El sentimiento de Alegría

14 Dic 2020 lectura de 4 minutos
El sentimiento de Alegría

Podríamos distinguir entre "Espontanea", proveniente de circunstancias exteriores, casual, que tiene que ver con hechos favorables externos (fortuitos o resultado incluso de un esfuerzo personal o de equipo) y la que nace de un trabajo personal que normalmente tiene que ver con la intención de hacer el bien, de dar al otro, de ejercer la compasión. Creemos que esta última es la genuina y la más elevada manifestación de Alegría.

En este sentido, la Alegría es una consecuencia, no un objetivo en sí. Si lo fuera, nos situaríamos en una perspectiva hedonista, placer por placer. Al contrario, como he comentado, es un sentimiento que se experimenta "inevitablemente" y como el sonido de un trueno, que se desprende del relámpago del logro personal.

Entiendo que en todas las realidades la alegría, además, es el síntoma de estar experimentado y caminando en la dirección de la consciencia y poder mover la tendencias internas y externas según lo pretendido. Poder integrar femenino y masculino, agresividad y amor, equilibrio y desequilibrio, en aras a convertirse en un ser contributivo y productivo, mitigando las tendencias destructivas con las constructivas.

Vinculada con la tranquilidad, bienestar y amor, se distingue de la euforia justamente por esas características. Más adelante realizamos distinciones sobre lo que puede confundirse con alegría pero no es exactamente eso..

...la alegría es la juventud eterna del espíritu.Ippolito Nievo

La alegría es una emoción primaria y genuina. Nos informa sobre distintos logros o situaciones de bienestar antes mencionadas.

Es proactiva y nos invita a curiosear y a explorar nuestro entorno. Estar contentos nos produce una sensación que físicamente suele situarse entre el ombligo y la frente (Chakras 2 al 6), por eso incrementa la frecuencia en la voz, el latido cardíaco o podemos identificarla fácilmente por la apertura de los ojos, la boca, dibujando una sonrisa. También se tonifican los músculos del pecho, la garganta y las cuerdas vocales.

Al situarse en el logro, la afectividad sentida, refuerza el aparato inmune y disminuye el estrés, o en sí, la sensación de riesgo.

Más rasgos de la alegría auténtica:

  • Se retroalimenta con la calma, asegurando la paz interna.
  • Empuja a ser productivo, emprender nuevos proyectos y encaminarnos hacia nuestros objetivos.
  • Efectivamente facilita el movimiento, incluso para expresar otras emociones como (miedo, enfado, tristeza, tranquilidad...), pero sobre todo entrar en contacto con emociones placenteras.
  • Empuja a querer compartir con los demás y a la cohesión social: es un nexo de unión entre las personas, ayudando a crear nuevas relaciones y fomentando la unión social.

Euforias y alegrías falseadas

La obligación de estar alegre o la alegría falseada: desde el nacimiento del existencialismo, nos hemos acostumbrado a construirnos solos y eso ha generado muchos problemas psicológicos. No estar alegre es ser un fracasado, de modo que para estar en la honda determinadas preguntas (“¿Cómo estás?”, “¿Cómo te va?”), solemos utilizar una única palabra: “bien”. Muchas veces es una negación o enmascara una realidad más compleja.

La alegría lograda artificialmente (medios tóxicos o similares) pierde su equilibro y no es la expresión de un logro, sino una reacción química que nos alejará del “ser genuino” de la alegría y normalmente se observa exagerada (Euforia) y en particular, no sostenible. Finalizará cuando el medio químico acabe su efecto y tendrá otras consecuencias que nada vincula con los auténticos efectos de la alegría relacionados con el bienestar y el Amor.