Calmar nuestra mente para sanar nuestro cuerpo

27 Dic 2018 lectura de 2 minutos
Calmar nuestra mente para sanar nuestro cuerpo

Cuando las personas llegamos al límite de la tensión y vamos a un masajista tenemos que saber que nos puede aliviar pero no es la solución, mientras no aligeremos nuestras tensiones mentales continuaremos haciendo llegar las tensiones a nuestro cuerpo provocando contracturas, rigidez y dolor. Son pocos los momentos en nuestra vida en los que nos paramos a observar hacia donde la estamos llevando, si nos gusta o no, si tenemos más opciones, y cuáles serán las consecuencias de nuestra acciones.

Pueden pasar años de estrés y ansiedad y seguir sin parar, parece que los humanos necesitamos de dosis fuertes de sufrimiento para replantearnos y mirar si estamos bien.

Como si fuésemos un acordeón, nos estiramos y estiramos hasta que acabamos por rompernos.

Aunque un terapeuta puede darnos un masaje de relajación y ser como la pastilla para calmar nuestros nervios, no es la solución al problema que se ha ido construyendo a nuestro alrededor compuesto de trabajo, familia, amigos, crisis y más crisis.

Necesitamos saber y aprender a controlar nuestras emociones, a relajarnos y a reflexionar sobre nuestros actos, por mucha pereza o dolor que nos pueda causar, venciendo a la insatisfacción que puede causar analizar aquello que no nos gusta y forma parte de nuestra vida, aprender a  empezar a cambiar aquello que nuestra mente observa desde un punto de vista negativo e incontrolado.

Nuestras emociones, nuestras experiencias, marcan el ritmo de nuestras tensiones, nuestro cuerpo es el portador y sostenedor de todas ellas. Para cuidar a nuestro cuerpo, necesitamos cuidar nuestra mente, controlar nuestros sentimientos y emociones, observar nuestros pensamientos.

Técnicas como la meditación, el yoga, aquellas que nos ayudan a interiorizar, a calmar nuestros pensamientos con la ayuda de un buen profesional nos pueden ayudar a cambiar nuestra forma de vivir y ver el día a día, pero además nos ayudará a dejar de tensionar nuestro cuerpo aportando un bienestar físico que repercutirá de forma positiva en nuestras vidas.