La vida se compone de hechos que son interpretados por nuestro filtro mental, estructurado mediante la cultura en la cual vivimos, y la educación recibida, pero en realidad esos sucesos no son ni buenos, ni malos, sí dolorosos o alegres, el resto de etiquetas las ponemos nosotros. Esas etiquetas son la interpretación de lo que realizamos, enfocados a percibir aquellos hechos que encajan dentro de nuestro esquema mental, de los juicios de valor que les otorgamos. Así si consideramos que la vida es un valle de lágrimas nos centraremos en los sucesos que reafirmen nuestra percepción, o si consideramos que es una permanente lucha actuaremos en concordancia con este pensamiento.
Sin embargo, cuando observamos la vida, comprobamos que esta no es nada de lo que imaginamos, no se ajusta a nuestro mapa mental, sino que posee sus propias reglas, al margen de nuestra voluntad, en la que cabe todo lo que imaginamos o creemos. Es inabarcable por nuestra mente, aunque sí por nuestras emociones y sensaciones.
¿Qué es la rosácea? Es un enrojecimiento crónico de la piel facial, y puede ir acompañada de granos, inflamación y ardor.
Según la medicina convencional la rosácea no tiene cura y el tratamiento que se da consiste en antibióticos y cortisona. Cuando el paciente abandona el tratamiento, los síntomas vuelven con más fuerza, ya que la verdadera causa de la enfermedad sigue sin ser tratada.
Las personas afectadas de rosácea tienen además que enfrentarse cada día con el espejo, y a menudo necesitan reforzar su autoestima.
Algunos niños con dificultades de aprendizaje tienen un perfil característico, por ejemplo suelen presentar poca coordinación y sentido del equilibrio, no les gustan los deportes entre otras cosas porque suelen ser algo torpes y no cogen muchas pelotas al vuelo ni aprenden fácilmente a montar en bici, tampoco les resulta fácil relacionarse con otros niños.
Cuando llegan a los 4, 5 años y tienen que aprender a unir letras y formar palabras muchas veces les cuesta, no son de los más rápidos con la lecto-escritura, se cansan mucho y según pasan los cursos deciden que leer "no les gusta", como si fuera como comer alcachofas.
Son niños sensibles, creativos, en primaria sobre todo lo pasan mal cuando van al cole, no es un medio en el que tengan éxito y su autoestima va disminuyendo paulatinamente a medida que avanzan en su escolaridad... los deberes interminables, la etiqueta de "vago" desde los 5 años...y ahí se instala el niño, en el vago que todos ven.
La dicción de "dolor cervical" se utiliza en el lenguaje común.
Desde un punto de vista médico se llama "cervicalgia". A tal patología se le atribuye un conjunto de signos y síntomas, estos últimos referidos por el paciente como "dolores" que se producen en la región de la columna llamada "cervical" (cuello).
A veces el dolor viene referido como un trastorno particularmente invalidante por parte del paciente, que en consecuencia está constantemente en busca de remedios para ese dolor de cuello.