La culpa y la vergüenza son emociones que nos causan sufrimiento e influyen en nuestra vivencia. La culpa puede ser una carga muy pesada...

¿Cuántas veces le has dado mil vueltas a eso que quieres conseguir? Nos llenamos de excusas, miedos, bloqueos... que nos llevan a mirar hacia otro lado e intentar seguir viviendo.

Poner límites: si decidimos comer de una forma saludable, es fundamental prepararnos para responder firmemente ante los ofrecimientos con los que nos encontraremos en el camino.

El impacto emocional provocado por la pandemia nos dificulta encontrar un equilibrio emocional, físico y espiritual. Ponerse uno mismo como prioridad se hace más importante que nunca.

Vivimos sumergidos en un tipo de tiranía de la razón, el deber y los roles. Desenmarañar las telas tejidas durante tanto tiempo en nuestras vidas es una tarea delicada y que lleva tiempo...

Actualmente todos los medios de comunicación nos envían mensajes infundiendo miedo a toda la población y generando una desconfianza descomunal provocando el miedo.

Cuando sientes que estás estancado, que tienes limitaciones en tu día a día, este ejercicio podrá ayudarte a conseguir un equilibrio entre el cuerpo y la mente.

Es importante tener un sistema sano y fuerte de creencias subconscientes para conseguir una mayor claridad, seguridad, paz, fuerza y confianza en nuestro día a día.

El minimalismo en general no va de tener poco, sino de tener sólo lo que verdaderamente importa y en el caso de las emociones es exactamente lo mismo...

Si aprendemos a ser flexibles y llegamos a entender que todo en la vida se transforma y que todo cambia, entonces dejaremos de ver los cambios como esos horribles e insuperables obstáculos.

Hay enfoques alternativos que permiten aminorar la ansiedad para que podamos llevar una vida más plena y feliz, siendo los Registros Akáshicos y tu niño interior una de ellas.

Un adiós es necesario para abrir un nuevo inicio descontaminado que abrirá nuevas oportunidades, nos despegamos de todo eso que dejamos atrás y retomamos el vínculo con nosotros mismos.

Nunca hemos tenido tantas herramientas a nuestra disposición para hacer un cambio positivo real y duradero. Es el momento de un avance inevitable y maravilloso...

Estamos hiperestimulados e hiper informados en una dirección de negatividad y allí es donde nos enfocamos, provocando automatismos y bloqueos en nuestra mente que vuelven una y otra vez.

Las personas que se arriesgan son las que pueden considerarse libres, pues el camino contrario sólo lleva a callejones sin salida y a ataduras difícilmente sostenibles en el tiempo.

Estamos en este mundo para recordar quienes somos y mediante ese recuerdo, despertar del sueño aletargado que nos impide ver con otros ojos el mundo que nos rodea...

Vivimos en una sociedad donde las limitaciones están por todas partes: trabajos, relaciones, mentes... Quitar esas limitaciones nos permitirá mejorar nuestras vidas.

La magia de la sonrisa está en que puedes regalarla a quien verdaderamente lo merece, primero a ti mismo cada mañana y luego a quien más te apetezca, a quien te haga sonreír con sólo mirarlo.

Constantemente estamos proyectando en nuestra realidad y en la de otros aquellas culpas y miedos. Las ideas, las creencias y los pensamientos nos limitan pero somos mucho más que eso...

¿Qué hacer para que nuestra mochila emocional sea entendible y aceptada por nosotros sin que la actitud hacia nuevas posibilidades se vea truncada por experiencias pasadas?

En los próximos tiempos va a ser necesario sobrevivir a las duras circunstancias y tendremos que avanzar afrontando las situaciones que vengan sin miedo, con valentía y como auténticos guerreros.

Tener una buena autoestima influye en nuestro estado de felicidad interno. La autoestima saludable se basa en nuestra capacidad para conocernos, aceptarnos y valorarnos incondicionalmente.

Te indicamos algunas actitudes y pensamientos para aplicar durante estos días de confinación para mejorar nuestro estado anímico y disminuir la ansiedad, miedos y estrés.

Podemos fracasar en cualquier ámbito de nuestras vidas, sea personal o profesional. Sin embargo, fracasar no es lo mismo que ser un fracasado. Entonces, ¿por qué tenemos tanto miedo al fracaso?