Nutrición cíclica

Erika Ortega
1 Nov 2025 lectura de 4 minutos
Nutrición cíclica

Nutrición y cuidado natural durante el ciclo menstrual: cómo acompañar tu energía femenina.

El cuerpo femenino no funciona en línea recta. Tiene mareas, ritmos y fases que a menudo pasamos por alto, intentando mantener la misma energía y los mismos hábitos durante todo el mes. Cada fase del ciclo menstrual implica cambios hormonales, digestivos y emocionales que merecen ser escuchados y acompañados. Desde la naturopatía y la herbodietética, podemos apoyar estos procesos de manera natural, adaptando la alimentación, los hábitos y las plantas medicinales a las necesidades de cada etapa, sin sustituir el seguimiento médico cuando es necesario.

Entender estas fases y aprender a acompañarlas no es una moda: es una forma de reconectar con nuestro cuerpo y nuestra energía femenina de manera consciente y respetuosa, apoyando la salud digestiva, hormonal y emocional.

El ciclo menstrual: un ritmo natural con cuatro fases

Desde la perspectiva de la nutrición funcional y la fitoterapia, el ciclo menstrual se puede dividir en cuatro fases principales, cada una con características únicas y necesidades específicas:

  1. Fase folicular (preovulatoria): Tras la menstruación, la energía empieza a aumentar. El cuerpo se prepara para la ovulación y el metabolismo se activa ligeramente. Durante esta fase, la digestión suele estar más eficiente y el cuerpo responde bien a proteínas ligeras, vegetales frescos y alimentos fermentados que apoyan la microbiota intestinal. Plantas como la ortiga o el diente de león pueden ser útiles para estimular la vitalidad y la función hepática.
  2. Ovulación: Momento de máximo brillo y sociabilidad. La digestión se siente ligera y el apetito puede estabilizarse. Es un buen momento para comidas frescas, hidratantes y coloridas, ricas en antioxidantes. Hierbas como la milenrama o la manzanilla pueden favorecer el equilibrio hormonal y la digestión, mientras que alimentos frescos y jugosos aportan minerales y vitaminas que apoyan la energía y la piel.
  3. Fase lútea: Durante esta etapa, el apetito aumenta de forma natural y pueden aparecer cambios de humor. El cuerpo se prepara para la posible menstruación y requiere alimentos más cálidos, densos y ricos en micronutrientes. Los carbohidratos complejos como boniato, avena sin gluten o cereales como sarraceno, teff y mijo, combinados con frutos secos, cacao y semillas, apoyan la energía y la regulación emocional. Plantas como la albahaca santa, el tilo o el ginseng siberiano pueden ayudar a manejar el estrés y favorecer la estabilidad hormonal.
  4. Menstrual: Es la fase de eliminación y descanso. La energía disminuye y el cuerpo se beneficia de alimentos reparadores y ricos en hierro y proteínas: caldos vegetales, legumbres, huevos o carnes ecológicas de pasto. Infusiones de frambuesa, ortiga o sauco pueden acompañar el proceso de depuración y aliviar molestias menstruales. Comer más despacio y priorizar platos calientes y reconfortantes ayuda a respetar la sabiduría interna del cuerpo.

Acompañar la alimentación y los hábitos según el ciclo

Escuchar los cambios de apetito y energía permite ajustar lo que comemos desde el respeto y la conciencia, no desde la restricción. Más allá de los alimentos, la forma de comer, la temperatura, la preparación y el momento del día pueden marcar la diferencia en cómo nos sentimos.

  • Durante la fase folicular, apuesta por comidas ligeras y frescas, combinadas con infusiones depurativas y plantas que estimulen la vitalidad.
  • En la ovulación, disfruta de alimentos frescos, crudos o cocinados al vapor, que favorezcan la digestión y aporten antioxidantes.
  • En la fase lútea, prioriza platos más densos, nutritivos y reconfortantes, con cereales integrales y alimentos ricos en magnesio.
  • Durante la menstruación, recurre a caldos calientes, legumbres y proteínas fáciles de digerir, acompañados de plantas calmantes y depurativas.

Más allá de la alimentación: la autoescucha y la naturopatía

El cuidado natural del ciclo menstrual va más allá de la comida. Implica escuchar los signos del cuerpo, respetar los momentos de energía alta o baja, y usar herramientas de la naturopatía para acompañar procesos digestivos, hormonales y emocionales. La fitoterapia y la herbodietética pueden actuar como apoyo suave y complementario, ayudando a equilibrar el sistema digestivo, reducir inflamación, aliviar molestias y favorecer la estabilidad emocional.

Adoptar una alimentación y hábitos acordes al ciclo no busca controlarlo todo, sino acompañar y potenciar lo que ya ocurre dentro de ti. Comer según el ciclo es una forma de respeto y cuidado, donde la energía femenina se regenera de manera natural.