Hipocondría, quien busca encuentra

Jordi Ysàs
27 May 2023 lectura de 12 minutos
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¿Qué es la hipocondría?

Es un trastorno de la percepción de uno mismo, uno duda de lo que está sintiendo y lo interpreta como una enfermedad.

Las personas con hipocondría están preocupadas por el temor a sufrir una enfermedad grave, o aún más están sufriendo por la idea de si ya la están padeciéndola y lo desconocen, por ello se chequean el cuerpo constantemente en busca de pruebas, de que la están padeciendo.

Diríamos que sus preocupaciones están basadas en una mala interpretación de sus percepciones corporales, de lo que sienten, interpretándolo como síntomas de algo malo.

Es tal su preocupación que la persona no queda, convencida por el resultado del examen médico, persisten con el miedo a pesar del resultado positivo. De hecho, parecen quedar decepcionadas al no encontrar problemas físicos.

Estas personas nunca quedan convencidas de que están sanas, tienden a sospechar que ese médico se ha equivocado, con lo que inician una sucesión de visitas a diferentes especialistas, con la esperanza de que alguno de ellos sea capaz de descubrir su problema.

Hipocondría, el que busca encuentra

El que busca encuentra

Suelen mostrarse ansiosas y preocupadas respecto a sus funciones corporales, latidos cardiacos, movimiento intestinal, anomalías físicas, pequeñas heridas, tos ocasional, sensaciones físicas muy vagas y ambiguas, venas doloridas, etc.

Ellos atribuyen sus síntomas a una enfermedad, esta preocupación se convierte en el rasgo principal de su autoconcepto, ellos mismos se aplican autodiagnósticos que van desde el cáncer a las infecciones exóticas, la sida o múltiples enfermedades de toda índole.

Si les pides que te expliquen su problema, suelen embarcarse en un largo y detallado monólogo sobre, dolencias, sensaciones, apreciaciones calificándolas todas ellas como síntomas claros de una enfermedad de la cual los especialistas no terminan de hallar, a pesar de todos los síntomas que sufre.

La mayoría suelen tener una enorme preocupación por sus funciones digestivas, algunos llevan gráficos de su actividad intestinal, super preocupados por la dieta, estreñimiento y procesos digestivos.

Sin embargo, paradójicamente lo más interesante es que ellos tienen la sensación de no cuidar de su salud más de lo normal.

Hipocondría, qué hay detrás

¿Cuáles son las causas?

  • Es un trastorno del estado de ánimo o de ansiedad, producido por un miedo a algo desconocido, un miedo a: … ¿y si tuviera un…?
  • Una mala interpretación de sus sensaciones corporales, desempeñando un papel causal, ¿…entonces si siento esto, es que…?
  • Una respuesta a las experiencias anteriores que ha tenido con la enfermedad, tanto en él, como con los demás e incluso a traves de la observación de los medios y redes sociales, tv, cine, series, etc., provocando el desarrollo de un conjunto de suposiciones erróneas respecto a los síntomas y enfermedades (1*)
  • Y una visión catastrófica de su salud en el futuro, «Si no puedo ir al médico en cuanto observo algo anormal, entonces probablemente ya sea demasiado tarde» (2*)

Estas suposiciones, del todo erróneas, hacen que presten excesiva atención, o que focalicen toda su atención, a lo que están sintiendo en su cuerpo, denominándolo y expresándolo temerosamente como “estoy teniendo síntomas de …”.

Esto les hace juzgar cualquier enfermedad como probable y más peligrosa de lo que realmente es. También se consideran que son incapaces de afrontar y superar por sí mismos esa supuesta enfermedad, y se ven a si mismos como personas débiles e incapaces de tolerar el esfuerzo físico que supone la superación de la enfermedad.

Causas de la hipocondría

El pez que se muerde la cola

Esta forma de interpretar lo que está sintiendo, da lugar a un círculo vicioso, en el que, el miedo a la enfermedad le genera la propia ansiedad que le da lugar a toda una serie de respuestas o síntomas fisiológicos que él interpretará como síntomas de la enfermedad.

Alimentando de esta manera su convicción de que está realmente enfermo.

Este círculo vicioso puede incluso reforzarse por su tendencia a recordar las sensaciones, situaciones y expresar con palabras de dolor algunas otras experiencias anteriores que él las asociará al momento actual. (3*).

Hipocondría - victima

La victima

Este es el denominado reforzamiento secundario, o el sentirse victima de una situación, que aporta algunos veneficios a nivel moral y emocional, obteniendo un reconocimiento y intención que antes no obtenían.

Tenemos que tener en cuenta que todos o casi todos diríamos que “la mayoría de nosotros aprendemos desde niños que cuando estamos enfermos, podemos obtener cierta atención y cuidados especiales, además de quedar excusados de ciertas responsabilidades”

Dr. Barsky y sus colaboradores en 1994, encontraron que sus pacientes hipocondríacos solían decir que de niños solían ponerse enfermos y faltar a la escuela.

También existen indicios de que las personas hipocondríacas pueden haberse criado en familias donde abundaba la enfermedad, lo que, si bien quizá produzca recuerdos tristes y dolorosos relacionados con ella, también resalta los beneficios secundarios que obtiene un enfermo. (Recordemos las fidelidades familiares, de Anne Ancelin Schützenberge, (Moscú 1919-2018).

Según el estudio realizado con un grupo de pacientes hipocondríacos, (4*).

Las tendencias hipocondríacas se atenuaron o desaparecieron cuando verdaderamente aparecieron enfermedades reales graves. Los autores sugieren que tener una enfermedad grave «permitía a los pacientes legitimar sus quejas, confirmar su papel de enfermos y reducir el escepticismo con el que habían sido previamente tratados...».

Como dijo uno de ellos, «ahora que ya sé que el Dr. X.… me presta atención, puedo creerle si me dice que no me pasa nada grave»

Hipocondría, estrategias

¿Cómo empieza todo?

Hay una serie de factores que se activan y perpetúan la preocupación, en este caso de una forma obsesiva por la salud.

Siempre se parte de un estimulo desencadenante, un estimulo al que le vamos a dar respuesta, por ejemplo, recibir información sobre una enfermedad, esta información o estimulo, lo percibimos como amenazante, provocándonos una respuesta de temor, aprensión o miedo.

Esta reacción emocional y racional, nos va ha provocar inmediatamente una reacción fisiológica, cognitivo y conductual, lo que llamamos una respuesta a un estímulo amenazante.

Primero, aumento de las sensaciones somáticas mediadas por el sistema nervioso autónomo: Ritmo cardiaco, palpitaciones; Temperatura corporal, sofocación, escalofríos; Focalización auditiva, acúfenos; olfativa, mucosidad; visual, mareos; sensibilidad al tacto, picores, …etc. Lo que el sujeto las va a atribuir, o mal interpretar como, a la existencia de una patología orgánica o síntomas de una enfermedad.

Segundo, al focalizar toda su atención en su cuerpo, es como si actuase con el efecto lupa, aumentando su sensibilidad corporal, estando hipersensible a cualquier cambio fisiológico del cuerpo. La persona se da cuenta de cambios normales de su función corporal, por ejemplo, distensiones gástricas después de comer, aumento del ritmo cardiaco en esfuerzos, bajada de temperatura en reposo, etc., o aspectos de su apariencia física, enrojecimiento de la piel, sudoraciones, etc., que, de otro modo, le hubiesen pasado desapercibidas, y los va ha interpretar como anómalos.

También va ha prestar atención a todos los datos que esta detectando con la idea de la enfermedad y con un sesgo confirmatorio que ha ido desarrollando paulatinamente.

Tercero desarrollara todo un seguido de conductas evitativas, por miedo a la enfermedad, y generara un sistema de autoinspección corporal, o chequeos que tendrán como finalidad buscar en su cuerpo los indicios que la enfermedad se esta manifestando en su cuerpo.

Para comprobarlo buscará información de la enfermedad en todos los medios posibles, revistas, libros, internet, redes, etc.

Todo ello con la intención de tranquilizar su estado de ansiedad y preocupación, pero que, en realidad, todo ello, no harán más que incrementar y fomentar su preocupación por la salud.

El modo en que operan estas conductas es similar al de los rituales compulsivos del trastorno obsesivo-compulsivo, TOC, (podéis leer mi artículo sobre el TOC en este mismo portal) ya que, aunque inicialmente producen un descenso momentáneo de la ansiedad, posteriormente la incrementan (5*)

Este tipo de conductas contribuyen a la perseveración de las preocupaciones a través de las siguientes vías:

Impidiendo que el sujeto aprenda que aquello que teme no le está ocurriendo; segundo provocando que continúe prestando atención a sus pensamientos negativos; y tercero influyendo directamente en los cambios corporales que produjeron los pensamientos iniciales.

Estos tres mecanismos:

  • Activación fisiológica.
  • Focalización de la atención.
  • Conductas inadecuadas.

Hacen que el sujeto se preocupe por las sensaciones físicas percibidas como patológicas y que las valore como señal de que padece una enfermedad grave, lo cual, a su vez, aumenta la percepción de peligro. Se establece así una relación circular que perpetúa la hipocondría.

Hipocondría, fasciculaciones

¿Qué hacer?

Tratamiento de la hipocondría

En psicoterapia nos centramos en estrategia de reencuadre o de reestructuración y valoración de las creencias de los pacientes respecto a la enfermedad, y en la modificación de sus malas interpretaciones de las sensaciones corporales. (6*)

Las técnicas sensitivas consisten en entrenar la sensibilidad, la afrontación progresiva sensitiva de manera intencionada e inocua, para que los pacientes puedan aprender que su percepción de las sensaciones corporales es la principal responsable de sus síntomas.

También les prescribimos técnicas estratégicas para impedir las conductas evitativas y de examinar su cuerpo o chequeos, ¿qué hacer frente a las evitaciones y los chequeos? Que cierran el circulo vicioso y perpetúan sus dudas y obsesiones, la hipocondría.

Os adjunto la prescripción estrella, para el tratamiento de la hipocondría, de la denominada Terapia Breve Estratégica, fundada por los doctores Giorgio Nardone y Paul Watzlawick, 1987 en el "Centro di Terapia Strategica" de Arezzo, Italia.

Esta prescripción para conseguir el control de los chequeos corporales en busca de enfermedades, llevados a cabo por la persona que sufre una hipocondría, hace que este siempre de una forma obsesiva chequeándose el cuerpo, 8, 9, 10 veces al día o de forma descontrolada, manteniendo un elevado índice de ansiedad crónica.

Para desbloquear este estado crónico de alerta que le genera esta ansiedad constante, se aplica esta prescripción EL CHEQUEO DIARIO DE 21 minutos.

Esta es una pequeña parte del proceso terapéutico, y hay que contemplarla como tal, como una parte de un proceso mayor, centrado en que la persona que sufre la hipocondría empiece a desactivar todos los mecanismos que ha puesto en marcha para mantener su mala interpretación de los procesos fisiológicos que está viviendo.

Esta terapia de inicios de siglo no usa ningún tipo de fármaco ni sustancia en su tratamiento, eso sí son prescripciones que inciden directamente en la reestructuración de creencias y patrones de conducta, basadas en la paradoja.

Diciendo a un individuo que continúe voluntariamente con algo que se considera problemático se crea un doble vínculo, que lo llevará a un cambio inevitable tanto en el caso en que decida seguir la indicación como en el caso en que decida no seguirla.

Esta intervención se prescribe a menudo cuando después de un atento análisis del problema se concluye que es difícilmente solucionable mediante métodos más convencionales.

Chequeo diario 21 minutos

Hipocondría - chequeo

La prescripción consiste en que durante 21’ minutos, diariamente a la hora que acordemos, en su casa o en algún lugar seguro, busque un aseo, a ser posible con espejo y durante 21’ minutos se efectué un chequeo, exhaustivo, intentará por todos los medios explorar voluntariamente su cuerpo en busca de alguna prueba de su miedo a estar afectado de cualquier trastorno o enfermedad que le provoque miedo, ansiedad o pánico.

Recuerde, la palabra clave es voluntariamente ¿de acuerdo? Cada día durante 21 minutos, como una prescripción. Efectúese un chequeo, exhaustivo. En un lugar seguro, en su habitación, aseo frente un espejo, explore su cuerpo en busca de lo que le provoca el miedo, ansiedad o pánico.

Acuérdese, utilice una alarma en el reloj o en el móvil, celular, para que suene 21’ minutos más tarde, tiene que hacerlo cada día, hasta la próxima sesión.

Cada día, voluntariamente chéquese su cuerpo en búsqueda de una patología.

Una vez efectuado el chequeo, olvídese de chequearse hasta el día siguiente tal y como acordamos, tan sólo una vez al día, el resto del día nada de chequearse hasta el día siguiente.


Nota: Este articulo nace del detallado estudio y de los trabajos de grandes especialistas en los trastornos de la ansiedad y las obsesiones TOC, que realizaron sus investigaciones a caballo de los dos siglos XX -XXI.

  1. (Bouman, Eifert, y Lejeuz, 1999; Salkovskis y Bass, 1997; Salkovskis y Warwick, 2001).
  2. (Salkovskis y Bass, 1997,)
  3. (Pauli y Alpers, 2002).
  4. (Barsky et al., 1998).
  5. (Looper y Kirmayer, 2002).
  6. (Warwick y Salkovskis, 1989).

Podéis seguir leyendo más artículos míos en este portal sobre las terapias y técnicas que aplico en consulta.