La imaginación unida al deseo y la confianza en si mismo tiene el poder de realizar lo que se desea.
El cerebro necesita aprender, es una necesidad imperativa para su desarrollo, se puede apreciar como se alegra un niño cuando aprende algo, como se concentra, se siente bien cuando algo le sale, lo repite y repite y luego quiere mas y mas.
El bebé por inercia aprende cada día a desenvolverse en el entorno, cuando empieza a arrastrarse y a coger y curiosear todo, a probar sus limites, toca, chupa, prueba todo, luego empiezan sus primeros sonidos y su primeras palabras, es una constante expresión de energía, afectividad e inteligencia en pleno desarrollo todo un potencial por descubrir y en pleno apogeo, nada lo detiene, los padres lo alaban, se alegran de sus progresos le motivan, le aplauden cada vez que progresa, hasta los tres o cuatro años mas o menos es un ser en plenitud (en una familia mas o menos equilibrada, que no sea disfuncional, malos tratos, drogas, etc.).
El cuerpo expresa nuestras emociones, si éstas nos producen tensión, el cuerpo puede encargarse de sacarla o representarla con uno de tantos desequilibrios como la dorsalgia y avisarnos de que algo no va bien en nuestra vida y nos está afectando.
Queridos amigos, las dorsalgias son posiblemente la patología que más me ha hecho pensar, sentir y cambiar el enfoque sobre la manera de ver, percibir, y aplicar mi profesión desde otro punto de vista más amplio.
Hace 18 años observe que tras las técnicas osteopáticas que aplicaba, la mejoría que alcanzaba en muchos de los casos la persona aquejada, en cuestión de una, dos semanas o un mes se volvía a resentir, incluso en algunos individuos solo les duraba uno o dos días, la mayoría de los afectados venían ya con la dolencia crónica de años, y sin éxito en los distintos tratamientos médicos que se habían aplicado.