La Psiconaturopatía, una respuesta integradora

La Psiconaturopatía, una respuesta integradora

Lo sabemos desde hace tiempo, pero muchas veces lo olvidamos, especialmente cuando nos sentimos enfermos. Somos cuerpo y mente. Ambos trabajan juntos. Son inseparables. Cualquier alteración en uno afecta al otro, en menor o mayor medida. Por esta misma razón, cualquier acción terapéutica también debe tener en cuenta esta interacción y equilibrio, ya que, de lo contrario, aún siendo su acción potencialmente  beneficiosa, puede terminar promoviendo un desequilibrio entre ambos y tener efectos negativos a medio o largo plazo. Por el contrario, puede resultar muy beneficioso, al actuar terapéuticamente, hacerlo de forma conjunta sobre cuerpo y mente, para que además de corrector, el resultado sea equilibrado y fortalecedor. Debemos recordar que Hipócrates afirmaba que "la enfermedad no es una enfermedad en sí, sino un esfuerzo del cuerpo para recuperar el equilibrio perturbado".

Este mundo, cada vez más estresante e inhóspito que nos ha tocado vivir, exige nuevas respuestas a los problemas que nos plantea. Respuestas integradoras y eficaces que, evolucionadas desde conocimientos ciertos y comprobados, permitan obtener el máximo beneficio terapéutico y armonizador para nuestro organismo.

Una respuesta integradora la constituye la Psiconaturopatía, que bajo un enfoque biopsicosocial, combina e integra la Psicología y la Naturopatía, de tal forma que su reciprocidad y complementariedad potencia sus respectivos beneficios, asegurando mejores resultados, más profundos y duraderos.

Así, lo biológico, lo psicológico y lo social, factores claves de bienestar indispensables para vivir en salud, se cruzan armónicamente en un mismo punto de encuentro, creándose una potente sinergia.

La psicología es la ciencia que estudia los procesos psíquicos de la mente, mientras que la naturopatía estudia la salud en relación a los hábitos de salud y los agentes naturales. Aplicadas conjuntamente, bajo un enfoque psiconaturopático de filosofía natural y ecológica, permiten comprender y respetar las leyes naturales que rigen nuestro organismo, cuerpo y mente, en su interacción con la naturaleza y con el medio que nos rodea, con el fin de que al observar estas leyes naturales, se incremente el nivel de conocimiento y el equilibrio en los hábitos de salud y comportamiento, incidiendo positivamente en un mayor bienestar físico, psicológico y social de la propia persona.

La Psiconaturopatía, no obstante, no se puede contemplar como una simple combinación o suma de técnicas, sino que goza, además, de una identidad y filosofía propia y única, en la que las dos disciplinas se funden en una misma unidad funcional, de la misma forma que el ser humano no es la mera suma de cuerpo y mente, sino que resulta de la unidad funcional de los dos, basándose su salud en el equilibrio y armonía entre ambos.

Existe gran desconocimiento general sobre la prevención natural y el potencial autocurativo que todos poseemos. Tenemos capacidades innatas que no desarrollamos de forma adecuada ni suficiente, ni tampoco sabemos interpretar las necesidades de nuestro organismo cuando éste, mediante el lenguaje de la enfermedad, nos dice cómo se siente y pide ayuda. Sin embargo, eso es algo que se puede corregir y mejorar con un mayor autoconocimiento de nosotros mismos y de nuestra relación con el ambiente que nos rodea, tanto físico como social, así como con la ayuda profesional adecuada que facilite este camino de crecimiento y superación personal.

La Psiconaturopatía, con una clara vocación pedagógica además de terapéutica, se erige en una técnica facilitadora y potenciadora para que cada cual pueda aumentar su nivel de autoconocimiento, de prevención y de cuidado personal, utilizando mejor y más racionalmente sus propias capacidades autocurativas, tanto físicas como mentales, la llamada Vis Medicatrix Naturae, de Hipócrates, la fuerza curativa natural, así como la alimentación y los agentes naturales como mejores aliados.

Cambiar verdaderamente una dinámica de trastornos y enfermedades no se logra aplicando parches o remedios aislados, como suele hacerse en muchas ocasiones, sino mediante una actuación global inteligente que promueva cambios estratégicos, amplios y profundos, tanto en el cuerpo como en la mente, dirigidos a corregir y armonizar en la medida de lo posible, las causas o factores reales que las provocan o las mantienen, promoviendo que la persona no se limite a ser un mero paciente, sino que se convierta en agente activo de su propia salud.