Una vez que hemos deconstruido nuestro ego y nuestra zona de confort y hemos decidido saltar a la “zona de creación”, o sea, manifestar nuestros sueños a la realidad, es entonces cuando podemos usar nuestro poder natural como humanos: el poder de transformar ideas en manifestaciones.
Lo primero que has de saber es que cualquier idea que llegue a ti, a través de tus sentimientos, no de tu mente, ya es real en el plano causal.
Como humanos, a diferencia del resto de criaturas, has de sentir claramente en tus entrañas, que eres un ser creador que tiene acceso a esa dimensión superior del plano causal o de las primeras causas, eso que Platón llamaba el Demiurgo.
En estos días hay muchísima información y gurús dando charlas y conferencias de ¡Tú puedes!, visión, foco y persistencia, magneto, atracción... ¡Te mereces más! ¡El éxito es posible!, haz esto y aquello y podrás lograrlo. Pero la realidad es que casi nadie lo consigue y es tan simple como que en realidad no quieres apostar verdaderamente por ti y tus sueños, ni dar el salto que implica el salir de un pequeño e inseguro yo a otro más potente, seguro y activo.
La fórmula mágica que todo el mundo anda buscando te la voy a dar yo hoy aquí: si quieres más tienes que dar más ¡listo! ¡no hay más ciencia!
¿Y el inconsciente que te bloquea? No hay tal cosa, te lo desvelo ahora...
El aceite de germen de trigo es obtenido por primera prensada en frío del germen de trigo, que se localiza en el grano de trigo entero (Triticum vulgare), que pierde la mayor parte de su contenido en vitamina E cuando se refina.
La vida contemporánea llena de prisas, acciones y contra acciones, posibilidades y elecciones, cancelaciones y prioridades, los cambios repentinos, y las variedades dentro de la misma sociedad, la poca solidez de muchos argumentos y normativas sociales, nos llevan a estados elevados de estrés.
Ya he hablado de lo desastroso que es el estrés, para el equilibrio, la serenidad y la buena consciencia, la calma, la serenidad en las decisiones y caminos que tomamos en la vida.
Hoy en día parece jugar todo en contra a esta serenidad, y el estrés toma las calles, las empresas, las familias y las relaciones.