El Trastorno Afectivo Estacional (TAE), los cambios de estación

Marga Mengual Pastor
28 Sep 2023 lectura de 8 minutos
El Trastorno Afectivo Estacional (TAE), los cambios de estación Recomendado

Como nos afecta el cambio de estación

Los cambios estacionales nos influyen en nuestro estado físico y emocional.

La transformación de la naturaleza y las variaciones del clima influyen en el adecuado funcionamiento del organismo, que también padece alteraciones que afectan al estado físico y anímico de las personas.

En los últimos años, nos hemos visto afectados por enormes olas de calor en el verano, calores extremos que nos condicionan y que obligan a grandes adaptaciones en nuestro sistema orgánico.

Normalmente, el cambio en las temperaturas, de volver a las rutinas y obligaciones después del verano, de la perdida de luz durante el día, volver a madrugar etc., crea un desorden en nuestro interior, las células se ralentizan para poder adaptarse y esto es causa de cambios hormonales que generan que nuestro sistema inmune se resienta. El cuerpo disminuye la producción de serotonina (hormona de la felicidad), y aumenta la fabricación de melatonina (hormona del sueño).

Además, nuestra energía también se resiente. El aumento de las lluvias, la progresiva bajada de las temperaturas y la reducción de la luz solar inciden directamente en los niveles de energía.

La necesidad de aumentar la energía a menudo impulsa a las personas a consumir alimentos con un mayor aporte calórico, como los dulces y sus derivados, por lo que es conveniente recurrir a alimentos ricos en vitamina C y D, como los cítricos y los pescados grasos frescos, además la vitamina D permite compensar la pérdida de horas de sol.

La cita otoñal del cambio de hora es una de las más temidas por muchas personas, a quienes afecta emocionalmente que anochezca una hora antes. Salir del trabajo bajo la luz artificial les produce tristeza y, hasta que se acostumbran, puede contribuir a ese estado melancólico otoñal.

La bajada en la intensidad de la luz puede producirnos sensación de relajación, también nos trae tristeza y melancolía.

Algunos de los síntomas que podemos notar que pueden estar asociados en cada cambio de estación serían:

  • Cansancio
  • Dolor muscular
  • Apatía
  • Problemas para conciliar el sueño
  • Desánimo
  • Falta de concentración

Todo esto es relativo en cuestión de cada individuo, sexo, edad, si la persona hace ejercicio, hábitos de alimentación, etc.

Equinocio de otoño

El otoño marca el final de la estación de la abundancia (el verano) y con él llega el momento de soltar y de ir hacia adentro. La naturaleza nos enseña y muestra cómo los árboles y plantas se ajustan a este ciclo: sus hojas cambian de color y caen; vuelven a la tierra para enriquecerla y dar lugar a nuevas hojas en el futuro.

Los árboles no guardan sus hojas por si fueran a necesitarlas. Confían en que se regenerarán nuevas.  

¿Cuántos de nosotros nos aferramos a lo que hemos creado, producido o recolectado sin poder dejarlo ir?

¿Cómo vamos a dar la bienvenida a lo nuevo sin soltar lo viejo?

¿Cómo abrazar lo nuevo si no le hacemos espacio en nuestra vida?

Al acumular (objetos, relaciones, dinero, actitudes y emociones) desafiamos los ciclos naturales y sanos de eliminación y renovación.

En este sentido, la energía de esta estación es la que más se ajusta y nos guía hacia la eliminación de los deshechos, de lo que no sirve, de lo viejo que hay en nuestras vidas, y nos abre la posibilidad a lo nuevo, lo fresco, lo puro conectado a nuestra esencia más profunda.

El Otoño, representa así mismo en el ciclo de la vida del ser humano, el final de ésta, la vejez.  De ahí que sea importante ocuparse de nuestros mayores y estar atentos a sus alteraciones del ánimo especialmente si acaban de perder un ser querido y están iniciando el duelo.

Rituales de otoño

Hay algunos rituales en otoño pensados para atraer la abundancia, y sencillos como recoger flores y dejarlas toda la noche en un recipiente con agua bajo la luz de la luna para, a la mañana siguiente, usarla para bañarnos.

O podemos seleccionar algunos elementos durante nuestra caminata por la naturaleza, como frutos, hojas, piedras e incluso plumas, y emplearlos para hacer un pequeño altar.

También encender una vela naranja, en honor al sol.

Los aceites esenciales de otoño

Algunos aceites esenciales propios de esta estación, te ayudarán en tu hogar para crear el clima necesario en esta época del año.

Los hay para uso de aromaterapia, y algunos otros, como los llamados aceites vegetales que son para aplicación directa sobre nuestra piel, en zonas cómo:

Cuello, sienes, nuca, escote, pies planta de los pies.

Te ayudarán para tu relajación, para conciliar tu sueño y para crear un ambiente placentero en tu hogar o lugar de trabajo, en resumen, son agradables para tu bienestar físico y mental.

Algunos como:

  • Bergamota
  • Pimienta Negra                          
  • Cedro                                                         
  • Canela                                                        
  • Ciprés
  • Nuez moscada
  • Naranja
  • Palo Santo
  • Eucalipto                                                                           
  • Enebro                   
  • Nuez Moscada
  • Pachuli

El Trastorno Afectivo Estacional (TAE)

Este trastorno va y viene con las estaciones, especialmente en otoño e invierno y se relaciona directamente con las alteraciones emocionales que se producen en esas épocas del año: aumento de la tristeza, poca energía generalizada, dificultad para dormir o cansancio excesivo y deseo constante de comer dulces y otros alimentos ricos en carbohidratos.

Los investigadores también consideran que quienes padecen el Trastorno Afectivo Estacional sufren desequilibrios en la producción de serotonina, hormona que se relaciona directamente con el estado de ánimo.

Esta patología afecta más a las mujeres y a los jóvenes y tiende a desaparecer cuando vuelven a incrementarse las horas de sol.

Normalmente estos síntomas son pasajeros, aunque no hay que dejar de darles la importancia necesaria.

Las recomendaciones serían, una alimentación sana y equilibrada, ejercicio físico, encontrar un momento al día para meditar y escucharse, darse los cuidados necesarios, descanso, relax, horas de sueño necesarias y poder disfrutar del contacto de la naturaleza, al menos dos horas por semana, si es posible. A veces, un simple paseo por un parque nos aporta inmejorables beneficios.

Por supuesto, no debes ignorar ni normalizar este estado, sobre todo si se alarga o se repite cada cambio estacional.

Desde luego las terapias, sean convencionales, o alternativas, son una gran solución en estos casos, te ayuda a sobrellevar los síntomas, reconocerlos, verbalizarlos, y reducir la ansiedad que puede provocar, el insomnio, la tristeza y, quizás lo más importante, adquirir herramientas para saber sobrellevar las crisis y las etapas que se nos presentan con dificultad en nuestro día a día, ya no solo por el tema del que hablamos, el TAE, si no también por que hacer terapia es saludable.