mismo con intercomunicación de su entorno. Una persona contiene millones de células dentro de su piel para poder vivir conviven en equilibrio con millones de parásitos, bacterias, hongos y virus. Todo ello bañado en agua mayormente alcalina; no olvidemos somos aproximadamente un 80% agua combinado con sales orgánicas para tener estructuras sólidas.

Corazón toroideNuestro corazón, por su estructura de cuerpo toroide, genera un campo biomagnético que nos da energía.

La piel tiene varias funciones: respirar, emitir una sustancia (manto epicutáneo) hidrolipídica para nutrirla y proteger con su pH ácido de los patógenos que intentan entrar, mantener la comunicación interior/exterior, circular la energía por ella (llamada en Medicina China, región CouLi).

A su vez, según la Medicina China, la piel está muy relacionada con los pulmones y éstos a su vez, con el intestino grueso; por tanto, le afecta la respiración (lo que respiramos y la forma de respirar), la digestión (el intestino delgado tiene el mismo número de neuronas que el cerebro, con lo cual, las emociones afectan al sistema inmunológico) y lo que tocamos (la piel no es una estructura rígida, es un conjunto de células con vida que tienen un intercambio de sustancias y energía).

El ser humano es un animal, un ser vivo más sobre la Tierra; como tal, lleva miles de años evolucionando para adaptarse a los distintos cambios del planeta.

No es la primera vez que ocurren cambios geológicos en la Tierra, así como de presión atmosférica, humedad, temperatura o seísmos. Animales y vegetación aprenden a mutar para adaptarse y vivir; así como a eliminar toxinas que genera o que han absorbido.

Lo que deberíamos hacer es estimular las estructuras de nuestra piel y mucosas para que protejan el cuerpo de una manera fuerte y nos adaptemos a los cambios. Por desgracia, la alimentación industrial es pobre en nutrientes; el sedentarismo perjudica la movilización de sustancias dentro del organismo; el exceso de estrés debilita el sistema inmunológico.

Debemos cuidar el planeta si no queremos ser destruidos por él, como ya ocurrió en otras eras.

Potenciando la piel

Pero lo más inmediato que podemos hacer para sobrevivir nosotros mismos es potenciar la piel. Hoy en día hay productos naturales que estimulan el funcionamiento de la piel para su regeneración (muchas personas han perdido, en todo o en parte, la capa epidérmica por los agentes agresivos medioambientales; o su piel no genera manto epicutáneo). Este mal funcionamiento genera alteraciones como irritaciones, psoriasis, sequedad y otras alteraciones varias las cuales, dejan un campo libre para la penetración de patógenos tanto al respirar como al tocar.

Es importante mantener el exterior de la piel ácido, el interior del cuerpo alcalino e hidratado, mantener tranquilidad, cuidar la entrada de las mucosas con buena higiene.

Usa productos naturales de calidad para la higiene y limpieza corporal; cuida una alimentación equilibrada; dedícate un tiempo para la meditación o el razonamiento y las emociones.