El dogma científico actual sobre el comportamiento, sobre qué nos controla, mantiene que son los genes quienes dictan nuestras acciones, nuestra salud, nuestras experiencias. Así, esta teoría nos deja poco lugar para la acción: somos “víctimas” de nuestra propia herencia genética. Pero... ¿eso es así al 100%? La respuesta es, por suerte, “no”.
Para nuestra mayor fortuna hay una corriente emergente que contradice esta teoría genética y establece que la vida y los procesos que en ella se generan tienen mucho que ver con la percepción de la realidad y no tanto con la genética adquirida. Los genes se activan causando ciertas enfermedades, generalmente, cuando se les señala que deben hacerlo, ciertas consecuencias a nuestros actos si así han sido programadas en el subconsciente. E ahí la libertad de la que habla esta nueva corriente científica. Como diría Bruce Lipton, biólogo celular:
Es nuestra percepción la que controla nuestra biología, dirige nuestros comportamientos e influencia profundamente en nuestra salud.
Bruce Lipton
El cáncer es la enfermedad de nuestro tiempo. ¡Uno de cada tres personas estará afectado, es el resultado de nuestros excesos! Alimentación de mala calidad, contaminación del aire que respiramos, el estrés, los fármacos que tomamos por cualquier dolencia con o sin prescripción, las materias sintéticas que nos rodean y nos visten,...! Todo se ha vuelto cancerígeno...
Para curarnos, la medicina alopática ha hecho avances muy importantes y se le ha dedicado muchísimos recursos humanos y científicos. Y si bien el resultado en la mayoría de los casos es un cura, sigue siendo un tratamiento muy agresivo con el cuerpo humano, que deja muchas secuelas y estigmatiza a las personas sometidas a estos tratamientos (pérdida de cabellos, mareos, pérdida de apetito, ultra sensibilidades a la luz por ejemplo, pérdida de uñas, retención de agua,...) y que no garantiza siempre una erradicación completa de la enfermedad además de debilitar mucho el organismo para el resto de vida del paciente.
Las personas tenemos infinito poder y capacidad de crear, manifestar y materializar todo aquello que seamos capaces de imaginar. De hecho, los últimos descubrimientos en el campo de la conciencia se dirigen a demostrar empíricamente que las personas gozamos de un papel protagonista y co creador de nuestra propia realidad. El antiguo paradigma, cuyos postulados se centraban en que era la vida, el universo, el destino, el karma o la divinidad te premiaban o te castigaban, ha quedado en evidencia al comprobarse que somos las personas las responsables de añadir valor a la realidad a través de nuestro esquema de pensamiento.
Somos las personas las encargadas de realizar los cambios pertinentes en nosotros cuando la vida nos presenta situaciones que no nos agradan. En dicho sentido, si vivimos este tipo de circunstancias (a priori indeseables) es debido a que, en algún momento, en algún lugar de nosotros, las hemos generado o hemos contribuido a su cristalización en nuestra vida.
¿Sabías que tu fecha de nacimiento es el momento más importante de tu vida? Sí, no te extrañes. Piénsalo bien. Es tu punto de partida en tu vida. La casilla de salida. El punto cero de tu existencia. El inicio de la aventura que supone vivir. Desde ese preciso momento, un infinito universo de posibilidades ante ti.
Suena muy grande, ¿verdad? ¡Y realmente lo es! ¿Quieres acompañarme a lo largo de esta publicación para descubrir la chispa de luz que supone tu fecha de nacimiento en tu vida? Toma mi mano y caminemos juntos.