No me gusta juzgar a la gente, a nadie, ni tampoco que se hable mal de la gente. Cada uno tenemos nuestros motivos.
A mí también me da pena que mis niñas crezcan, son un motivo de felicidad tan grande, su forma de hablar, la irresponsabilidad de pasar horas en el parque sin hacer nada, disfrutar de un baño o de la playa... sí, me duele mucho que todo esto se acabe...
Si alguna persona se encuentra esclava de una relación de dependencia, les tocará a ellas y solo a ellas plantearse cómo salir de la dependencia.