En la India creo que no encierran a los locos si no son peligrosos.
Solemos ser muy cuidadosos con nuestras expresiones para que no detecten nuestros desequilibrios.
Pero cuando vamos al médico, por ejemplo como yo por dolor en los pies cansíno, corres el riesgo de salir cargado de pastillas. ¿ Por qué ? . Pues porque el médico lo han puesto entre otras funciones para recetar pastillas.
Gran cantidad de afecciones mentales suelen ser temporales o periódicas. Remiten por si solas. O como resultado de actuaciones psicológicas.
Conozco algunas personas afectadas por el trastorno bipolar. Yo con mis yerbas no soy partidario de la medicina oficial, así que debo callarme cuando alguien pontifica sobre las excelencias de los medicamentos. No creo en ellos por lo general.
El peligro del trastorno bipolar es que se parece a los ciclos de los humanos. Es imposible estar siempre alegre y contento. Son necesarios los periodos de depresión y cambio. El cuerpo avisa cuando quiere descanso o silencio.
La energía como dices Javier es algo que va y viene. No es posible estar todo el tiempo en la cresta de la ola por más que un sistema económico se empecine en ello.
Para mi si una persona tiene desequilibrios no quiere decir que sea un peligro para si misma o para los demás. El problema es que a los demás les suele dar mucho miedo los desequilibrios ajenos y no los propios....
Hay miedo ante las enfermedades mentales. Casi más que ante las enfermedades físicas por su imprevisión y sus posibles desenlaces.
Los que tenemos sensibilidad ante los fenómenos de la vida corremos el riesgo de ser catalogados, encasillados, juzgados en cierto modo.
A veces he topado con terapeutas que son a la vez enfermos del alma. Con una sensibilidad que va pareja con su noble oficio. El médico pastillero suele ser distante y adusto. Materializar todas nuestras dolencias del alma e imperar sobre ellas como si fuera un entendido eficaz.
Todavía falta mucho para alcanzar la humildad precisa para curar.