Consejos naturales en tiempos de pandemia

José María Guillén Lladó
29 Mar 2020 lectura de 8 minutos
Consejos naturales en tiempos de pandemia

Vaya por delante mi agradecimiento y reconocimiento hacia los trabajadores del sector sanitario y de los sectores esenciales que están luchando valientemente contra los efectos de esta pandemia, así como a aquellas personas, profesionales o particulares, que tienen o participan en iniciativas solidarias.

El mejor consejo que se puede dar en estos momentos es, sin duda alguna, seguir escrupulosamente las recomendaciones preventivas de tipo higiénico y de aislamiento decretadas por las autoridades sanitarias. Sin embargo, eso no es incompatible con prácticas naturales adicionales que pueden ayudarnos a prevenir males mayores.

Cuidar la mente en tiempos de pandemia

En primer lugar debemos tener muy en cuenta nuestra mente. Es muy poderosa. No solamente porque nos puede hacer sentir bien, en armonía, o nos puede hacer sentir mal, ansiosos, deprimidos..., sino que, además, puede influir en la salud de nuestro organismo, muy especialmente de nuestro sistema inmunológico, nuestra mayor defensa interna ante una infección. La depresión, por ejemplo, disminuye su eficacia. El estrés y la ansiedad, promueve una respuesta autoinmune que puede ser desequilibrada. Por eso debemos aprender y acostumbrarnos a utilizar nuestra mente, nuestras emociones, de la forma más positiva posible.

Tanto si estamos confinados como si no lo estamos, debemos evitar tener miedo, aunque se trate de un mecanismo natural adaptativo. Hemos de tener un grandísimo respeto al coronavirus, pero no miedo. Hemos de actuar con la severidad y la rigurosidad que la situación requiere. Con la convicción de que si así lo hacemos, entre todos lo superaremos. No olvides que, aunque pueda tardar más o menos, se trata de una situación temporal. Hay que tener paciencia.

Si estamos confinados, hay que evitar conectarse permanentemente a los informativos, ya que pueden aumentar innecesariamente la preocupación y la angustia. Hay que informarse, pero sin excesos. Y hacerlo mediante fuentes contrastadas. Debemos evitar hablar permanentemente del tema y mirar de dar mensajes reconfortantes, mostrando actitudes serenas. Especialmente si hay niños delante, en cuyo caso, si ellos preguntan, informarles de forma adecuada en función de su nivel comprensivo, pero sin dramatizar ni alarmar. Solo la información estrictamente necesaria. También es bueno comunicarse con familiares y amigos. Llamarles, enviarles mensajes, videoconferencias. Intentar transmitir tranquilidad. Si hay confianza, incluso puede tener cabida la broma. El humor es importante. Reír es terapéutico.

En caso de confinamiento de varias personas en un mismo hogar, es necesario organizarse bien. Hay que establecer claramente las normas para todos y las funciones o restricciones de cada uno. Es necesario hablarlo para tenerlo todo claro. Y organizar el tiempo y las actividades.

Para pasar el tiempo de una forma más amena, se pueden hacer actividades de todo tipo: cantar, bailar, ejercicio físico, yoga, relajación, meditación, cocinar, jugar, escuchar música, ver películas, teatro, documentales, dibujar, trabajos manuales, bricolaje, estudiar, leer, escribir, ordenar cosas... ¡Hay un montón de actividades que podemos hacer! También es bueno aprovechar para tener un mayor tiempo de descanso. No obstante, no todo tiene que ser actividad continua, sino que el relax y la tranquilidad también puede ser utilizada positivamente, especialmente por aquellas personas que, por su sensibilidad, requieren de manera natural de un mayor espacio de soledad para ellas, o para parar un poco el agobio al que se puede estar expuesto.

Cuidar nuestras emociones es primordial. Cuidar nuestro cuerpo es reforzar nuestras defensas. Cuidar nuestra salud es prevenir y reducir los factores de riesgo.

El ejercicio físico es primordial. Debemos establecer unas rutinas que nos obliguen a realizarlo. Evidentemente, debe ser adaptado a las capacidades y necesidades de cada uno. Existen muchos videos que muestran distintas formas de ejercicio que pueden ser útiles. —¡Busca y encuentra el tuyo!

También podemos hallar distintos audios de relajación guiada. O música relajante, que podemos utilizar para hacer sesiones de relajación. O de meditación, buscando la paz y la serenidad interior. Aquellas personas que ya conocen estos métodos, pueden aprovechar para crecer y reforzarse internamente.

Es fundamental dormir bien. De lo contrario, el sistema inmune se debilita. —Y, los fumadores, aprovechad para dejarlo ya—. Los pulmones son la diana preferida del tabaco... y del covid-19.

Consejos para pandemias: mente

Cuidar la alimentación en tiempos de pandemia

Y nos queda la alimentación. Sabemos que una alimentación insana promueve las llamadas enfermedades del bienestar, enfermedades inflamatorias, autoinmunes..., que precisamente se pueden convertir en factores de riesgo en caso de infección. Por consiguiente, es necesario aprovechar, dentro de lo posible, que la alimentación durante el confinamiento sea lo más sana y equilibrada posible. Y aprovechar para acostumbrarse a masticar bien, ahora que quizás no se tengan tantas prisas. Hay que comer tranquilamente, masticando y ensalivando bien hasta convertirlo en papilla dentro de la boca. Cuando baja al estómago de esta forma, lo hace ya prácticamente predigerido y se facilita la digestión. En caso contrario, el estómago tiene que hacer de boca..., pero no tiene muelas. Y eso hace que se promuevan más reacciones y fermentaciones que dañan al sistema digestivo y, posteriormente, a la microbiota intestinal, que forma parte esencial de nuestro sistema inmunológico.

Hay que procurar comer frutas y verduras frescas, legumbres, semillas, encurtidos, cereales integrales. Y mucha agua. Moderar el consumo de carne y pescado, lácteos y huevos. Reducir la carne procesada, harinas refinadas, azúcares, fritos, salsas, así como eliminar, si es posible, las grasas trans, dulces y edulcorantes, chuches, productos procesados artificialmente, alcohol. Una alimentación sana y equilibrada promoverá un mejor estado físico y una mayor resistencia en caso de una eventualidad no deseada.

Aunque existen múltiples posibilidades y enfoques complementarios, mi recomendación para prevenir y reforzarnos de forma natural ante las posibilidades de infección —aunque la mayor prevención es el aislamiento y la observación de las normas dictadas por las autoridades sanitarias y los consejos de los médicos—, puede contemplar productos y sustancias con una conocidísima evidencia que hace su consumo seguro y positivo.

La ingesta de infusiones calientes a base de tomillo, manzanilla, eucalipto, llantén, menta, pino..., son, entre otras cosas, especialmente beneficiosas para el sistema respiratorio. También puede ser muy beneficioso hacer vahos con ellas. Sí, ese remedio de la abuela que consiste en ponerse encima de los vapores de la cocción de esas hierbas, con la cabeza cubierta de una toalla, intentando aguantar —ojo, sin quemarse!— al menos cinco minutos respirando por la boca.

También puede ser beneficioso para el sistema inmune y respiratorio tomar propóleo, jalea real y polen. En algunos casos puede ser interesante la toma de jarabes hechos a base de la combinación propóleo, de equinácea, llantén, vitamina C, zinc...

Los cítricos son ricos en vitamina C. Es bueno tomarlos de forma habitual. No obstante, en un caso especialmente excepcional como el presente, es recomendable complementarlo. La vitamina C es la más ampliamente indicada para las infecciones, pero también es importante que exista un equilibrio entre otras vitaminas, especialmente la D. A su vez, es primordial que la ingesta de minerales estratégicos como el zinc, el selenio... Existen complejos vitamínicos y minerales previamente estudiados para cada necesidad.

Puede también ser adecuado tomar omega-3. Sus propiedades están ampliamente contrastadas con miles de estudios científicos. Entre ellas se encuentra la capacidad de equilibrar el estado proinflamatorio que nuestro estilo alimentario está promoviendo. Tiene capacidad inmunomoduladora, lo que lo hace muy interesante en enfermedades autoinmunes, una acción benefactora en casos de asma, así como para el sistema cardiocirculatorio. Sin embargo, además de estas propiedades, es destacable su beneficio para el sistema nervioso, fortaleciéndolo en caso de estrés, o de equilibrarlo en caso de trastornos emocionales como la depresión. De hecho, la Asociación de Psiquiatría Americana, la máxima autoridad mundial en psiquiatría, realizó un metaanálisis en el año 2006 en el que, ante la innegable evidencia de sus resultados, terminó recomendando la ingesta de omega-3 como prevención o como coadjuvante en una gran mayoría de trastornos mentales.

Consejos para pandemias: alimentación

Para finalizar, no podemos olvidarnos de nuestra microbiota intestinal, que es fundamental. El estrés, la preocupación, la ansiedad, el miedo..., la afectan y la debilitan, debilitándose nuestras defensas. Algunos probióticos se han mostrado específicamente beneficiosos en la prevención y la mejora de los resfriados. Puede ser muy recomendable tomar algunos probióticos que refuercen y equilibren nuestro sistema inmunológico. Vuestro farmacéutico o profesional sanitario os aconsejará cuál puede ser el más indicado.