Beneficios de la terapia en grupo para la ansiedad social

Avance Psicólogos
11 Mar 2024 lectura de 5 minutos
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Si tienes ansiedad social, quizá te sientas identificado con esta situación. Estás a punto de hacer cola en el supermercado, pero de repente tienes que irte corriendo porque sientes que el corazón te palpita fuertemente y un sudor empieza a cubrirte la frente y las manos. Probablemente, piensas que la persona que atiende te ha mirado mal porque llevas el pelo un tanto despeinado, incluso lo ha comentado en voz baja con una clienta de confianza. Ante estos pensamientos, sientes una espantosa sensación de ridículo.

Por suerte, la terapia de grupo para la ansiedad social es un recurso muy útil para superar este trastorno, así como para entrenar las habilidades sociales. Veamos cuáles son sus beneficios.

¿En qué consiste la ansiedad social?

La ansiedad o fobia social es un miedo irracional y constante a la desaprobación y/o el rechazo de los demás. Implica un temor muy grande a ser juzgado, lo que desencadena unos niveles de ansiedad altísimos que generan síntomas tanto físicos como psíquicos.

El caso de la ansiedad social es preocupante, porque no sólo puede afectar en las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Puede afectarte también en el trabajo, con las consecuencias que esto conlleva: puede que evites reuniones o incluso cruzarte con tu jefe. Por otro lado, en la esfera relacional, lo mismo: tiendes a evitar citas con amigos y posibles parejas porque esto te provoca un alto grado de ansiedad.

Además, los síntomas son muy variados y afectan tanto al cuerpo como a la mente. A nivel físico, tendríamos la sudoración, la rojez en el rostro y otras partes de la piel, palpitaciones, mareos e incluso dolores agudos en el abdomen, entre muchos otros. Estos síntomas se desencadenan por situaciones que pueden ser reales o imaginarias; en cualquier caso, el solo hecho de pensar en ello hace que aumente la angustia en la persona.

Para evitar el sufrimiento, el afectado trata de evitar estas situaciones o escapar de ellas; sin embargo, esta solución entraña complicaciones vitales, puesto que puede significar la renuncia a oportunidades muy significativas, tanto a nivel laboral como personal.

Hoy en día, por suerte, contamos con muchas terapias que pueden ayudarte; entre ellas, la terapia de tipo grupal, que ha demostrado ser altamente beneficiosa. Te contamos más sobre ella a continuación.

¿En qué consiste la terapia grupal para la ansiedad social?

La terapia en grupo suele ser una adaptación de la terapia individual. Y, aunque parezca una incoherencia (dadas las características de este tipo de fobia), el hecho de ser practicada en grupo no significa ningún obstáculo para el tratamiento.

Entre los tratamientos de grupo para la ansiedad social, uno de los más usados es la terapia grupal cognitivo-conductual (CBGT), desarrollada por Heimberg y sus colaboradores a principios de los 2000.

En esta terapia se simulan los contextos que producen ansiedad a los pacientes, y al mismo tiempo se dan las herramientas necesarias para que la persona consiga darse cuenta de que son creencias irracionales las que provocan su miedo (lo que se llama reestructuración cognitiva). En otras palabras, las personas con fobia social sostienen una serie de ideas que deben poner en duda para poder ver la realidad desde otra perspectiva. Además de ello, se usan otros métodos como la relajación o el entrenamiento en habilidades de tipo social.

Otros tratamientos son, por ejemplo, la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), en la que se intenta que los afectados se den cuenta de que lo que hacen para evitar la ansiedad no sólo no la elimina, sino que hace que se alejen de sus objetivos vitales.

¿Cuáles son los beneficios de la terapia en grupo para la ansiedad social?

Aunque el método puede variar, los beneficios son iguales en todos casos, a la luz de la evidencia científica. Veamos cuáles son estos beneficios.

1. Acudir a terapia ya es una exposición

En el momento en que decides acudir a una terapia en grupo ya estás dando un paso para superar el problema, puesto que vas a verte y a hablar con gente que no conoces. Aun cuando la primera vez nos haga sentir incómodos, debemos tener presente que es un gran paso para nuestra mejora.

2. Aprender del otro

La experiencia de compartir situaciones, siempre con empatía y respeto, resulta muy beneficiosa. Se forman lazos sólidos, además de fomentar la identificación con los problemas de los demás, que favorecen la adhesión al tratamiento.

Por otro lado, es posible cuestionar las propias ideas irracionales en base a la experiencia ajena. Compartir nuestros miedos puede ayudarnos a darnos cuenta de que la realidad no tiene por qué ser tal y como la imaginamos, y que puede que no tengamos la verdad absoluta.

3. Validar nuestra experiencia

Acudir a una terapia grupal favorece la comprensión, por lo que la sensación de juicio y de rechazo disminuye. La persona siente que se valora su experiencia, y puede expresarse en un marco de libertad y confianza en el que siente que no se la va a juzgar ni se la tachará de absurda o ridícula.


Referencias bibliográficas: