Sobre acompañamiento terapéutico (AT)

Almudena Sánchez
5 Ene 2014
Sobre acompañamiento terapéutico (AT)

La semana pasada tuve ocasión de asistir al I Congreso de Acompañamiento Terapéutico en España.

El Acompañamiento Terapéutico (AT) es algo nuevo en nuestro país. Nace a finales de los 60 en Buenos Aires, y a día de hoy también en Brasil y México es ya un modelo de intervención terapéutica profesionalizado. Pero en España comienzan a llegar ahora los conocimientos que van a constituir la base sobre la que construir nuestro propio modelo de AT, confeccionando al paso el modelo teórico que lo sustente y le de identidad.

Mientras tanto, sí tenemos claro lo que diferencia al AT de algo que no lo es, y son sus dos pilares fundamentales:

  • Vínculo: El vínculo que se establece entre acompañante y acompañado es múltiple y contradictorio. Es decir, con la misma persona establecemos diferentes vínculos con las diferentes partes que tiene la persona y con unas de las partes pueden ser vínculos positivos y con otras, negativos.
  • Encuadre: El encuadre es imprescindible como punto de referencia para la intervención. Delimita las diferentes posiciones de acompañante y acompañado y protege la relación.

Otro elemento básico en el acompañamiento terapéutico (AT) es el contacto. Tres elementos tenemos para establecer el contacto con el paciente: la palabra, la mirada y el cuerpo. A través de estos elementos podemos contactar con el paciente, cada vez de la manera que resulte más adecuada para ély para la situación en la que nos encontramos.

El acompañamiento terapéutico (AT) además tiene que ver con la intervención comunitaria, ya que se realiza “en” y “con” el entorno de la persona. En este sentido, tener en cuenta y contar con la familia del acompañado, es fundamental.

Con estas premisas básicas, Alejandro Chévez (Psicólogo y Psicoanalista) nos ofrece una definición de AT como “un servicio de baja exigencia, no directivo, que desde una perspectiva clínica y socio-comunitaria brinda atención y apoyo a familiares y usuarios ambulatorios, o con internación domiciliaria, en espacios públicos o en el domicilio del usuario en clave de acompañamientos individuales y grupales, promoviendo un vínculo terapéutico basado en la participación y la autonomía del usuario en la toma de decisiones acerca de su tratamiento, sea éste en el ámbito de la prevención, la asistencia o la reinserción".

Y el trabajo con el paciente se resume en tres pasos básicos:

  1. Establecer el contacto
  2. Crear el vínculo
  3. Trabajar los objetivos planteados

El acompañante terapéutico por supuesto no está solo, forma parte de un equipo de acompañantes terapéuticos que contarán necesariamente con un supervisor y un coordinador.