¿El uso de mascarillas daña nuestra salud?

Franc T. Ruiz
20 Nov 2020 lectura de 17 minutos
¿El uso de mascarillas daña nuestra salud?

Antes comenzar el articulo, quiero expresar mi agradecimiento por la acogida de mis libros publicados en Amazon, en primer lugar la trilogía de las enfermedades en cadena, basada en el articulo “ADOC: Enfermedades en cadena” y en segundo lugar “En el Laberinto del Covid-19”, este ultimo no falto de controversia y que tras más de 2 meses han aceptado publicarlo.

En mi último articulo titulado “¿Negacionistas o bien informados?”, expresaba la opinión de algunos doctores y científicos, que pronosticaban ciertas enfermedades debido al uso continuado de mascarillas. Hoy, y por mandato imperativo de los políticos, no por el consenso de los científicos, los ciudadanos somos obligados a usar las mascarillas.

Es un hecho que los responsables políticos se basan en pruebas y evidencias poco sólidas.

Un artículo publicado el 23 de julio de 2020 por el Center for Evidence-Based Medicine (CEBM) lamentaba que la política trate de ocultar la falta de evidencia científica.

Tras nueve meses de pandemia y lo que nos queda, sigue el controvertido debate sobre el uso de las mascarillas. Esta obligatoriedad, impuesta por los políticos, carece de rigor científico. Además, tal decisión conlleva consecuencias económicas en el entorno familiar. Lo que ocultan y no dicen es que casi todos los estudios que se han publicado hasta la fecha demuestran que el uso de las mascarillas no evita que las enfermedades virales se propaguen. Nos están obligando al uso continuado de mascarilla por su simples opiniones.

Una cosa es cuando decidimos confiar en la opinión al momento de tomar alguna decisión personal, y otra muy diferente es basarse en una opinión para crear órdenes de salud pública. Cuando se habla de la salud de miles de millones de personas, las decisiones deben estar basadas en la ciencia, lo que supone, conocer y revisar cada parte de la literatura científica.

Existen diversas preguntas al respecto:

  • ¿Quieren proteger la salud pública o hay un plan oscuro detrás de todo esto?
  • ¿Qué dice la ciencia sobre su efectividad contra las enfermedades virales?
  • ¿Podría el uso de las mascarillas tener algún efecto dañino para la salud?

Los políticos se limitan a decirnos que ellos se basan en el “consenso científico”. Es importante comprender que esto no tiene sentido. La ciencia está en constante cambio, por esta razón es casi imposible llegar a un consenso científico sobre algo, porque una investigación rara vez es unilateral. Es falso decir que existe consenso científico sobre este tema cuando gran parte de la evidencia contradice sus argumentos.

En mi opinión, que siempre baso en la ciencia independiente, todo esto no es más que, un tipo de manipulación psicológica consistente en presentar información falsa de manera sistemática para hacer dudar a los ciudadanos de sí mismos. Con el tiempo, nos volvemos incapaz de distinguir entre lo que es cierto y falso y comenzamos a dudar de nuestras propias percepciones.

La verdad que se nos oculta es que la ciencia no respalda estas recomendaciones. En general, no existe evidencia que demuestre que utilizar mascarillas todo el tiempo y en todos lados ayude a reducir las tasas de infección y salve vidas.

Afirmar que no utilizar mascarillas es la causa del aumento en el número de casos no ha sido respaldado por la ciencia. Los funcionarios de salud y los líderes políticos le han dado al uso de mascarillas un papel protagonista que no está respaldado por las investigaciones empíricas.

Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su guía del 5 de junio de 2020, sobre el uso de mascarillas, señaló que no hay evidencia directa de que su uso en personas sanas sea una medida eficaz contra las enfermedades respiratorias:

Los metaanálisis en las revisiones sistemáticas de la literatura han reportado que el uso de respiradores N95 comparados con las mascarillas médicas no está relacionado con ningún riesgo significativo de los resultados clínicos de enfermedades respiratorias, influenza o infecciones virales confirmadas por laboratorio...

En la actualidad, no existe evidencia directa, de estudios sobre el COVID-19 y en personas sanas, de que el uso de las mascarillas en personas sanas sea una medida eficaz para prevenir la infección con virus respiratorios, incluyendo el COVID-19.
Organización Mundial de la Salud

En aquel momento, la OMS recomendó que las mascarillas de tela "solo deberían ser utilizadas por personas infectadas en entornos comunitarios y no como una medida de prevención". Casi 4 meses después, el 20 de octubre de 2020, la OMS cambia su postura en una serie de medidas, recomendando la utilización de cascarillas "como parte de una estrategia integral de medidas para evitar la transmisión y salvar vidas".

A pesar del hecho de que no existen normas de calidad para las mascarillas de tela, a menos que pertenezca a uno de los grupos de alto riesgo, este es el tipo de mascarilla que le recomienda utilizar. Las mascarillas de grado médico solo se recomiendan para personas mayores de 60 años, personas con enfermedades de riesgo, quienes se sienten enfermos o quienes cuidan a un familiar enfermo.

Destacar, que, en pruebas realizadas y documentadas, los vapores de un cigarrillo electrónico se filtran a través de una mascarilla. Si el vapor puede filtrarse, los virus en el aire también.

Un artículo publicado en mayo de 2020 en "Emerging Infectious Diseases", la revista de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), no encontró evidencia que respalde el uso de mascarillas como medida de protección en entornos comunitarios. Según los autores:

"Aunque los estudios mecanicistas respaldan los beneficios de lavarse las manos o utilizar mascarillas, la evidencia de 14 ensayos controlados aleatorizados sobre estas medidas demostró que no produce efectos sustanciales en la transmisión de la influenza confirmada por laboratorio.

Las mascarillas quirúrgicas, son dispositivos que se diseñaron para que el personal médico los utilizara con el fin de proteger las heridas de los pacientes de la contaminación accidental, así como para protegerse a sí mismos de salpicaduras o fluidos corporales...

Existen pocas pruebas sobre su eficacia para prevenir la transmisión del virus de la influenza, ya sea cuando la persona está infectada o cuando lo utilizan personas que no están infectadas para evitar la exposición.

Nuestra revisión sistemática no encontró ningún efecto significativo de las mascarillas en la transmisión de la influenza confirmada por laboratorio... En esta revisión, no encontramos evidencia que respalde el efecto protector de las medidas de protección personal o medidas ambientales para reducir la transmisión de la influenza".

Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC)

En un artículo publicado el 28 de octubre de 2020 en del Wall Street Journal, Joseph Ladapo, profesor asociado de la Facultad de Medicina David Geffen de UCLA, señala que “una de las características distintivas de la política contra la pandemia de COVID-19 ha sido que los líderes políticos y funcionarios de salud no han podido anticiparse a las consecuencias imprevistas de sus acciones”, y eso incluye medidas como el uso de mascarillas obligatorio. Escribe Joseph Ladapo:

Es importante considerar la evidencia científica y cómo ha ido evolucionando este debate. Se han realizado varios ensayos aleatorizados sobre el uso de mascarilla comunitario o doméstico.

La mayoría de los ensayos han demostrado que utilizar mascarillas tiene poco o ningún efecto sobre la transmisión de virus respiratorios.

El público asume que a lo largo de esta pandemia se han realizado investigaciones que respaldan las medidas sobre el uso de mascarillas. Los legisladores y los medios de comunicación hacen referencia a evidencia poco sólida, como un estudio que incluyó a un estilista que dio positivo en la prueba del COVID-19 en Misuri o un campamento de verano en Georgia con un brote.

Aunque estos casos son importantes, en realidad no nos dicen nada sobre la experiencia de otros estilistas u otros campamentos de verano que adoptaron prácticas similares o diferentes sobre el uso de mascarillas.

Otro ejemplo de evidencia poco sólida son los vídeos que muestra las microgotas que se esparcen por el aire mientras la gente habla, y aunque es una línea de investigación bien intencionada, ha avivado los temores sobre las interacciones humanas habituales.

En países con transmisión comunitaria activa y sin inmunidad colectiva, el confinamiento no ha ayudado a detener la propagación de COVID-19; así que lo más sostenible y sensato que podemos hacer es aprender a vivir con el virus. Dejar a un lado el uso de cubrebocas obligatorio y adaptarnos a esta nueva realidad de propagación vírica nos ahorrará tiempo y recursos que ayudarán a proteger a las personas más vulnerables.
Profesor Joseph Ladapo

Tasa de infección vs. uso de mascarillas

La gran pregunta aquí es si las mascarillas reducen la tasa de infección.

La respuesta a esta pregunta la encontramos en un estudio que se publicó Health Affairs en junio de 2020, el cual demostró que en comparación con los estados del país que no aplicaron el uso de mascarillas, los estados que exigen el uso de mascarillas experimentaron una reducción de tan solo el 2 % en las tasas de pruebas positivas por COVID-19.

El respetado investigador Thomas Jefferson, señala en su articulo de CEBM:

El Instituto de Salud Pública de Noruega informó que, si las mascarillas funcionaran, cualquier diferencia en las tasas de infección sería pequeña cuando las tasas de infección son bajas: es decir, si asumimos que 20% son asintomáticos y usar mascarillas reduce el riesgo en un 40%, entones 200.000 personas necesitarían utilizarlo para prevenir una nueva infección por semana.

Y aunque nos gustaría creer en este argumento a favor del uso de mascarillas, es importante recordar que cuando la ciencia está bien hecha, debe ser reproducible y en este caso, otras investigaciones encontraron que las medidas sobre el uso de mascarillas no influyen en las tasas de infección.

La cruda realidad, es que las mascarillas no nos protegen.

Quizás la recomendación menos científica de todas es el uso de mascarillas obligatorio cuando visitamos lugares públicos. Un estudio de rastreo de contactos que analizó 318 brotes de COVID-19 que involucraron al menos a tres personas encontró que solo un incidente se puede rastrear hasta la transmisión al aire libre.

En países con transmisión comunitaria activa y sin inmunidad colectiva, el confinamiento no ha ayudado a detener la propagación de COVID-19, así que lo más sostenible y sensato que podemos hacer es aprender a vivir con el virus. Dejar a un lado el uso de mascarillas obligatorio y adaptarnos a esta nueva realidad de propagación vírica nos ahorrará tiempo y recursos que ayudarán a proteger a las personas más vulnerables...

Hasta que se acepte esta nueva realidad de propagación vírica en el mundo, los líderes políticos seguirán justificándose por mantener cerradas las escuelas y los negocios, lo que evita que los jóvenes tengan la oportunidad de construir su futuro y los priva de las actividades cotidianas que hacían que la vida "valiera la pena".

Las revistas cientificas se niegan a publicar un estudio que muestra la ineficacia de las mascarillas.

La evidencia más reciente, que nos ayudaría a terminar con todo este debate sobre el uso de mascarillas, es un ensayo controlado aleatorizado danés de 6000 personas que tenía como objetivo demostrar la eficacia del uso de mascarillas contra la infección por COVID-19. Pero parece que no se obtuvieron los resultados que esperaban porque los investigadores no pudieron publicar su trabajo. Según los investigadores, el estudio se publicará tan pronto como "alguien se atreva a hacerlo". Y si consideramos que el argumento en contra del uso de mascarillas ha carecido de evidencia, entonces si este ensayo específico de COVID-19 demuestra que funciona, ¿por qué las revistas se negarían a publicarlo?

Alex Berenson, un exreportero del New York Times habló sobre esta controversia. Una traducción superficial del estudio, que actualmente solo está disponible en alemán, revela que el estudio descubrió que cuando las personas no utilizan la mascarilla de forma correcta, se tocan la cara y no se lavan las manos podrían exponerse decenas de millones de contaminaciones todos los días. Por esta razón, el uso continuado de mascarillas puede producir más daños que beneficios. Está claro que este tipo de información debería difundirse al público en general, pero las revistas médicas no permiten que eso suceda. Según informa el CEBM, hay varios ensayos registrados en los que se busca evaluar la efectividad de varias mascarillas contra el COVID-19. El tiempo dirá cuáles serán los resultados y si alguna vez los conoceremos.

También se han analizado los peligros relacionados con el uso de mascarillas y que se mantiene en secreto. Estos estudios analizan la evidencia que sugiere que el uso continuado de mascarillas tiene sus riesgos y puede provocar otros efectos dañinos, como:

Daño pulmonar y consecuencias patológicas por inhalar fibras del tapabocas.

Un artículo que aún no se ha sometido a revisión por pares sugiere que las fibras del tapabocas pueden representar un riesgo para la salud cuando se inhalan. De acuerdo con los autores:

Si inhala incluso un pedazo muy pequeño de fibra o si hay residuos por la fabricación, el empaque o la manipulación del tapabocas, entonces, no solo existe la posibilidad de inhalar materiales extraños, sino también de que lleguen a partes profundas del tejido pulmonar, lo que podría tener consecuencias patológicas...

Si continúa todo este movimiento de uso universal del tapabocas, entonces cientos de millones personas estarán bajo un riesgo constante de inhalar fibras, desechos ambientales y biológicos. Esta situación debería ser alarmante para los médicos y epidemiólogos que conocen los gajes del oficio.

Intensificar los ataques de asma: los plásticos con los que se fabrican los tapabocas representan otro problema potencial. Por ejemplo, los tapabocas quirúrgicos están hechos de plásticos como el polipropileno, que provoca asma. Si tiene asma, utilizar tapabocas podría empeorar su condición.

Dentistas de todo el mundo han advertido sobre los problemas de higiene dental (caries, recesión de la línea de las encías y mal aliento potente) que se relacionan con el uso de tapabocas. El Dr. Rob Ramondi, dentista y cofundador de One Manhattan Dental dijo para New York Post:

Personas que siempre han estado sanas y nunca habían tenido problemas dentales presentan inflamación y caries. Alrededor del 50% de nuestros pacientes se han visto afectados por este problema.

Quejas relacionadas con la hipoxia como fatiga, dolores de cabeza, dificultad para respirar y ansiedad.

Mayor riesgo de infección. Según el Dr. Russel Blaylock, las mascarillas "representan graves riesgos para la salud de las personas sanas", ya que pueden provocar una concentración de virus en las fosas nasales donde pueden "entrar en los nervios olfativos y viajar al cerebro". Tocarse la cara y el tapabocas con mucha frecuencia, también puede aumentar el riesgo de infección.

Aunque parezca incomprensible, los estudios demuestran que, “la mayoría de las personas que dan positivo a la prueba del COVID-19 también son las que más utilizan mascarillas”.

Un análisis de los CDC revelo que el 85% de los pacientes que dieron positivo a la prueba del COVID-19 reportaron que utilizaron su mascarilla "con frecuencia" o "siempre" durante las dos semanas antes de realizarse la prueba. No es un ensayo controlado aleatorizado, que es el estándar de oro, pero nos dice que, en general, los tapabocas no parecen ofrecer una muy buena protección. Si lo hicieran, la infección no afectaría a las personas que los utilizan.

Mientras tanto, las medidas sobre el uso de mascarillas obligatorio nos despojan de nuestros derechos y nuestra humanidad. No parece ser importante si estas medidas tienen sentido o no, más bien parece que lo que quieren es enseñarnos a seguir órdenes y la obediencia ciega y absoluta.

Todo esto se trata de obedecer, por desgracia, hay muchos que no saben sobre ciencia e incitan el uso de la tecnocracia tratando de negacionistas a quienes no obedecen. En un futuro, no muy lejano, remplazaran está medida de mascarillas obligatorias por la de vacuna obligatoria. Para entonces, es posible que muchos estén dispuestos a hacer casi cualquier cosa, solo para dejar de utilizar las mascarillas.

Antes de tomar una decisión sobre la futura vacuna, debemos recordar que, la noticia de la posible vacuna, puede ser simplemente otra campaña propagandística para hacer subir las acciones de la compañía. Recordemos que en un artículo publicado en el Journal of Clinical Practice, los esfuerzos anteriores de la vacuna contra el coronavirus, para el coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV), el coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV) y el virus sincitial respiratorio (VSR), han demostrado una gran inquietud, ya que las vacunas tienden a provocar una mejora dependiente de anticuerpos. En pocas palabras, significa que, en lugar de mejorar su inmunidad contra la infección, mejora la capacidad del virus para ingresar e infectar sus células, lo que causaría una enfermedad más grave.

Esto es lo contrario de lo que se supone que debe hacer una vacuna, y un problema significativo que se ha señalado desde el comienzo en que se empezó a desarrollar la vacuna contra el COVID-19. El artículo de revisión de 2003 "Antibody-Dependent Enhancement of Virus Infection and Disease” señala:

Los anticuerpos específicos del virus se consideran antivirales y desempeñan un papel importante en el control de las infecciones por virus. Sin embargo, en algunos casos, la presencia de anticuerpos específicos puede ser beneficiosa para el virus. Esta actividad se conoce como mejora dependiente de anticuerpos (ADE) de la infección por el virus.

La ADE de la infección por el virus es un fenómeno en el que los anticuerpos específicos del virus favorecen la entrada del virus, y en algunos casos la reproducción, en monocitos/macrófagos y células granulocíticas al interactuar con Fc o receptores del complemento.

Este fenómeno se ha informado in vitro e in vivo para virus que representan diferentes familias y géneros muy importantes para la salud pública y veterinaria. Estos virus comparten algunas características, como la reproducción preferencial en macrófagos, la capacidad de establecer persistencia y diversidad antigénica. Para algunos virus, la ADE de la infección se ha convertido en una gran inquietud para el control de enfermedades a través de las vacunas.

Después de todo esto y para no ser considerados como “negacionistas” lanzo las preguntas al vuelo:

¿Pueden las Autoridades Sanitarias darnos un “certificado” garantizando que no sufriremos, a medio o largo plazo, ninguna de las enfermedades que sugieren los estudios por el uso continuado de la mascarilla?