¿Por qué comemos en exceso?

27 Feb 2014
¿Por qué comemos en exceso?

La principal finalidad de la comida es proporcionar energía para vivir, aunque no es la única. Actualmente no se come sólo para sobrevivir, sino que la comida también satisface otras necesidades y otros aspectos.

Nacemos sabiendo comer, lloramos para pedir alimento cuando tenemos hambre y dejamos de comer cuando estamos satisfechos.

¿Qué nos ocurre después?. Lo que sucede es que vivimos en un entorno donde usamos la comida para todo, y finalmente acabamos teniendo una relación distorsionada con la comida, aprendiendo a comer en exceso y mal, no teniendo el mínimo adiestramiento de la tolerancia a la sensación de hambre y acabamos sin una clara separación entre las razones fisiológicas (hambre) y emocionales (ansiedad, tranquilidad o placer) que nos inducen a comer. Es decir, aprendemos a relacionar una falsa sensación de hambre con diferentes necesidades psicológicas, acabando comiendo por cualquier motivo menos por hambre, y al final las calorías se van acumulando, produciendo un exceso de peso.

Darse cuenta de las causas por las que se comen en exceso, tenerlas en cuenta y encontrar una estrategia práctica para cambiar nuestra relación con la comida contribuirá al éxito de perder esos kilos de más.

Causas generales por las que comemos en exceso:

  • Por estímulos externos: estamos rodeados de comida a todas horas, por ejemplo comer por estímulos externos es ir a un buffet libre, tener máquinas expendedoras en el trabajo, ver nuestra comida favorita en anuncios, etc.
  • Por refuerzo positivo: para celebrar “cosas”, y por el propio placer que nos proporciona comer.
  • Por refuerzo negativo: comer “algo” nos ayuda a eliminar el aburrimiento, la ansiedad, rabia… (al comer por refuerzo negativo, también se une el refuerzo positivo, por el propio placer de comer)

La mayoría de nosotros tenemos exceso de peso porque comemos más calorías de las que nuestro cuerpo gasta durante el día. La clave son las matemáticas: Cada 7000 calorías ingeridas de más y no quemadas equivalen a un kilogramo en nuestro peso, si en 24 horas yo ingiero más calorías de las que consumo, engordo; y si por el contrario gasto más de las que consumo, adelgazaré. Al pasar una semana, por ejemplo, si yo he ingerido 3500 calorías menos de las que yo normalmente ingiero, adelgazaré medio kilo esa semana.

La dieta, entendida como el conjunto de nutrientes que se ingieren durante el consumo habitual de alimentos, es lo que influye, al final, en nuestro peso; y ¿Quién decide cómo es nuestra dieta? Nosotros elegimos ¿Qué comer? ¿Cuándo comer? y ¿Cómo comer?.

Según un estudio que elaboró la psicóloga Cynthia G. Last, hay personas a quienes les gustan los dulces. Hay quienes no prestan importancia a lo que comen, y lo hacen en cualquier parte, a toda prisa. Otros comen para sentirse con energía. Y otros, cuando se sienten estresados, no pueden parar de comer. Incluso algunos, utilizan la comida para escapar de los problemas cotidianos. Nos guste o no, engordamos porque comemos más de lo que necesitamos. Pero ¿Cuál es tu motivo?: ansiedad, aburrimiento, placer...

Last afirma que existen cinco razones predominantes para comer en exceso, cinco perfiles psicológicos que conducen al exceso de peso, cada uno con un tratamiento psicológico distinto:

  1. La impulsividad: comer sin dedicarle demasiada atención a lo que comen, a menudo también hacen algo más cuando comen, teniendo prisa normalmente.
  2. El hedonismo:buscan el placer en la comida, prefieren la calidad antes que la cantidad, centrándose en temas de comida.
  3. La reducción de estrés:comen ante la sensación de nervios, ansiedad,…para calmarse, lo que les lleva a comer en exceso.
  4. La evasión:evitan enfrentarse a los problemas a través de la comida, comiendo a cualquier hora y lugar, lo que le facilita no pensar.
  5. La búsqueda de energía: estas personas comen ante la percepción de decaimiento. Logran activarse y se sienten en armonía usando la comida.

Para muchas personas ingerir en exceso es su mayor enemigo y a la vez su refugio emocional, en estos casos, el problema no se resuelve controlando los alimentos que se ingieren, además hay que conocer y poder hacer frente a otras variables. Por este motivo, para muchas personas bajar de peso no es sólo una batalla física, sino también una lucha profundamente personal y emocional. Si no se afrontan los problemas emocionales y conductuales subyacentes, una dieta no servirá de nada, porque aunque de momento nos haga adelgazar, no logrará mantenernos en el peso deseado.

Sólo después de ser conscientes y asumirlo es posible cambiar la conducta alimentaria, reducir peso y contribuir a mejorar nuestra calidad de vida.