Begoña Serra escribió:
Interesante reflexión Javier.
Soy Terapeuta Transaccional y no estoy muy al corriente de las terapias energéticas. En la consulta he comprobado que el comportamiento de los niños es un claro ejemplo de lo que sucede en la familia. Recuerdo el caso de un niño de cuatro años que mordía a sus compañeros en la escuela y era muy agresivo con sus padres a partir de que éstos empezaron a viajar mucho por motivos laborales y el niño quedaba al cuidado de los abuelos o de canguros. Cuando los padres regresaban, el niño se portaba fatal para llamarles la atención. Cuando trabajé este hecho con los padres y éstos le dedicaron más tiempo, jugando con él, llevándolo al parque, etc. el comportamiento del niño mejoró. me interesaría saber (porque lo desconozco) cómo lo tratarías a nivel energético.
Gracias y un abrazo.
Hola Begoña.
Habría que preguntarse ¿Por que otros niños con semejante entorno no les afecta igual? hasta incluso ya no en la adolescencia, si no también en edad adulta. ¿Falta de atención o hay algo más que se está escapando fuera de las conductas mentales? Por otro lado la persona que requiere esa ¨atención¨ cuando consigue sus propósitos se calma ¿pero que pasa con su entorno? Aún en un aparente equilibrio se palpa tensión por ceder a los ¨caprichos individuales¨ viéndose obligados a modificar sus hábitos naturales de vida. Al final esa aparente calma puede brotar de nuevo y transformarse en un mal peor, en un ciclo repetitivo como forma de control. Me porto mal y así consigo lo que quiero.
Enérgicamente se debería apartar los vínculos familiares y verlo desde la energía individual, ya que cada ser es un ser independiente enérgicamente. Apartar el parentesco que vincula a la familia y ver si ese niño-a es capaz de adaptarse por si solo en cualquier entorno. De igual modo habría que hacer lo mismo con su entorno familiar, apartarlos uno a uno y estudiarlos de forma individual. Una vez apartados y estudiados, observar las conductas energéticas (que les produce una vibración de afinidad y que les produce una vibración de antipatía) Crear un árbol y llegar a la raíz. Pueden llegar a ser muy sorprendentes los resultados, sin olvidarse que las nuevas generaciones son la evolución, con un peso añadido (un ambiente cargado que rectificar para que la evolución fluya y no siga estancada y llena de lagunas que no confluyen a ninguna parte) para ello se necesita cerrar etapas y liberar.
Los niños son muy susceptibles a los cambios de vibración, lo perciben todo, pero como a un no están preparados mentalmente para ¨encajarlo todo¨ lo único que hacen es canalizar la vibración y tal cual entra, sale. Lo más curioso es que ni ellos mismos saben por que se portan así. Sienten, expulsan y luego como si nada.
Saludos y un abrazo