Hoy en día que se debate en las cortes y senados las leyes de protección al menor, las leyes de igualdad de género, o las campañas del “No es No”, “Me Too” o “Solo sí es sí” referente a la aceptación de géneros y los abusos, violaciones o pederastias, es un buen momento para publicar este artículo que durante años ha quedado en el tintero.
Es evidente para el sentido común, que parece que legisladores, juristas y políticos de colores extremos han perdido, sigo, es de sentido común que cualquier acto que atente o agreda a la aceptación, integridad y voluntad de la persona deja una herida, esta herida en psicología y psiquiatría la denominamos trauma.
Nos gusta por otra parte deleitarnos con películas y series de relatos e intrigas psicológicas, hasta hay un género para ello el Thriller psicológico, el suspense psicológico, ¿que estará pensando el “malo”, que le pasará por la cabeza y que sentirá la “víctima”, y el protagonista el salvador que razonamientos inteligentes utilizará para conseguir capturar al “malo” y salvar a la dulce “víctima”?
Es un trastorno de la percepción de uno mismo, uno duda de lo que está sintiendo y lo interpreta como una enfermedad.
Las personas con hipocondría están preocupadas por el temor a sufrir una enfermedad grave, o aún más están sufriendo por la idea de si ya la están padeciéndola y lo desconocen, por ello se chequean el cuerpo constantemente en busca de pruebas, de que la están padeciendo.
Diríamos que sus preocupaciones están basadas en una mala interpretación de sus percepciones corporales, de lo que sienten, interpretándolo como síntomas de algo malo.
Es tal su preocupación que la persona no queda, convencida por el resultado del examen médico, persisten con el miedo a pesar del resultado positivo. De hecho, parecen quedar decepcionadas al no encontrar problemas físicos.
Estas personas nunca quedan convencidas de que están sanas, tienden a sospechar que ese médico se ha equivocado, con lo que inician una sucesión de visitas a diferentes especialistas, con la esperanza de que alguno de ellos sea capaz de descubrir su problema.
¿Sabes por qué una persona con apego ansioso se siente atraída por una persona con apego evitativo? Te lo explico.
Nuestra única defensa contra la muerte es el amor.
José Saramago (1922-2010)
De esta forma definía, el premio nobel portugués de literatura, la indefensión frente a la muerte.