Los ritmos de la vida

18 Dic 2018 lectura de 4 minutos
Los ritmos de la vida

En música, una de las primeras cosas que aprenden los alumnos es solfeo. Da igual qué instrumento vayan a tocar, que lo primero que le enseñan son las figuras musicales, los compases, etc. Todo ello componentes del ritmo dentro de la música. Y lo mismo pasa en las escuelas de infantil y primaria. Lo primero que se les presenta a los niños son juegos corporales llenos de ritmo y movimiento.

¿Por qué se hace esto? Sencillo. Porque dentro de la música el ritmo es el elemento básico sobre el que nos fundamentamos. Si no, piensa en las charangas de las fiestas. Éstas, con cuatro cosas, crean sus instrumentos de percusión y montan verdaderos jolgorios.

Pero, esto que vemos tan claro y nítido dentro del mundo de la música, fuera de él no lo vemos de forma tan evidente, sin embargo, así es. Todo lo que nos rodea, todo lo que acontece a nuestro alrededor, incluso todo lo referente a nuestro cuerpo tiene su propio ritmo.

El día tiene 24 horas. Los años tienen 365 días excepto los años bisiestos (los divisibles entre “4” excepto los terminados en “00” que tienen que ser divisibles por “400”) que tienen un día más, 366. ¿Por qué esto? Para corregir el desfase que hay entre lo que dura un año dentro de lo que es la parte del trópico, que es de 365 días 5 horas y 48 minutos, y el año del calendario usual. Esas 5 horas y 48 minutos de más, si los multiplicamos por 4 dan las 24 horas de un día. De ahí que añadamos un día a cada cuatro años.

Dependiendo del hemisferio en el que nos encontremos y la fecha en la que estemos, los días tendrán más horas de sol o menos y estaremos en una estación o en otra. Pero siempre estarán contabilizadas y tendrán su propio ritmo. De hecho, el orden de las estaciones es el mismo en ambos hemisferios aunque se den de forma diametralmente opuesta.

Todo tiene su propio ritmo

Pero no solo a nivel solar o de estaciones, nosotros los seres humanos también tenemos nuestros propios ritmos. Nuestro cuerpo necesitará dormir entre 6 y 8 horas al día para descansar y reponerse. Y dentro de estas horas de sueño, el sueño tiene sus propios ritmos y fases: adormecimiento, sueño ligero, sueño delta y fase REM.

También los seres humanos tienen sus propios ritmos, que debe conocer

La comida también tiene su propio proceso. Todo tiene su comienzo cuando entran los alimentos a nuestro cuerpo. Aprovechamos todos los nutrientes que tienen a lo largo de su recorrido por todo nuestro aparato digestivo. Y finaliza en el momento en el que eliminamos lo que no nos sirve y lo expulsamos.

Pero hay más. Las mujeres tenemos el ciclo menstrual que también tiene su propio proceso. Comienza el día en el que nos viene la regla. Luego, cuando dejamos de sangrar, pasamos al periodo folicular en el que el óvulo empieza a madurar. A continuación, ovulamos y es cuando estamos fértiles para concebir. Y, por último, una semana después de la ovulación, nuestro útero se llena de sangre para alimentar al feto. Pero en caso de no haber concebido, la almacenamos y una semana después la eliminamos con un nuevo período. Todo esto se repite de forma periódica cada 28, 30 o 32 días.

Conclusión: TODO, sí TODO en la vida tiene su propio ritmo. El problema es que muchas veces no somos conscientes de ello y lo dejamos pasar por alto. Pero estamos cayendo en un craso error. Podemos usar en nuestro propio beneficio el conocimiento de estos ritmos. ¿Para qué? Para descansar mejor, para alimentarnos mejor, para concebir cuando realmente lo deseemos...

En definitiva, para tener una mayor calidad de vida y ser los protagonistas de la misma creando y atrayendo aquello que deseamos. ¿Cómo hacer esto? Veamos.

Debemos conocer los ritmos y hacer un plan para progresar hacia nuestros objetivos

¿Cómo progresar hacia nuestros objetivos?

Primero habremos de ser conscientes de cuáles son nuestros verdaderos objetivos. Una vez establecidos, necesitaremos tomar conciencia de dónde estamos con respecto a los mismos.

Después, sería recomendable ver qué es lo que han hecho las personas que han alcanzado los mismos objetivos que deseamos. Así averiguaremos cómo es el proceso y el ritmo que han llevado. A partir de ahí, podremos elaborar nuestro propio plan de acción y nuestra temporalización para los objetivos que nos hemos planteado.

Eso sí, totalmente prohibido ser autoexigentes y criticarnos si no lo conseguimos a la primera. El tesón, la práctica y la intención lo son todo.

¡Ánimo y suerte!