Visualización creativa o el poder del pensamiento

Ferran Rodríguez
3 May 2018 lectura de 6 minutos
Visualización creativa o el poder del pensamiento

"Visualización creativa" es el titulo de un estupendo libro de Shakti Gawain. En él describe como, mediante unos sencillos ejercicios de visualización, podemos atraer a nuestra vida todo lo que queramos. El planteamiento es muy simple y lo mejor de todo es que ¡funciona!

Cualquier cosa que hagamos requiere de una planificación mental previa, no hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor para comprobarlo. Los muebles, la ropa, nuestra casa, éste artículo... todo empezó siendo una idea más o menos elaborada en la mente de alguien, que se fue desarrollando hasta llegar a materializarse.

Evidentemente, lo que deseemos debe entrar dentro de una cierta lógica. Por mucho que nos visualicemos agitando los brazos para poder volar, va a ser que no... Además de visualizar con claridad nuestros objetivos, es imprescindible utilizar lo que Alex, mi profesor de PNL, llama la técnica M.E.C. (Mueve El Culo). Ya puedo visualizar, con todo lujo de detalles, como me toca la lotería y como me gasto el dinero en un sinfín de cosas, que si no me levanto del sofá y voy a comprar el billete de lotería, va ser muy complicado que me toque.

El pensamiento es un arma de doble filo, ya que funciona en positivo y en negativo. Los aborígenes australianos utilizan el rito de "apuntar con el hueso" para deshacerse de sus enemigos. El hechicero o karadji apunta a la victima con un hueso y ésta, convencida del poder de la maldición, muere a los pocos días. Aquí un profesional con bata blanca nos apunta con un bolígrafo y nos comunica los meses de vida que nos quedan según los datos de la analítica, la radiografía, o el scanner. Éste es el lado oscuro del efecto placebo.

En la otra cara de la moneda, si alguien nos da una píldora inocua y nos dice que es un nuevo medicamento, desarrollado en Estados Unidos, que nos va a curar, la imagen mental que nos formamos de nosotros mismos, libres de dolor o enfermedad, hace que eso se convierta en realidad.

Las visualizaciones tienen múltiples aplicaciones. ¿Conocéis el cuento "Algo muy grave va a suceder en este pueblo" de Gabriel García Márquez? Que hubiese sucedido si la señora se hubiese despertado con el presentimiento de que algo maravilloso iba a suceder en el pueblo, pues si, justo lo contrario de lo que pasa en el relato, así de simple.

Nuestros recuerdos también son representaciones mentales de experiencias que tuvimos en nuestro pasado, y como tales podemos modificarlas a nuestro gusto.

Estas representaciones mentales sirven de interruptor para que entremos en un estado de ánimo determinado asociado a una emoción, la misma que sentimos en el pasado en el momento en que vivimos la experiencia.

Así pues, un recuerdo con la etiqueta "malo" nos produce una sensación de tristeza, angustia... un recuerdo con la etiqueta "bueno" nos pone alegres, de buen humor... y sin embargo tan solo son representaciones mentales de la experiencia y no la experiencia en si, el mapa no es el territorio.

Por ejemplo; si cuando yo era pequeño fui castigado en la escuela por algo que había hecho otro compañero, y ahora 40 años después, me sigo indignando y poniendo de mal humor cada vez que recuerdo lo que para mi en su día fue una injusticia, estoy dejando que la representación mental que yo me hago de un hecho que paso hace 40 años y que duro unos breves instantes cambie mi humor, quizás en el momento mas inoportuno.

Entonces... ¿debemos dejar que nuestro estado emocional dependa de un simple pensamiento? ¿No podemos hacer nada al respecto? Si, claro que podemos.

Hay un sencillo ejercicio que yo propongo a mis pacientes a modo de juego. Consiste en abrir dos pestañas en nuestro buscador de internet habitual, y buscar en una pestaña la escena de la ducha de la película Psicosis de Hitchcock, (sirve cualquier escena de carácter similar, yo he elegido ésta porque es muy conocida) y buscar en la otra pestaña música de circo o cualquier otra música que nos sugiera algo cómico.

En primer lugar hay que ver la escena tal cual. Es una escena cargada de dramatismo y la música, hecha a medida para la ocasión, con el violín staccato a ritmo de las puñaladas, refuerza la tensión del momento.

En segundo lugar hay que silenciar el vídeo con la escena de la película antes de ponerlo en marcha y poner en marcha a la vez el vídeo con la música de circo, de manera que se superponga la nueva música con la imagen.

La escena es la misma, y sin embargo al verla ahora con un sonido diferente ha perdido gran parte de su dramatismo, incluso puede llegar a resultar cómica.

Si dispusiéramos de un editor de vídeo, podríamos ponerle color, darle más o menos brillo, aumentar o disminuir la velocidad de reproducción... para convertirla en algo totalmente diferente.

Podemos utilizar este mismo proceso para modificar nuestras representaciones mentales, cambiándoles la "etiqueta". Tal vez las veamos como escenas de una película, las escuchemos con un determinado sonido o las percibamos como una sensación, un sabor, un olor... o como una mezcla de imagen, sonido y sensación. Si es una imagen, podemos modificar, el tamaño, el brillo, el color o la intensidad. Si hay movimiento podemos acelerarlo, ralentizarlo. Podemos ser protagonistas de la acción o meros espectadores. En el caso de un sonido, podemos jugar con el volumen, el tono. También podemos jugar con las sensaciones modificándolas a nuestro gusto. Las posibilidades son infinitas.

Con esto no vamos a hacer que desaparezca el recuerdo, ¡ni falta que hace!, simplemente vamos a modificar su carga emocional. Si repasamos unas cuantas veces nuestra representación mental con los nuevos arreglos, poco a poco ira perdiendo fuerza, y así, podemos convertir un mal recuerdo en algo neutro que no nos afecte lo mas mínimo. También podemos usar este método para potenciar un recuerdo agradable, haciéndolo mas nítido, mas brillante, mas grande...

Hay muchos libros de PNL que describen este proceso más detalladamente. Yo recomiendo uno en concreto, "Poder sin limites" de Anthony Robbins, que aun no siendo PNL pura y dura, me gusta por su sencillez y la amplitud de temas que trata.

Tal vez pueda resultar un poco complicado al principio, aunque eso pasa con casi cualquier cosa que hacemos por primera vez, o es que nadie recuerda cuando aprendió a escribir, a leer, a sumar, la primera vez que se puso al volante de un coche (los que lo tengan, claro)... Tan solo es cuestión de practicar, ser perseverantes y sobre todo... divertirse.

Y recuerda que tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, tienes razón.