Se trata de un parásito que no tiene la capacidad de poder reproducirse por sí mismo, es por ello que ha de entrar en el interior de la célula huésped e infectarla para poder sobrevivir.
El material genético de los virus puede ser ARN o ADN, los más simples pueden codificar 4 proteínas mientras que los más complejos pueden codificar de 100 a 200 proteínas 1.
En primer lugar, habría concretar un aspecto difícil de definir, como es el momento en que empieza la última etapa vital. Este es de gran importancia, ya que se necesita delimitar un marco de actuación y las diferentes peculiaridades de esta etapa. Incluso tener una visión individualizada, tanto de las propias personas como de las diferentes configuraciones de grupos da una visión más completa.
Son diferentes las teorías que estudian los ciclos evolutivos y sería una tarea tediosa intentar delimitar en este articulo esta etapa, ya que depende de diferentes factores; sociales, biológicos, familiares e individuales. Por lo tanto, en el presente trabajo tomamos como referencia el marco residencial donde las personas mayores que ingresan pueden estar en un momento del ciclo evolutivo concreto y diferente, ya que hay personas con mayor esperanza de vida y mayor grado de autonomía dentro de un mismo recurso.
Estoy empezando a creer en las conexiones. Bueno, no en todas, sólo en algunas, pero el caso es que no puedo negar que de un tiempo a esta parte todas las conversaciones a las que he asistido de familiares, amigos, pacientes, conocidos y alumnos han estado girando, de una forma u otra en torno a la muerte y al hecho de si existe algo más después de ella, si hay algún tipo de vida una vez que dejamos este plano. Así que mi reflexión, tarde o temprano, era inevitable. Esto es lo que he hallado.
Se ha solido menospreciar la importancia y el poder de la mente sobre la salud, considerándolo un engaño —ahora está de moda llamarlo pseudociencia—. Como en cualquier ámbito, hay oportunistas, medias verdades, medias mentiras, conflictos de intereses y mucha desinformación. Sin embargo, las evidencias empíricas y científicas que muestran y confirman la realidad e importancia de la mente sobre la salud y el bienestar son cada vez más numerosas y categóricas, lo que nos obliga a admitir que ese menosprecio sistémico a unas capacidades naturales reales ha acarreado unas consecuencias claramente negativas y que podemos sintetizar en tres grupos.